Locales cerrados, polvo y drenajes colapsados, el panorama en la Colosio

Argenis Salmerón

Drenajes colapsados, comercios cerrados, polvo por doquier y desesperación de los vecinos por obtener agua es el panorama en la unidad habitacional Colosio, a dos semanas de la tomenta tropical Manuel.
En la calle Simón Bolívar había decenas de comercios cerrados en las laterales, aunque en negocios semifijos de comida en la banqueta continuaba la vendimia.
Locales de comida, estéticas, talleres mecánicos, purificadoras y misceláneas bajaron sus cortinas por la pérdida total que tuvieron en las lluvias pasadas y por la falta de clientes.
En el recorrido por la unidad habitacional se percibió polvo por doquier, el cual era levantado por los vehículos que aceleraban en el pavimento.
Otras de las de las deficiencias en la Colosio es el desabasto de agua potable para los quehaceres domésticos, así como la limpieza de viviendas que quedaron sumergidas por el desbordamiento del río de La Sabana.
Por la calle Obsidiana, la señora Adela Leyva señaló que para suministrarse de agua tiene que ir al manantial “Cortijo”, donde están las pipas que se reparten, “pero primero tenemos que gestionar un vale para que nos las puedan otorgar”.
“Hasta ahorita no tiene costo el agua en pipa, pero uno tiene que andar dando vueltas al depósito porque el agua en tubería no había desde antes de que pasara la contingencia”, dijo.
Debido a la inundación pasada en la Colosio, los registros de drenajes se encuentran colapsados en distintas vialidades, lo que genera un olor pestilente en toda la unidad habitacional.
“Antes no ocurría esto en la Colosio, yo llevó 18 años viviendo aquí y esta es la primera vez que se inunda de esta manera. Todo porque las empresas inmobiliarias taparon el cauce del río de La Sabana y al final estas son las secuelas que deja como lodo, polvo y coladeras destapadas”, señaló la señora Lulú Castañón.
En los vecinos hay  tristeza porque algunos perdieron sus pertenencias y otros comienzan la reconstrucción en sus viviendas.