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Sobreviven 13 días 600 indígenas de Acatepec, aislados, sin alimentos, sólo comiendo plátanos y con agua

*En helicóptero, llegó la Cruz Roja del Estado de México, después de que el comisario caminó ocho horas para pedir ayuda, y avisó que había tres familias desaparecidas y 40 casas sepultadas por el derrumbe de un cerro

Trece días estuvieron aislados, sólo comiendo plátanos y toronjas porque los alimentos se acabaron, 600 vecinos de Aguacate, en el municipio indígena de Acatepec, donde las intensas lluvias que comenzaron el 14 de septiembre aumentaron el caudal del río que partió en dos el pueblo y derribó el puente.
Sólo en helicóptero se puede llegar, y ayer la Cruz Roja del Estado de México llevó 129 despensas y medicinas. Pero los rescatistas no pudieron entrar en contacto con la parte del pueblo más afectada, al otro lado del río, donde el comisario Filemón Bolaños había reportado que por el derrumbe de un cerro quedaron bajo la tierra 40 casas y que tres familias estaban desaparecidas.
El vuelo en helicóptero desde Acapulco hasta Aguacate duró una hora y media. En el recorrido se ve desde las alturas que las cosechas están perdidas, comunidades enteras continúan bajo el agua y siguen las lluvias muy fuertes, los ríos arrastraron todo a su paso y comunidades que fueron divididas por la creciente de los arroyos que se convirtieron en fuertes corrientes de agua.
Al bajar a Aguacate, el helicóptero aterrizó en una zona empedrada, se observó a la comunidad dividida por la creciente del río y que el puente que comunicaba entre dos colonias se lo había llevado la creciente.
Ignacio Robles Rueda, vecino de la comunidad, informó en idioma náhuatl, con ayuda de un traductor, que por la creciente del río una parte del pueblo quedó del otro lado, “por medio de unas reatas (cuerdas), formamos una tirolesa donde nuestros vecinos nos abastecían de frutas (plátanos y toronjas o limas) y nosotros de agua potable mientras llegaba la ayuda, porque desde la semana pasada vamos medio comiendo y medio bebiendo para sobrevivir”.
Considera que con las despensas que llevó la Cruz Roja podrán alimentarse mejor, “en lo que abren los caminos y la lluvia deje de caer”.
Ante la presencia de los rescatistas, se formó una fila dedamnificados quienes se pasaban de mano en mano las cajas de despensas.
En Aguacate viven alrededor de 600 personas, y los que recibieron las despensas se comprometieron a compartirlas  con sus vecinos que están del otro lado del río, que es el comienzo del que al llegar a la costa se convierte en el río de Marquelia.
En esta parte, los indígenas nahuas desconocían aún la situación de las 40 casas reportadas como perdidas y las tres familias desaparecidas. Sólo dijeron que no sabían si “quedaron bajo la tierra, o aún están con vida”, y detallaron que el mismo comisario se encontraba entre los que resultaron más afectados.
La Cruz Roja del Estado de México llegó a Aguacate porque recibió el reporte del comisario, Filemón Bolaños, que caminó ocho horas y llegó a Ayutla,  este miércoles, y desde ahí comunicó la situación en su comunidad y pidió ayuda.
El comisario que habla náhuatl y poco español, con dificultades pudo avisar por teléfono a la Cruz Roja, e informó a este corresponsal que e Aguacate en había 96 familias, de las cuales 40 perdieron sus casas y de tres no se sabe nada.
Explicó que cuando el cerro se desbordó enterró varias casas de las cuales la mayoría de las familias pudieron salir con vida, pero tres familias no han sido localizadas, y no saben si quedaron bajo tierra o por miedo salieron de la comunidad con destino a Ometepec o Ayutla. (De la corresponsalía / Aguacate, Acatepec).

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