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Tomás Tenorio Galindo

OTRO PAÍS

*Aguirre: de la francachela a la negligencia

En la edición de esta semana no aparece en la revista Proceso la página de publicidad que habitualmente contrataba el gobierno de Guerrero en esa publicación. Quién sabe si suceda lo mismo con los desplegados que, se supone que en nombre del gobierno del estado, hace publicar una persona llamada Artemisa Machado Aragón en el diario Reforma sin logotipos ni referencias oficiales.
La cancelación de la publicidad del gobierno de Angel Aguirre Rivero en Proceso es una represalia contra la revista por una nota publicada la semana pasada por la reportera Gloria Leticia Díaz, en la que describe la cena que el gobernador ofreció a sus invitados en la residencia oficial Casa Guerrero la noche del viernes 13, después de entregar la presea Sentimientos de la Nación que otorga el Congreso local. “Llovía y llovía y el gobernador bebía y bebía”, anunciaba la revista en su portada en alusión al embate de las lluvias que aquella noche ya caían sobre el estado y el abundante vino que mientras tanto se consumía en la Casa Guerrero. La información decía que el gobernador abandonó la fiesta a las seis de la mañana del sábado, y mostraba la fotografía que El Sur publicó el sábado 21, en la que una docena de políticos y legisladores forman un medio círculo en torno al gobernador Ángel Aguirre, quien está abrazado con los ex gobernadores Rubén Figueroa Alcocer y René Juárez Cisneros.
No le gustó a Aguirre ser exhibido rodeado de frivolidad y disipación cuando el desastre de las lluvias estaba en curso. Tampoco le gustó la cobertura de Reforma. Se desahogó de ello el jueves en una entrevista con un noticiero de Radio Fórmula, donde acusó a la revista y al diario de ejercer presión por interés económico: “Se sabe cómo se mueven algunos medios, en términos económicos, en términos de publicidad y bueno, no obstante que a la revista Proceso se le otorga una plana, si mal no recuerdo, cada semana pues simplemente y llanamente es una bajeza que se escriban notas como la que usted me está describiendo”, dijo. Al periódico lo acusó además de sostener relaciones con ex gobernadores de Guerrero, sugiriendo que en esa relación se halla el origen de la cobertura crítica de la emergencia.
Sin embargo, ni Ángel Aguirre ni su gobierno han desmentido hasta ahora la información aparecida en ambas publicaciones, a pesar de que desde el lunes 23 el gobierno del estado se ha dedicado a subrayar ante la opinión pública –Artemisa Machado lo hizo ese día en Reforma, y el mismo desplegado apareció también en El Sur­– que las autoridades de Guerrero aplicaron oportunamente en coordinación con el gobierno federal los protocolos de protección civil ante el anuncio de las lluvias.
Entre la información difundida por el gobierno figura la sesión del Consejo Estatal de Protección Civil realizada el sábado 14 a las 11 de la mañana (otra versión señala que fue a las 13 horas), en la que –asegura el gobierno– participaron el secretario de Gobierno, Jesús Martínez Garnelo, y “Francisco” Javier Lara Montellano ­–como identifica el boletín oficial al secretario de Seguridad Pública, que se llama Sergio Javier–, así como “el asesor externo del gobernador”, Ernesto Aguirre. Pero Martínez Garnelo no estuvo en esa reunión, mientras que la ausencia del propio Aguirre se explica por el simple hecho de que a esa hora estaba durmiendo, en recuperación después del jaleo de la noche anterior.
Con una cuidada imprecisión, el gobierno pretende hacer creer que estuvo activo a tiempo, pero no existe evidencia alguna de que haya hecho algo concreto y eficaz para tratar de poner en alerta a la ciudadanía, o de que sus acciones, si las hubo, hayan evitado alguno de los efectos letales de las descargas de agua.
Pero aun si la sesión del Consejo Estatal de Protección Civil hubiese sido productiva, el gobierno de Aguirre tendrá que explicar por qué fue convocado hasta el sábado 14, cuando el Servicio Meteorológico Nacional y las autoridades federales activaron las alertas el viernes 13 a las 16:00 horas, mucho antes de que empezara la fiesta en la Casa Guerrero y 19 horas antes de que se reuniera el Consejo Estatal. (La Jornada, 27 de septiembre de 2013).
El 24 de septiembre, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel  Osorio Chong, dijo que él “personalmente” alertó a los gobernadores del peligro que se avecinaba, y que lo hizo “mucho antes” de que el riesgo se presentara. Aunque se refirió a los “gobernadores”, en realidad hablaba del gobernador de Guerrero, el estado que sufrió las mayores pérdidas materiales y el mayor número de decesos por la tormenta Manuel y el huracán Ingrid, y en cuyo rescate está volcado el gobierno federal. “Pregúntenle ustedes a los propios gobernadores si no personalmente les estuve hablando mucho antes de que esto sucediera. Con todos esos gobernadores estuve hablando antes”, reveló Osorio Chong. Nadie le ha preguntado a Aguirre si eso es verdad, pero de todos modos dudosamente respondería que es falso. (El Sur, 25 de septiembre de 2013).
Falta precisar cuánto es ese “mucho antes”, si fue el viernes 13 o el sábado y a qué hora, lo que podría conocerse hoy cuando la Secretaría de Gobernación dé a conocer en la ciudad de México las pruebas de que sí alertó a tiempo a los gobiernos de los estados.
La clave de la posible negligencia del gobierno de Aguirre se localiza en el lapso de las 19 horas que transcurrieron entre el aviso de las autoridades federales el viernes a las cuatro de la tarde, y la sesión del Consejo Estatal de Protección Civil realizada a las 11 de la mañana del sábado 14, momento en que ya había derrumbes, caminos rotos y población afectada.
También se localiza en el estado personal en que se encontraba el gobernador en ese periodo, si fue capaz de tomar decisiones o si sencillamente ese sábado estuvo dormido bajo los efectos de la refriega. En lo que no hay duda es en que el viernes el gobernador prefirió disfrutar de la fiesta en lugar de atender su responsabilidad como presidente del Consejo de Protección Civil, por lo que ese debió ser el motivo de la demora de la reunión. Quien encabezó esa reunión el sábado fue Ernesto Aguirre, su “asesor externo” y sobrino (Reforma, 28 de septiembre de 2013). Aguirre no salió de sus aposentos ese sábado, y de hecho reapareció públicamente hasta el mediodía del domingo 15, cuando el estado ya había sido arrasado. Ahora está enojado con la prensa.

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