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El 90 por ciento de El Paraíso quedó destruido por la tormenta y estuvo 14 días incomunicado

*En la comunidad más grande de la sierra de Atoyac aún hay casas colgando de los cerros a punto de caer, y las calles están llenas de lodo y palos

Francisco Magaña

El Paraíso

El 90 por ciento de la estructura de la comunidad de El Paraíso fue afectada por la tormenta tropical Manuel, y no hubo pérdidas humanas,  pero 360 damnificados siguen en albergues, informó el comisario Leonel Sotelo Lucena.
El Paraíso es la comunidad más grande del municipio de Atoyac con una población de casi 7 mil habitantes, donde convergen 14 pueblos de la sierra de Atoyac además de los municipios de Heliodoro Castillo y San Miguel Totolapan.
A 14 días de las inundaciones del río y los dos arroyos que cruzan el lugar, casas y calles siguen llenas de lodo, piedras y palos por las crecientes de los tres afluentes que mantuvo atemorizados por más de una semana a los vecinos.
Al arribar al pueblo se observan desde lo alto, deslaves y casas literalmente colgando de los cerros a puto de caer, así como calles llenas de lodo y palos.
Los más afectados son los que viven al borde de los arroyos y ríos que perdieron sus casas, bardas y muebles por la creciente que se metió hasta casas de dos pisos, así como los habitantes de la colonia La Ermita, Recodo, Mirador y Nueva Oriente.
La carretera fue limpiada y tapada en varias ocasiones por los habitantes de la zona, pero hasta el sábado no se podía llegar en vehículo, y ese día se abrió con maquinaria pesada que metió el Ayuntamiento hasta el pueblo. Para llegar o salir, antes del sábado se tenía que caminar dos horas por corrales y huertas de café.
En la comunidad fueron reorganizados los afectados, después de que había ocho albergues se concentraron en tres, los cuales fueron coordinados por soldados y el cura del lugar Salvador Salmerón.
Se requirió la participación del Ejército y el párroco del lugar después de que hubo confrontaciones por los siniestrados que estuvieron varios días sin víveres, agua ni luz.
A la llegada de las primeras despensas hubo confrontación entre los vecinos por conseguir una, y se optó por poner comedores comunitarios.
El albergue más númeroso, con damnificados, se ubica en la iglesia de la población.
Otro está en lo que fue un beneficio húmedo de café con cien personas. Los albergados duermen en donde se lava el café.
Otro otro más está en una casa particular con sesenta personas.

Una familia estuvo atrapada en un cerro ocho días sin comer

Una de las afectadas de la calle principal Ely Martínez Nava, narró que la creciente se metió tanto de la calle y los arroyos, “se metió toda el agua que bajó desde la secundaria, aquí hizo un remolino, nunca pensamos que esto iba pasar, eran las 2 de la tarde, bajamos la cortina del negocio, pero la misma agua la abrió”.
Dijo que se refugiaron en el segundo piso de su casa toda la noche y hasta el medio día del 16 se septiembre.
Asimismo una de las habitantes de la colonia Nueva Oriente, Natividad Pimentel, quien vive al borde del arroyo dijo que vivieron el infierno.
Con lágrimas narró que “era temprano todavía, nos topó por sorpresa la lluvia, salimos corriendo, pensé que iba a perder a toda mi familia, mi esposo mis hijos y una nieta al ver que el arroyo crecía. Salimos, corrimos cruzando la calle y brincamos una barda con una escalera para escapar a un cerro donde estuvimos ocho días sin comer”.
Dijo que desde lo alto veían cómo la corriente arrastraba casas, refrigedores, colchones, estufas, de todo.
Con el tiempo dijo que quedaron atrapados porque el cerro comenzaba a deslavarse y abajo tenían la creciente y no dejaba de llover.
Los pobladores quienes fueron visitados por el presidente municipal Ediberto Tabares Cisneros reclamaron que los olvidaron cuando más los necesitaba “aquí también hubo pérdidas,  no fueron humanas pero sí se perdió casi todo el pueblo, necesitamos que nos ayuden”.

Conflictos entre damnificados

El alcalde visitó los albergues y recorrió las calles y colonias donde hubo afectaciones, constató que el desastre dejó sin nada a cientos de familias del lugar quienes lo invitaban a que entrara a lo que fue su casa o negocio lleno de lodo y palos hasta casi un metro de altura.
Al llegar a la colonia Nueva Oriente hubo diferencias entre los vecinos porque unos pretendían que se les atendiera en un espacio de la calle y otros pedían que subiera hasta el límite de la colonia para que viera los daños.
Los inconformes cerraron el paso con una cuerda e incluso separaron a los que no eran de esa colonia lo que molestó a los presentes de entre los que uno gritó, “a ver si cuando estén atorados y nos van a pedir ayuda para que los rescatemos quién los va a sacar, la ayuda es para todo El Paraíso no para un solo grupo de personas”, reclamó.
En el albergue de la iglesia el alcalde aclaró que no había podido estar porque estaba atendiendo la situación de La Pintada, “estos momentos han sido los más difíciles no sólo para Atoyac sino para todo el estado, pero lamentablemente por la desgracia que se vivió en La Pintada no puso a Atoyac a nivel internacional, en otros municipios no  se ha podido ni entrar a las cabeceras municipales de lo mal que están también”.
Exhortó a los pobladores a dejarse de egoísmo y que juntos trabajen para recuperar la comunidad hermosa que ha sido, porque hay gente que sigue en riesgo porque vivían en los cerros, da tristeza ver El Paraíso con las casas destruidas pero gracias a Dios aquí no hubo pérdidas humanas como en La Pintada, que por lo que paso ahí se puso los ojos en Atoyac”.
Dijo que se dejaron de subir despensas por parte de la Cruz Roja por los reportes de conflictos que se generaron entre los pobladores, y se optó por comedores comunitarios y serán las autoridades auxiliares el comisario y el párroco del lugar quienes coordinen las acciones, “no se confíen en líderes, sólo buscan quedar bien, por ello se eligió a las autoridades auxiliares con apoyo de miliares que instalaron el Plan DN-III-E”.
Anunció que la dirección de Obras Públicas del gobierno del estado enviará un grupo de geólogos para hacer un estudio y valorar los riesgos en los asentamientos que son irregulares porque tienen riesgos de derrumbes.
Sostuvo que los que perdieron su vivienda o negocio serán apoyados tal como lo manifestó el presidente de la República Enrique Peña Nieto además de que se ayudará con enseres domésticos a los otros afectados, “ya no será un trámite burocrático”.
Asimismo dijo que se inician el domingo  tres censos, uno de casa por casa para las afectaciones en vivienda, otro en comercios siniestrados para apoyos y reactivar la economía y de los voluntarios que tendrán un pago de Empleo Temporal desde el 15 de septiembre.
Por su parte el cura Salvador Salmerón de la iglesia de Guadalupe dijo a los pobladores que se integren a las labores de ayuda y brigadas de limpieza “no esperen acostados en sus casas las despensas, hay que participar”.

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