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Pide el alcalde de Tixtla en un ritual a un demonio que saque el agua atascada

*Acudió con parte del Cabildo “no como autoridades sino como ciudadanos creyentes”, dice. Ofrendan con damnificados de la tormenta Manuel a El amigo que habita en la caverna de Amatitlán

Rosalba Ramírez García

Amatitlán, Tixtla

El alcalde de Tixtla, Gustavo Alcaraz Abarca acudió con damnificados, la mayoría mujeres, a un ritual para pedir a su dios que les permita sacar el agua de la laguna Negra y a “El amigo”, que dicen que es un demonio que habita en la caverna de Amatitlán, que deje de impedir la salida del líquido.
A 20 días de la inundación de siete de los nueve barrios tradicionales de Tixtla, y ante la incapacidad de las autoridades municipales, estatales y federales de evacuar el agua, los damnificados realizaron un rito para pedir a seres sobrenaturales que ayudaran o permitieran sacar el agua de la laguna.
Al ritual llegaron integrantes del cabildo encabezados por el alcalde, se vio a los regidores Erika Alcaraz Sosa, María de Jesús Blanco, Víctor Bartolo y al secretario general Edilberto Vega, quienes llevaron ofrendas y flores hasta la caverna de Amatitlán, La cueva del diablo.
Ayer se cumplieron 20 días de que la laguna de Tixtla aumentó su nivel tras las lluvias de la tormenta Manuel que desde la madrugada del 15 de septiembre arrojó a 8 mil tixtlecos fuera de sus casas que ayer seguían inundadas.

El ritual

Aproximadamente 20 personas, la mayoría mujeres damnificadas, se organizaron para acudir al cerro de Amatitlán.
La salida en lanchas, debido a la inundación, estaba programada para las 12 del día, pero se retrasó más de una hora porque no conseguían una rezandera que se atreviera a encabezar el ritual, debido a que dicen que la caverna es habitada por un ser maligno.
Finalmente decidieron realizar “oraciones a dios” y llevarle ofrendas a “El amigo”.
Cuando las lanchas se dirigían al cerro, una fuerte lluvia detuvo su camino por unos minutos, la precipitación se dio al mismo tiempo que los damnificados decidieron dirigirse al punto.
La cueva tiene resumideros o túneles que llevan a otros municipios como Mochitlán, afirmaron los oriundos, hasta la caverna llega un tubo que evacúa 60 litros de agua por segundo, pero los pobladores comentaron que todos los días que regresan al lugar los resumideros están tapados y tienen que liberarlos nuevamente para que se consuma el agua.
Por eso los damnificados fueron a pedir a “El amigo” que no obstruyera las salidas del agua y a cambio le ofrendaron pan, cigarros y mezcal de diferentes sabores; almáciga, mole, tamales y pozole.
También llevaron la imagen de Jesucristo Crucificado, a la que le rezaron un rosario, “perdona a tu pueblo señor” era la plegaria que los asistentes repetían una y otra vez.
Los tixtlecos compartieron el altar en el suelo de la caverna para la imagen de Jesucristo y “El Amigo” que estaban al centro, una cruz rodeada de tiras de flores de cempazuchitl y velas, cercada de ofrendas para “el ser que habita la cueva”.
E todo el lugar regaron, principalmente mezcal en forma de cruz en pequeños vasos con diferentes sabores de la bebida alcohólica y cigarros prendidos.
Casi a mitad del ritual llegaron integrantes del cabildo, encabezados por el alcalde, los regidores llegaron con flores, pan y mezcal y llegaron hasta el altar en el suelo, ahí los funcionarios agitaron, al igual que los damnificados un sahumerio de almárciga o copal mientras pedían en voz baja la salida del agua.
Los ciudadanos que acudieron al lugar a realizar el ritual no estaban completamente convencidos de lo que hacían, porque dijeron que en 100 años no habían tenido que acudir con “El amigo” a “pedirle un favor”, sabían del rito como parte de las leyendas que sus ancestros les platicaron pero no tienen un antecedente reciente.

La desesperanza de los tixtlecos

Los damnificados de Tixtla fueron a la caverna que presumen fue guarida del general Vicente Guerrero Saldaña cuando el Ejército Realista lo perseguía en su lucha por la independencia de México.
Afirmaron sentir desesperanza por la nula respuesta del gobierno municipal, estatal y federal que en 20 días no han podido evacuar el agua y que lo poco que se ha reducido del nivel de la laguna es por los resumideros naturales que tiene.
Ahí el alcalde afirmó, en entrevista, que estaban trabajando para sacar el agua con el apoyo de la gente que en reuniones de evaluación les han compartido “sus ideas de qué es lo que estamos haciendo”.
Dijo que había acudido con parte del cabildo no como autoridades sino como “ciudadanos creyentes”, y que su participación no lo distrae de los trabajos técnicos para sacar el agua de la laguna.

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