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No quieren gasera, insisten vecinos del Barrio de La Playa ante el dueño

Mariana Labastida

Luego de escuchar a los encargados del proyecto de la gasera que se lleva a cabo en medio de la zona habitacional del Barrio de La Playa, los vecinos ratificaron su negativa a que se autorice cualquier expendio de venta de ese insumo en la zona.
“Es arriesgado para todos, si donde hay mayor seguridad no la hubo, como en San Juanico –con la explosión de planta de almacenamiento y distribución de gas LP en 1984, en el estado de México–”, dijo José Ismael Cruz, uno de los vecinos inconformes.
El martes de la semana pasada, los vecinos del Barrio de La Playa protestaron por la construcción de una gasera, que es el proyecto que les dijeron que se desarrolla en el patio de una vivienda ubicada entre la plazoleta José Ignacio Inocente Lugo y la calle Benito Juárez.
Ayer, el encargado de la obra, Juan Martínez, quien dijo ser abogado, y el inversionista Abundio Martínez, de la familia propietaria del restaurante El Amigo Miguel, convocaron a una reunión a los vecinos para explicarles que se hace en el terreno, luego de que la semana pasada inspectores del área de Licencias del Ayuntamiento acudieron a suspender los trabajos.
Juan Martínez indicó que se desarrollaban dos proyectos, parado sobre parte de la instalación que ya se colocó, y aseguró que los tubos no son para gas sino para instalación eléctrica y allí se colocaría una báscula, además de que se construirán dos cámaras frigoríficas más a la que ya existe y que “no se iba a instalar ningún tanque de carburación”, sino que el otro proyecto es un negocio de distribución de gas en cilindros nuevos “para el que no se ha hecho ningún trámite ni solicitud porque primero queríamos hablar con ustedes”.
Saber que no sería una gasera sino un negocio de venta de cilindros provocó la misma inconformidad en los colonos y señalaron que “nuevo o no de todas maneras explotan”.
Uno de los inconformes reprochó que se empezara la obra sin antes dirigirse a los habitantes, y pidieron al inversionista que pensara en la gente y le manifestaron que lo aprecian pero que no piensa en la comunidad.
Abundio Martínez les recordó que en cada tortillería hay cilindros de mil litros que también representan un peligro para la comunidad, así como los cilindros que cada uno tiene en sus viviendas,  a lo que le respondieron que esa es responsabilidad de cada uno y que no “le eches más cemento a la mezcla”.
El inversionista argumentó que el beneficio sería para todos porque se venderían los cilindros completos no como en las camionetas repartidoras, además de que se tendrían las medidas de seguridad necesarias, a lo que los vecinos coincidieron en que prefieren que les vendan los tanques incompletos a tener una bodega de cilindros llenos cerca de sus viviendas.
“Tu creciste aquí y no vas a querer que la gente explote, pero estás viendo tu beneficio económico nada más”, le reprochó una de las colonas, mientras que otro le indicó que “la mayor seguridad es no realizar el proyecto, mejor que nos engañen pero no vamos a morir”.
Abundio Martínez abundó que en cualquier lugar puede haber una explosión, que “todos en algún momento tenemos que morir” y, aunque insistió en que se tendrían las medidas de seguridad debidas y solo se realizará si tiene el aval de la Secretaría de Energía, los vecinos insistieron en su negativa a que se tengan más de 30 cilindros de gas LP en el terreno.
“No lo queremos de todas maneras”, reiteró uno de los inconformes, mientras que otra explicó que “en Acapulco no hay la capacidad para un desastre como el que se pudiera dar aquí, si ocurriera cuando lleguen vamos a estar todos achicharrados”, y sugirieron que mejor construyera un balneario.

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