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Amenaza una funcionaria del DIF con retirar la ayuda a damnificados que protestaron en un albergue en la capital

*Los refugiados en la escuela López Mateos se quejaron por la mala atención y el racionamiento de la comida que en ocasiones sólo es un sándwich. La empleada Alejandra Hernández trató a gritos a los refugiados y al reportero de El Sur, y ordenó que lo sacaran

Una funcionaria del DIF Guerrero, intimidó y amenazó a damnificados refugiados en la escuela Adolfo López Mateos, en Chilpancingo, luego de que se quejaron de la mala atención que reciben en el albergue, para que no realizaran actos de protesta.
En el albergue ubicado en la colonia Omiltemi de la capital, que atiende a 76 damnificados por el paso de la tormenta tropical Manuel, se quejaron de la mala atención y el racionamiento de la comida que les dan, que en ocasiones sólo es un  sándwich.
La funcionaria quien se identificó como Alejandra Hernández, llegó acompañada y resguardada por un agente de la seguridad personal del gobernador del estado, quien la esperaba a las afueras de la escuela, en un automóvil con placas, HFR-18-36 del estado de Guerrero.
Ante la quejas y reclamos de los refugiados en el patio central de la escuela, la empleada  del DIF estatal, de forma grosera y gritando, dijo a las personas, que no hicieran “grilla” ni “argüende”, porque de lo contrario se quedarían sin ayuda y protección y que de eso ella se encargaba.
Agregó, que mejor se pusieran de su lado, porque ella no había ni desayunado, ni comido y mucho menos dormido, por estar buscando un nuevo espacio para trasladarlos, reprochándoles que el gobierno del estado está cumpliendo de su parte con apoyarlos a ellos y a todos los damnificados.
Indicó que mejor se pusieran a apoyar en los trabajos que se realizan en el albergue, y que no sólo estuvieran parados y viendo todo lo que se hace, “pónganse de nuestro lado, y no se enojen, les vamos a dar una capacitación para bajarles ese enojo”.
Una refugiada tomó su celular para tratar de grabar lo que la funcionaria estatal les decía, y le fue arrebatado el aparato y de forma déspota se le exigió que borrara lo que había grabado.
A este reportero, Alejandra Hernández le exigió a gritos hablar en privado y trató de, “ven para acá, vamos a hablar en privado”, le dijo.
En la plática, Alejandra Hernández, exigió al reportero que se identificara, argumentando que quien se creía para que ella le otorgara información de las condiciones en las que se encontraban los refugiados, porque antes de hablar y de dar cualquier tipo de información se debía de girar un oficio a su mando inmediato a quien nombró como “Isabel”.
La funcionaria justificó que “la gente se está muriendo de hambre”, por el tiempo en que se dedican a atender a los medios de comunicación.
Enfatizó que mandos superiores les habían prohibido hablar con los medios de comunicación, y si hablan están en riesgo de perder el trabajo y de todo el personal a cargo del lugar.
“Si alguien salta las órdenes se van, por darte un gusto a ti, o al periódico El Sur, ellos se van a jugar el trabajo, y yo también”, cuando lo único se buscaba era saber las condiciones en las que se encontraba la gente, luego de los reclamos que se hicieran a la funcionaria.
Finalmente, el reportero fue sacado del inmueble, tras las intimidaciones de la funcionaria y luego de prohibir a los damnificados hacer declaraciones.
Minutos más tarde una de las mujeres que le reclamó el mal estado en que los tenía, se acercó a una de las puertas de la escuela, y dijo “nos tienen, mal, muy mal”, sin embrago decidió retirarse al verse amenazada.
Minutos más tarde, un par de jóvenes tocaron la puerta del albergue, para entregar algunos apoyos de la Fundación Wal-Mart, pero luego del incidente con el reportero, las personas encargadas les preguntaron que si no era “choro”, lo del apoyo, y cuando se dispusieron a hacer la entrega les fue cerrada la puerta, luego de esto los jóvenes preguntaron, si realmente no necesitaban la ayuda, y que rápidamente fue abierta la puerta y se entregó la ayuda.
Por otra parte la encargada del albergue, Ana María Aguilera, antes del arribo de la funcionaria del DIF estatal, señaló que personal del Ejército de la 35 Zona Militar, les  había notificado que serían retirado del lugar y que fueran preparando sus cosas, sin decirles dónde serían trasladados.
Afirmó que ayer serían trasladados a otro albergue, “ya nosotros estamos preparados, los salones están limpios, los baños, y nada más estamos esperando que la gente se vaya, tenemos suficiente material para hacer la limpieza”.
En la puerta de la escuela primaria, se encontraba un letrero que avisaba a los padres de familia, que el día de hoy reiniciarían las clases de manera normal, luego de dos semanas de haberse suspendido por la contingencia de la tormenta tropical Manuel, y tras funcionar la escuela como albergue. (Redacción / Chilpancingo).

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