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Casas enterradas o sin techo y el centro de salud y la escuela con lodo, en Cacahuatepec

Arurora Harrison

En el poblado de Cacahuatepec todavía se observa la devastación que dejó la tormenta tropical Manuel a tres semanas de su paso por Guerrero.
Casas enterradas o sin techo, centros de salud y la escuela primaria llenos de lodo, así como las comisarías municipal y comunal sepultadas, es el panorama en el poblado, y por allí caminan decenas de mujeres y niños descalzos entre el lodo.
La señora María recordó que el sábado empezó a crecer el río y corrió a su casa para sacar a sus hijos. “No pensé que iba llegar a mi casa porque estaba lejos del río y nada más saqué lo indispensable de los papeles”, a sus hijas y se fueron la casa de unos vecinos.
“Ya tenía mucho tiempo que había llovido de esa manera, pero el río no creció así, tiene más de cuarenta y tantos años, pero chico no igual”, recordó la señora, quien mostró una vivienda construida de material que en el interior quedó cubierta de tierra.
El poblado se ubica del otro lado del río Papagayo y para llegar los habitantes cruzan en pangas; hay otro acceso por el poblado El Cortés, municipio de San Marcos, pero el camino es más largo, rodeando comunidades como El Cantón, Espinalillo, Huamuchitos, Apanhuac, Los Tamarindos y El Cortés.
De acuerdo con los habitantes, 75 viviendas que están orilla del río tuvieron pérdida total, otras 35 sufrieron afectaciones parciales, pero no han podido ser habitadas por el lodo que tienen dentro y piden ser reubicados en una zona más segura.
“El río ya había crecido más o menos así hace 40 años, pero esta vez fue más fuerte”, contó José Luis Valente, y es que dijo que en esta ocasión “nos dejó en la calle”, por lo que van a esperar a que el gobierno les dé un lugar donde se reubiquen.
Agregó que en el pueblo las demás personas los han apoyado con un lugar para dormir, pero que quiere hacer una galera para vivir en un sitio más seguro, que no esté cerca del río por miedo a que éste vuelva a crecer y que los sorprenda dormidos.
Con el difícil acceso a la comunidad, dijo que durante estos días han estado subsistiendo con las despensas que les llevaron la semana pasada las autoridades, pero mencionó que es insuficiente porque debido a la crecida del río es muy difícil pasar a la otra comunidad.
La casa de José Luis Valente, que estaba construida de material, queó tapada con tierra y no le dio tiempo de sacar ningún documento ni muebles, y actualmente está “de arrimado” con unos vecinos.
El necesita lámina de cartón y madera para construir una casita en lo que llega el apoyo de las autoridades.
“No queremos regresar, queremos que nos apoyen con reubicación en la comunidad pero en otro lugar más seguro”, indicó.
Recordó que el pasado 14 de septiembre por la mañana empezó a subir el río y a meterse el agua en su casa sin darle tiempo de sacar nada, que se salió toda la familia perdiendo documentación y cosas materiales. “Está destruido el pueblo, se ve solo, aunque no se han ido las personas son menos casas y ya vinieron a censarnos de la Secretaría de Desarrollo Social pero no nos han dicho cuándo nos van a apoyar con la reubicación y no nos han dado la tarjeta”.
Cacahuatepec es la cabecera de los Bienes Comunales y ahí se encuentra la comisaría ejidal que tiene dos pisos, pero la parte de abajo quedó sepultada bajo la tierra, lo mismo ocurrió con el quiosco, la cancha de básquetbol, de la que sólo se asoma el aro; asimismo la escuela primaria quedó afectada, al igual que el centro de salud.
Las personas que fueron afectadas y que perdieron sus casas no habían podido empezar a trabajar porque sus herramientas se las llevó el río, y por el temor de que volviera a llover y que se volvieran inundar y llenar de lodo.

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