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Mil 620 personas siguen en Tepetates; ayer nadie salió de ese pueblo de Ayutla en peligro

*Deberán reubicarse cuatro comunidades de Malinaltepec, informan geólogos al alcalde

*No saben en Palo Blanco si están en peligro por la grieta y el manantial que surgieron con la tormenta

*Abren el camino a La Pintada tras 21 días de incomunicación; sigue la búsqueda de cuerpos

*Reubicación de 110 viviendas afectadas, piden vecinos de Cacahuatepec a Walton

Mil 620 personas siguen en Tepetates; ayer nadie salió de ese pueblo en peligro

De la corresponsalía

Ayutla

El plan DN-III-E reinició con la instalación de un comedor comunitario en el poblado de Tepetates, donde la mayoría de sus habitantes permanece en la localidad porque no quiere dejar sus pertenencias a pesar del riesgo que se corre por el hundimiento del cerro de La Cruz.
El alcalde Severo Castro Godínez,  y el gobernador Ángel Aguirre, quien visitó la comunidad el viernes pasado, han advertido con base en dictámenes del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenaped) del peligro que corren las familias al permanecer en Tepetates. También se han comprometido a brindar alojamiento y víveres en el nuevo mercado municipal de esta cabecera, mientras el pueblo se reubica.
Pero ante la negativa de las mil 620 personas que aún se encuentran en el poblado, el 48 Batallón de Infantería con sede en Cruz Grande, reactivó el programa de los comedores comunitarios en Tepetates.
Alrededor de las 2 de la tarde de ayer, una camioneta y un camión del Ejército transportaron víveres y despensas para continuar alimentando a la gente que está en el poblado, pero por el mal estado de los caminos el pesado camión militar sólo pudo llegar a la comunidad de El Camalote, que es una ruta pavimentada y por eso un vecino prestó su camioneta de redilas para llevar los víveres al pueblo.
Durante dos horas los soldados junto con pobladores cambiaron todo a la camioneta de redilas para subir a Tepetates. Asimismo otras tres camionetas, una militar y dos vehículos propiedad del Ayuntamiento subieron otro tanto para poder abastecer ?a los más de mil pobladores que aun no se deciden a bajar del pueblo.
Ayer nadie decidió salirse de la localidad.
El alcalde dijo en entrevista telefónica que él no quitará el dedo del renglón hasta lograr que todo el pueblo se salga para evitar una tragedia, además de que continúa buscando ayuda para alimentar a todos los que se encuentran en el refugio temporal en el nuevo mercado municipal.
El camino a Tepetates aún es intransitable, por las constantes lluvias que se registran a diario en la zona de la montaña.

Se buscará reubicar a Tepetates en las inmediaciones del mismo ejido, dice el alcalde

El alcalde de Ayutla, Severo Castro Godínez sostuvo que en la comunidad de Tepetates,  inhabilitada para ser habitada por el Centro Nacional para la Prevención de Desastres Naturales (Cenapred) permanecen alrededor de 2 mil personas que se niegan a abandonar sus viviendas.
Castro Godínez agregó que el gobernador, Ángel Aguirre Rivero se comprometió a construir las casas de la población desplazada de Tepetates, si el Ayuntamiento pone el terreno en el que podría ser reubicada.
El alcalde por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) mencionó también que la comunidad de Chacalinitla, así como algunas rancherías aledañas a Barranca Tecoani se encuentran incomunicadas debido a las afectaciones a los caminos que dejó a su paso la tormenta tropical Manuel.
Barranca Tecoani es un sitio emblemático y vergonzoso en la historia reciente del estado de Guerrero, porque ahí fue violada por soldados del Ejército mexicano Inés Fernández, en 2002 y por el caso la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una sentencia que condena al gobierno de México.
Castro Godínez mencionó que se buscará reubicar a los habitantes de Tepetates en las inmediaciones de ese mismo ejido, para que “ellos no descuiden a sus animales o sus siembras”.
Sin embargo todavía el Ayuntamiento no conoce el lugar en el que la población de esa comunidad desplazada podría ser ubicada.(Fernando Hernández / Chilpancingo).

Deberán reubicarse cuatro comunidades de Malinaltepec, informan geólogos al alcalde

Un grupo de geólogos contratados por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) del estado, determinó que cuatro comunidades del municipio indígena de Malinaltepec tendrán que ser reubicadas, debido a que representan un peligro para la población que habita en ellas, informó el alcalde perredista Aristóteles Tito Arroyo.
Consultado por teléfono, puntualizó que las comunidades en la que el equipo de geólogos determinó que, tras el paso de la tormenta tropical Manuel, ya no existen condiciones para seguir siendo habitadas son: Paraje Montero, Monte Pirámide, Moyotepec y Xkua Xtuti.
El alcalde mencionó que la información de que esos pueblos deben ser reubicados la recibió el sábado pasado, de manera preliminar, ya que todavía no concluyen los estudios por parte de los investigadores.
En ese municipio, uno los más pobres de La Montaña, los pobladores de la comunidad de Tilapa han emprendido un éxodo a terrenos del Rancho de los Rivera, ubicados en el municipio de San Luis Acatlán.
En Malinaltepec, los habitantes de las comunidades de Filo de Acatepec, La Unión de la Peras, El Tepeyac, La Lucerna, Moyotepec, San Juan de las Nieves y Paraíso, han tenido que refugiarse en el albergue ubicado en la cabecera municipal, debido a las afectaciones que han sufrido en sus lugares de origen.
A excepción de Tilapa, que ya ha sido prácticamente abandonada por sus habitantes, el destino de las otras comunidades es incierto, toda vez que aún se desconoce el lugar en el que podrían ser reubicadas.
Por su parte, el alcalde de Tlacoapa, Efrén Marino Sierra, aseguró que la Subsecretaría de Protección Civil le informó que se tendrán que reubicar a alrededor de 150 familias, que viven en zonas de alto riesgo en la comunidad de Totomixtlahuaca.
El perredista sostuvo que a más de 20 días de las lluvias que azotaron a gran parte del estado de Guerrero, todavía se mantienen incomunicados los pueblos de Tenamazapa, así como Xocoapa.
Agregó que en la cabecera municipal de Tlacoapa hay alrededor de 40 familias, las que también tendrán que ser reubicadas después de que se desbordó el río que cruza por la localidad. (Fernando Hernández / Chilpancingo).

No saben en Palo Blanco si están en peligro por la grieta y el manantial que surgieron con la tormenta

*El agua brota en el centro de la comunidad del municipio de Chilpancingo, dentro de una casa, limpia y dulce y ya la consumen los vecinos

Zacarías Cervantes

Palo Blanco / Chilpancingo

Los habitantes de Palo Blanco, municipio de Chilpancingo, se encuentran en riesgo por las grietas que se abrieron a partir de las lluvias provocadas por la tormenta tropical Manuel y que mantienen asustados a quienes viven en tres colonias, pues no han sido advertidos de los riesgos que corren y tampoco de las causas que provocaron las fisuras.
Las grietas que se abrieron al poniente de la población, en el punto conocido como El Arco, a unos 300 metros de la colonia San Isidro y del barrio La Purísima, ocasionaron un manantial que brota casi en el centro del poblado, mismo que agrietó algunas viviendas, de las que por debajo ahora “nace” el agua limpia y dulce que ya consumen los habitantes, pues la tormenta tropical destruyó las dos redes que surtían al pueblo.
Sin embargo, las más de 60 familias que habitan en la colonia y en el barrio de Palo Blanco, no viven tranquilas desde el 15 de septiembre pasado cuando, primero, algunos de ellos escucharon un extraño ruido subterráneo, después sintieron un temblor y, al final, la voz de alarma de que el cerro se había abierto.
La grieta, que abarca más de 3 kilómetros de largo y en algunas partes es hasta de 50 centímetros de ancho, provocó algunos derrumbes en el cerro y casi abarca todo el poblado de Palo Blanco, de aproximadamente 5 mil habitantes.
Pero hasta ahora, a pesar de que un grupo de geólogos, autoridades de Protección Civil estatal y municipal, así como el alcalde, han recorrido la zona acompañados por el comisario municipal, Antonio Hernández Taquillo, nadie le ha explicado a él ni a las familias que viven cerca de la grieta, las causas y si representa algún riesgo.
“Los geólogos que vinieron nos dijeron que no hay riesgos, que son grietas viejas, que solamente se tomaran las precauciones y el cuidado necesario, que si volvían a escuchar algo extraño que desalojaran sus casas y que se fueran a un lugar seguro”, dijo el comisario, entrevistado en su oficina.
Los especialistas tampoco les explicaron al comisario y a los vecinos por qué “nació” el manantial de agua en el barrio de La Purísima, concretamente atrás de la casa de la señora Asunción Romero González.
Lo que han logrado averiguar los vecinos, por las anécdotas de los ancianos, es que por la zona donde se abrieron la grietas pasaba un río que antes surtía de agua al poblado, pero que con el tiempo se fue azolvando, hasta que quedó sepultado.
“Seguro que ahora, al abrirse la tierra, el agua volvió a salir”, dijo un vecino que, atareado, llenaba barricas, cubetas y garrafones que después subía en su camioneta para llevárselas a su casa.
Pero para otros, el problema no es tan simple, pues temen el riesgo. Una de ellas es Asunción Romero, dueña de la casa de donde brota el agua, precisamente en la pared de la habitación donde antes dormían sus dos hijos menores de edad y que ahora ha desocupado.
Del chorro que cae a una altura de unos 20 centímetros del piso, ahora tiene permanentemente una cubera para “acapear” el agua.
Sin embargo, el recipiente es insuficiente, por lo que un albañil colocó una hiera de ladrillos para evitar que el agua corra por la cocina y el resto de las habitaciones.
Y eso que el caudal que brota de su casa es la mínima cantidad, pues la mayor parte se escurre por entre su vivienda y la de al lado y el chorro cae desde una barda hacia la calle René Castro Villanueva, en donde el pueblo con la anuencia del comisario municipal han entubado una parte del fluido, pero hay mucha más agua que cae en un chorro en el que los niños se bañan divertidos y decenas de vecinos acuden para acarrear el agua.
“El día que se metió a mi casa eran las 2 de la mañana del sábado (14 de septiembre), nos paramos y la comenzamos a sacar con cubetas, pero después vimos que era cuento de nunca acabar y quisimos tapar el hoyo que abrió de la pared, con plastilina, pero la botó y salió más mucha”, dijo doña Asunción.
El caudal que brota del cuarto de sus hijos llega en línea recta desde donde se encuentran las grietas en el punto conocido como El Arco, “es lo que nos da miedo, por eso queremos que nos digan si corremos peligro para cambiarnos de casa, o no, pero nadie nos quiere decir”, se quejó la mujer.
Agregó que acudieron con ella el comisario, autoridades de Protección Civil y un grupo de geólogos, “pero solamente nos dijeron que el peligro allí está, que si volvemos a escuchar o ver algo extraño que entonces sí que nos salgamos y que nos vayamos a vivir a otro lugar más seguro”, dijo.
Sin embargo, insistió en que lo que los vecinos quieren es que les digan con certeza cuál es la causa de las grietas y del manantial que “nació” allí, “y si corremos peligro para de una vez salirnos”, dijo.
Dijo que la gente de la mayor parte del pueblo está contenta porque tienen el manantial de agua y de allí se van a surtir para lavar la ropa, para lavar los trastes y hasta para tomar, “algunos traen sus garrafones y la han comenzado a vender, hasta me estaban echando la culpa a mí, pero yo ya le dije al comisario que entube su agua y llévelas, yo no quiero problemas, lo que quiero es que me digan si corro peligro en mi casa”, insistió.
Pero el comisario está igual que el resto de los habitantes. Entrevistado en la comisaría, dijo que tampoco a él le han informado las autoridades y el grupo de geólogos que realizó el recorrido la semana pasada, “nomás se agachan y hablan bajito entre ellos, pero a nosotros no nos dicen la verdad”, dijo.
Agregó que sólo les han dicho que, “por cualquier cosa”, las familias que se encuentran en la zona afectada tienen que salirse de sus casas cuando vean o escuchen algo extraño.
Dijo que en la colonia La Purísima y el barrio de San Isidro, que se encuentran abajo de donde está la grieta, al lado poniente de la población, habitan aproximadamente 60 familias y que a ninguna de ellas les han recomendado medidas de protección, “solamente que tengan cuidado”, dijo el comisario.
Informó que por lo pronto, el agua del manantial que nació en la colonia de La Purísima y que baja de la zona de las grietas, está sirviendo para abastecer a la población pues los dos sistemas de los que se surtían los habitantes fueron destruidos por las lluvias de la tormenta tropical Manuel.
Dijo que hasta ahora ninguna autoridad federal o estatal les hadado apoyo para la reparación de las dos redes y que por eso la noche del sábado se reunieron los habitantes, y acordaron cooperarse para comprar el material y reparar ellos el sistema, aunque por lo pronto informó que adquirieron cloro para poder utilizar el agua que nace del nuevo manantial.
Informó que las lluvias de la tormenta tropical Manuel también destruyeron parte de la red de drenaje y un puente que comunicaba a los habitantes de la parte oriente con el centro de la población, mismo que ya está siendo reconstruido por los mismos habitantes.
Mientras que en la zona en donde hubo derrumbes, fue la propia comisaria municipal la que colocó cordones de protección para prevenir a los habitantes de que es una zona de riesgo, situación que le correspondía a las autoridades de Protección Civil.
La grieta que se abrió en el punto conocido como El Arco, al poniente de Palo Blanco, se encuentra aproximadamente a la misma altura y nivel de la que se abrió en la colonia Rosario Ibarra, al poniente de la capital.
Palo Blanco se encuentra a unos 10 kilómetros al sur de la capital, y aunque se cree que las causas y el riesgo por las grietas son los mismos, en el caso de Palo Blanco los habitantes no han recibido la misma información y advertencias; pues en la Rosario Ibarra se ha emitido el dictamen por parte de los geólogos y Protección Civil, de que las familias deben desalojar sus viviendas.

Abren el camino a La Pintada tras 21 días de incomunicación; sigue la búsqueda de cuerpos

Luego de que estuvo 21 días incomunicada, fue reabierta la vialidad a la comunidad de La Pintada en lo alto de la sierra de Atoyac.
En la población continúan la brigada de Topos Tlatelolco Aztecas y soldados en busca de los cuerpos que quedaron sepultados por un alud que cubrió más de la mitad de la población el 16 de septiembre.
El acceso a la comunidad fue por medio de una brecha habilitada en un potrero propiedad de Pablo Lucena, debido a que el puente para entrar a la carretera pavimentada, fue arrasado por la creciente del arroyo de Los Planes.
El camino al que sólo se puede accesar por un carril debido a trozaduras del pavimento y deslaves, fue despejado por los vecinos de la zona.
Al lugar comenzaron a subir maquinaria pesada para ampliar el paso y subir más maquinaria para facilitar el rescate de los cuerpos sepultados y personal que hará los estudios del nuevo sitio donde se reubicará a la Nueva Pintada.
En el lugar también se mantienen algunos voluntarios después de que la gran mayoría se bajaron cuando fueron recuperados los cuerpos del matrimonio de la colonia 18 de Mayo con quienes se había hecho el compromiso de que se iban a buscar más cuerpos atrapados en la tierra.
La tarde del viernes encontraron en la orilla del río de La Pintada el cuerpo de una mujer.
Los voluntarios y algunos familiares piden que se instale una cocina en el área para continuar con los trabajos de rescate, porque no hay víveres. (Francisco Magaña / Atoyac).

Reubicación de 110 viviendas afectadas, piden vecinos de Cacahuatepec a Walton

*En un recorrido que hizo el alcalde por la zona pide a los pobladores que busquen un lugar a donde puedan moverse. “Vamos a conseguir recursos pero definitivamente no se puede volver a construir cerca del río”, les dice

Aurora Harrison

Vecinos del poblado de Cacahuatepec, en los Bienes Comunales del mismo nombre, afectados por la tormenta tropical Manuel y la apertura tardía de la presa ed La Venta, pidieron al alcalde Luis Walton Aburto la reubicación de las 110 casas dañadas, reparación de la bomba que abastece de agua a los poblados, brigadas de salud, así como la recuperación de actas de nacimiento y de credenciales de elector.
En un recorrido por las co-munidades El Cantón, Espi-nalillo y Huamuchitos, ubicados en la zona rural del municipio, el alcalde entregó despensas, carretillas, palas y picos a los afectados y escuchó a quienes le contaron que perdieron sus casas, además de la comisaría y la escuela.
Para llegar a Cacahuatepec, el alcalde entró por el poblado de El Cortés, municipio de San Marcos, camino de terracería y donde los tramos de concreto fueron cubiertos por tierra. El acceso directo es por el poblado de Parotillas a bordo de lanchas, pero debido a que la crecida del río Papagayo se llevó algunas embarcaciones y decidieron ir por tierra.
El alcalde tardó dos horas y media en llegar a Cacahuatepec y en su intervención dijo que gestionará para que a las personas afectadas por las lluvias se les apoye: “vamos a conseguir recursos para ayudarlos pero definitivamente no se puede construir ahí (cerca del río), porque el que vaya a construir ahí, a la hora que se haga el planteamiento no se darán los recursos para ayudarlos, tienen que buscar otro lugar”.
Pidió a los afectados que busquen, con apoyo del comisario del poblado, un lugar donde puedan reubicarse; “no todas las cosas las vamos a <poder solucionar, a lo que nos comprometamos se va a solucionar” y que en lo demás se gestionará ante el gobierno estatal y federal.
El alcalde recorrió algunas casas afectadas por las lluvias y los damnificados le explicaron cuánto tiempo tenían en ese lugar. Luego lo llevaron a la comisaría municipal, que quedó enterrada, y le mostraron las afectaciones en la bomba que abastece de agua a las comunidades, además de la escuela y centro de salud, que también estaban llenos de lodo.
Los vecinos querían que Walton Aburto visitara más casas para que observara cómo quedaron, pero éste les dijo que no podía caminar mucho.
Varias de las casas todavía están cubiertas de tierra que fue arrastrada por la crecida del río, algunas ya no tienen techo o pared, y la calle principal, que es de concreto, tenía medio metro de tierra encima.
Los vecinos dijeron que el río se extendió más de un kilómetro de su cauce normal.
Después del recorrido por las casas afectadas, el alcalde le entregó a esa comunidad 70 palas, 70 picos, 70 carretillas, 300 despensas, agua embotellada, cal, colchonetas y cobertores “para que vayan medio pasándola”.
Les aseguró que iniciará una campaña para tramitar el acta de nacimiento y que hará la gestión para que el IFE les reponga su credencial.
En entrevista, Luis Walton lamentó lo que ocurrió a los habitantes que tienen sus casas enterradas, pero dijo que hará la gestión ante el gobierno federal y estatal para que apoyen a esas comunidades y “nos vamos preocupados para encontrar una solución”.
“Creo que de las zonas más afectadas es esta (Cacahuate-pec) y la comunidad de Venta Vieja donde desaparecieron varias casas”, declaró a reporteros en alusión a la comunidad vecina de la presa hidroeléctrica La Venta que administra la Comisión Federal de Electri-cidad (CFE).

Las peticiones

En su intervención, el comisario de Cacahuatepec, Pedro Navidad Cipriano, dijo que “tenemos muchas necesidades, la reubicación de las casas, la comisaría, queremos que nos ayude con alambre para cercar las parcelas de quienes perdieron su siembra, palos, picos para hacer la limpieza y empleo temporal porque no tenemos dinero”.
Agregó que a los afectados, cuyas casas quedaron enterradas por el lodo, se debe de ayudarlos a reconstruirlas pues 75 sufrieron pérdida total y 35 daños parciales, además de la reubicación de la escuela y el centro de salud.
Heriberto Gabriel Reyes, director de la escuela Ignacio Zaragoza, tiene más de 25 años en la comunidad y dijo que “Cacahuatepec necesita agua, alimentos, porque la ayuda que ha llegado vía área y terrestre es insuficiente, son más de 800 personas que viven en ese poblado”.
“Queremos que se nos apoye con láminas, cemento para construir algunas galeras para los damnificados,  que el Instituto Federal Electoral (IFE) entregue credenciales ya que el río se llevó todo, que el Registro Civil haga una campaña para entregar actas, que la CAPAMA instale equipo de bombeo para el agua potable de las comunidades”, agregó.
Explicó que  tienen que ha-cer pozos cerca del río para sa-car agua limpia y evitar posibles enfermedades, y pidió que la brigada de salud esté de forma permanente y que se fumigue para prevenir el dengue.
Otra de las demandas fue la rehabilitación del jardín de niños y la reconstrucción de la escuela primaria.
Heriberto Gabriel Reyes detalló que las clases son regulares por las condiciones en las que se encuentra el inmueble, e indicó que en la telesecundaria, que atiende a niños de ocho comunidades como El Cantón, Parotillas, Ilamos y El Carrizo, “no hay condiciones porque se inundó”.
El director también dijo que los habitantes están preocupados porque con la tormenta, además de perder sus cosas materiales, perdieron su documentación como la tarjeta Procampo, la de 60 y Más, Oportunidades, entre otros que no les dio tiempo de sacar.
Después el alcalde acudió a la comunidad de El Cantón, donde entregó despensas –cuyas cajas tenían la leyenda gobierno federal, Comisión Federal de Electricidad–; ahí la petición fue la reconexión del servicio de luz porque no tienen, médicos para que atiendan el centro de salud y agua potable.
Luego Walton acudió a Espi-nalillo y a Huamuchitos, donde también entregó despensas a señoras y madres jóvenes que llevaron a sus hijos, mientras que los hombres se acercaron a solicitar apoyo para recuperar sus cosechas.
El miércoles, comisarios, acompañados de integrantes del Consejo de Ejidos y Comuni-dades Opositoras a la Parota (Cecop), protestaron en un acto en el parque de La Reina donde el alcalde recibió despensas de Banorte, y le exigieron que los ayudara con material para sacar los escombros y arreglar caminos.

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