Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Sociedad en pie

Héctor Manuel Popoca Boone

Como en el sismo de septiembre de 1985 en el Distrito Federal, este pueblo sureño se ha organizado y activado por sí solo, para ayudar a sus coterráneos en desgracia. Sorprende, y anima a la vez, conocer y reconocer de la entrega y participación de la ciudadanía guerrerense en las tareas de rescate y asistencia a habitantes damnificados por el meteoro Manuel. ¡No esperan a la burocracia, actúan!
Lo hacen sin mayor interés económico o político, al margen de los programas de apoyos gubernamentales o de reflectores en fotos de inserción pagada de protagonismo personal.
Fui invitado a conocer lo que está haciendo el colectivo civil “Levantemos Chilpancingo” establecido en alianza con la Cruz Roja de la capital del estado. Conformado fundamentalmente por jóvenes entusiastas, empresarios altruistas y ciudadanos filantrópicos, en general de todas las clases sociales, en un número que oscila entre 350 a 500 brigadistas que cotidianamente brindan auxilio, no solo a colonias y pueblos de Chilpancingo sino también de otros municipios circunvecinos.
Otro ejemplo es el promovido, a través de las redes sociales, por un respetado amigo que con su equipo de voluntarios han concretado un modesto pero valioso puente aéreo civil, con un pequeño helicóptero que prestó un empresario del estado de México para el envío de medicinas aportadas por ciudadanos mexiquenses, bajo la condición y garantía de transparencia y honestidad en su dación. El destino final de los medicamentos son habitantes convalecientes de más de 10 poblados afectados de la Sierra de Atoyac y que aún permanecen aislados por la rotura de las vías de comunicación terrestre.
Es meritoria la labor de voluntarios civiles que están haciendo uso del internet para acceder a las redes sociales, convocando y concretizando apoyos insospechados. Las transforman, como bien lo dice Julio Ocaña, en redes de solidaridad humana, donde la comunicación socializada se convierte en acción y materialización de ayuda colectiva focalizada.
Otro esfuerzo ciudadano es el realizado por “Unidos por Malinaltepec” o los de Tlacoapa, con sus mesas de recepción de ayuda instaladas en la Alameda, la de universitarios, de diversas regiones, a las puertas de Radio Uagro y otras en el Zócalo de Chilpancingo, destinadas a sus poblaciones y municipios de origen que claman por agua, víveres y fármacos.
De Atoyac, me informan lo siguiente: “El Ayuntamiento quedó totalmente desbordado. Surgieron diversas iniciativas ciudadanas (académicos, alumnos, iglesia, organizaciones sociales, madres de familia, etc.) convertidos todos en verdaderos activistas para enfrentar la emergencia. Propusieron a las instancias gubernamentales la formación de un Grupo de Trabajo Mixto para la Reconstrucción de Atoyac. Desgraciadamente no solo no hubo eco sino lo que es peor: algunos funcionarios federales empezaron a sabotear las acciones, matando con ello la iniciativa ciudadana. Como siempre, llegan de fuera a sobarnos la espalda, a preguntarnos que nos duele y decir que el gobierno apoyará en todo; luego nos mandan a llenar cuestionarios para después ellos elaborar los programas de apoyo, como si la gente no supiera lo que necesita con urgencia”

PD1. Reprobable es que ante la desgracia acaecida, algunos buscan lucro político o económico con los apoyos que llegan de fuera. Ya hay demasiadas denuncias en Acapulco sobre la conducta de la restaurantera Susana Palazuelos, sempiterna delegada estatal de la Cruz Roja. Y de los politicastros, ni se diga. ¡Uff!
PD2. Bien por aquellos medios de comunicación que visibilizan las localidades y dan voz a las víctimas del desastre que aún no reciben y necesitan ayuda.
PD3. Es acertada, democrática y pertinente la solicitud ciudadana hecha al Presidente de la república para hacer una consulta directa al pueblo mexicano sobre la iniciativa de privatizar los yacimientos de petróleo, su extracción y refinamiento; antes que el Congreso de la Unión legisle sobre la reforma energética. ¡Los tiempos no están para mayores tensiones sociales!

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