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Denuncian maltratos del DIF municipal en albergues de la capital; se retira el Ejército

Las fuerzas castrenses dicen que concluyó la emergencia en Chilpancingo y ahora se hará cargo el municipio de todos los refugios. La directora de la dependencia, Seraida Salgado los amenaza con dejar de proveerles víveres, denuncian

Anarsis Pacheco Pólito

Chilpancingo

La tarde de este viernes damnificados que están en las instalaciones del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG) exigieron la salida del DIF municipal.
Este viernes concluyó el periodo de apoyo del Ejército para los albergues, pues se considera que la emergencia ya concluyó y ahora es responsabilidad del municipio, el DIF tomó ayer el control de este albergue tras la salida del Ejército mexicano.
Los damnificados que se albergan en dicho lugar acusaron al DIF de asumir una actitud déspota y arbitraria, pues varios de ellos vienen de otros albergues donde ya fueron atendidos por trabajadores del DIF.
Los inconformes pidieron la presencia de los medios de comunicación luego de que Seraida Salgado Bandera, directora general de Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) los amenazara con cerrar el albergue y dejar de proveerles víveres.
El conflicto inició cuando los damnificados recibieron la noticia de que los 25 efectivos del Ejército que desde hace ocho días tomaron el control del refugio abandonarían el lugar y lo dejarían en manos del DIF municipal.
Las personas que actualmente se encuentran en las instalaciones del SUSPEG fueron reubicadas a este lugar la semana pasada, pues fueron obligados a salir de la secundaria técnica Número 30 y del edificio de la Unión de Permisionarios de Chilpancingo (Upech), mismos que estaban a cargo del DIF estatal.
Los inconformes explicaron que cuando estuvieron en los otros albergues, el personal del DIF les daba alimentos en mal estado, lo que ocasionó enfermedades gastrointestinales a la mayoría de los niños, que se veían obligados a comer frijoles “medios crudos y pan duro”.
“A los niños les daban un pedazo de pan y frijoles medios crudos, a nosotros los adultos nada más media torta y a veces las hacían con atún caducado, imagínense, y si pedíamos más ya no nos daban, ni siquiera a los chiquitos, uno como quiera aguanta, pero los niños no, ellos se quedaban con hambre”, denunció una refugiada.
Dijo que entre los víveres que llegaban a los refugios había productos lácteos destinados a los menores que nunca fueron repartidos así como enseres que necesitaban para el aseo personal, incluso hubo niños que sufrieron quemaduras en sus brazos porque “les aventaban los vasos con café hirviendo”.
La señora Rosa Elena, quien pidió omitir sus apellidos pues teme que la corran del refugio junto a sus dos hijas, aseguró que el personal del DIF estatal no está capacitado para atender este tipo de contingencias, pues lejos de servirle a la población que en estos momentos se encuentra en una situación crítica, asumen una actitud irresponsable.
Imelda García Leyva, otra damnificada inconforme reconoció que esta situación cambió cuando la reubicaron en las instalaciones del SUSPEG, lugar que hasta ayer estuvo a cargo de elementos del Ejército.
“Con los militares las cosas fueron distintas, ellos si nos atendían bien, nos daban nuestras tres comidas en buen estado, hasta carne nos daban, a los niños les daban su yogurt, su danonino, y si tenían más hambre les volvían a servir, aquí toda la gente les tomó mucho aprecio y la verdad no queremos que se vayan”, comentó.
La orden que recibieron los efectivos castrenses fue entregar el albergue y dejar al frente al DIF municipal, lo que motivó la molestia de los damnificados, ya que no quieren pasar la misma situación que se presentó con el DIF Guerrero en otros refugios.
“Los niños lloraron cuando supieron que se iban a retirar los del Ejercito, ellos les agarraron cariño, no quieren a los del DIF porque  se acuerdan cómo los trataron en el otro albergue, aquí si nos respetaron, son muy buena gente”, externó otra damnificada.
Seraida Salgado, integrante del DIF Chilpancingo, fue quien recibió el albergue y la relación de las 250 personas que se refugian en ese lugar, así como un inventario de los productos que el Ejército les dejó para la alimentación y limpieza de las personas damnificadas.
Durante su arribo, los inconformes realizaron una protesta para exigir la permanencia de los militares y externaron su rechazo al DIF, por lo que la funcionaria amenazó con cerrar el albergue y retirar todos los apoyos que las autoridades municipales, estatales y federales están llevando a los refugios.
Alrededor de las tres de la tarde los soldados se retiraron del lugar y los damnificados advirtieron que si continúan los malos tratos de las autoridades municipales o estatales realizarán una protesta en el Zócalo capitalino para exigir una audiencia con el alcalde, Mario Moreno Arcos, a quien le plantearán su situación.

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