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Bombardean fuerzas del gobierno sirio Homs y Hama; mueren 34

DPA

Beirut / Damasco / Moscú

Las fuerzas del gobierno sirio bombardearon ayer distintos puntos convulsos del país en acciones que dejaron 34 muertos, según activistas, mientras Rusia anunció que seguirá vetando toda resolución internacional que imponga ultimátums al gobierno de Basahar al Assad.
“Veinticinco personas murieron durante los ataques de las fuerzas de seguridad en las provincias centrales de Homs y Hama, en una maniobra destinada a sacar a los rebeldes todavía escondidos en ambas áraeas”, informó Omar Homsi, un activista basado en Homs. Además, nueve personas murieron en Idlib, en el norte del país, cerca de la frontera con Turquía.
En áreas cercanas a Damasco, se adoptaron fuertes medidas de seguridad un día después de los combates registrados en el barrio de Al Mezzeh, donde perdieron la vida oficiales militares sirios de alto rango.
Mientras, un grupo de defensa de los derechos humanos acusó a grupos opositores armados de cometer abusos en los últimos meses, como secuestros, detenciones o tortura de las fuerzas de seguridad del régimen de Bashar al Assad, sus seguidores o miembros de milicias progubernamentales, denunció en una carta Human Rights Watch.
“Las brutales acciones del gobierno sirio no pueden justificar los abusos cometidos por los grupos opositores”, dijo la directora para Medio Oriente de HRW, Sarah Leah Whitson.
La intensificación de la violencia tuvo lugar mientras Moscú anunciaba que “no aprobará ninguna declaración o resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que contenga ultimatums”. Así lo dijo el ministro del Exterior ruso, Serguei Lavrov, según la agencia de noticias Interfax.
Las declaraciones reiteran la oposición de Rusia a cualquier tipo de presión militar contra el régimen sirio, un día después de que las potencias mundiales dijeran que los llamamientos de Moscú a Damasco a permitir la entrada de ayuda humanitaria podrían estar marcando un cambio de política.
Rusia pidió a Damasco que permita la entrega de ayuda humanitaria y llamó al fin de los combates, que duran ya más de un año.
Por otra parte, el ministro ruso aclaró que el barco ruso “Iman”, que se encuentra ante el puerto sirio de Tartus tiene abordo sólo una unidad para la protección contra piratas. Lavrov calificó como “cuentos” las versiones que indican que la Marina de Guerra rusa estaría involucrada en conversaciones de guerra con Siria.
Rusia apoyó los esfuerzos del ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, que visitó Damasco el 10 de marzo, y pidió que sus propuestas se hagan públicas. Lavrov aseguró que el Kermlin se sigue oponiendo a una intervención militar en el país.
Lavrov insistió en que tanto el régimen de Al Assad como la oposición son responsables de la violencia en el país y consideró que los atentados de los últimos días y el rearme de la oposición por los países vecinos suponen “una provocación” que podría echar al traste los servicios de Annan.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó por su parte que la situación en Siria alcanzó un nivel “inaceptable e intolerable”. “La situación en Siria se ha convertido en la cuestión más intranquilizadora y preocupante para la comunidad internacional”, señaló tras reunirse con el presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, en Bogor, al sur de la capital Yakarta.
El secretario general de la ONU exigió de nuevo al presidente sirio que permita el acceso ilimitado de la ayuda humanitaria al país y a la comunidad internacional que hable con una voz común para exigir el fin de la violencia. “No tenemos tiempo que perder”, dijo Ban, que cifró en más de 8 mil los muertos en la represión violenta de las protestas.
Por su parte, fuentes diplomáticas de la Unión Europea indicaron ayer que los ministros de Asuntos Exteriores del bloque endurecerán las sanciones contra Siria, entre otros países.
Entre otras medidas, ampliarán la prohibición de entrada a la UE a varias personalidades del régimen sirio y también congelarán sus haberes en suelo europeo.

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