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Octavio Klimek Alcaraz

5º Informe de Evaluación del Cambio Climático

El pasado viernes 27 de septiembre de 2013, los representantes de 110 gobiernos que integran el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés), aprobaron el Resumen para Responsables Política del primero de los reportes, el del Grupo de Trabajo I, la Base de las Ciencias Físicas, dedicado a la ciencia del cambio climático, del Quinto Informe de Evaluación del IPCC (conocido como AR5). El reporte completo fue liberado para su difusión el día lunes 30 de septiembre (se puede consultar en: http://www.climatechange2013.org o www.ipcc.ch).
El IPCC fue creado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en 1988, con el mandato de realizar evaluaciones de importancia para la formulación de políticas sobre la literatura mundial existente relativa a los aspectos científicos, técnicos y socioeconómicos del cambio climático.
El Grupo de Trabajo I (GTI) sobre la base científica del cambio climático es uno de los tres grupos de trabajo que contribuyeron al AR5. El GTII evalúa los “impactos, adaptación y vulnerabilidad”, mientras que el GTIII evalúa las “opciones para mitigar el cambio climático“. Estos últimos dos reportes serán publicados en marzo y abril de 2014. Concluyendo el ciclo del AR5 del IPCC con la publicación de su Informe de Síntesis en octubre de 2014.
El AR5 se considera la más completa evaluación del conocimiento científico existente sobre el cambio climático, sus impactos, la adaptación y la mitigación, desde el 2007, cuando fuera difundido el anterior reporte, el denominado Cuarto Informe de Evaluación del IPCC (AR4).
La propia evaluación completa del Grupo de Trabajo I es de unas 2 mil 500 páginas de texto y considera millones de observaciones y más de 2 millones de gigabytes de datos numéricos extraídos de simulaciones de modelos climáticos. Se mencionan más de 9 mil 200 publicaciones científicas, de los cuales más de sus tres cuartas partes se publicaron desde la última evaluación del IPPC del año 2007 (AR4).
Desde el punto de vista de la ciencia, la principal conclusión del informe de evaluación, es que confirma que la evidencia respecto de la influencia humana ha aumentado desde el AR4 y que es sumamente probable (95-100 por ciento de probabilidad) que el calentamiento producido desde mediados del siglo XX se deba en gran medida a la influencia humana.
En la anterior evaluación, la AR4, se calificaron las pruebas del calentamiento global causado por el hombre como “muy probables,” o sea, que tienen al menos 90 sobre 100 por ciento de ser correctas. Es decir, al día de hoy existe una mayor certidumbre sobre la influencia humana en el cambio climático.
Se señala que para limitar el cambio climático sería necesario reducir de forma sustancial y sostenible las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero. Al respecto se hace notar, además, que este año, por primera vez en la historia humana, la concentración atmosférica de CO2 superó las 400ppm (partes por millón) un umbral que se suponía no debía cruzarse. Es decir, aún en el caso que las emisiones fueran hoy completamente detenidas, las temperaturas seguirían siendo elevadas en los próximos siglos debido a los impactos de los gases de efecto invernadero que están ya presentes en la atmósfera como resultado de las emisiones pasadas.
Aunque el reporte tiene una enorme abundancia de información relevante, uno de sus aspectos claves es que permite discurrir sobre que significan sus conclusiones para el futuro del hombre y de la vida en la tierra. Entre las principales conclusiones del informe y conforme al comunicado conjunto del 27 de septiembre del presente año de la Organización Mundial Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio (disponible en: http://www.wmo.int/pages/mediacentre/press_releases/pr_978_es.html), cabe citar las siguientes:
“La temperatura media global en superficie aumentó 0.89 °C entre 1901 y 2012. Cada uno de los tres últimos decenios ha sido más cálido que todos los precedentes desde 1850. En el hemisferio norte 1983–2012 ha sido probablemente el período de 30 años más cálido de los últimos  mil 400 años. El primer decenio del siglo XXI ha sido el más cálido de todos (en la publicación El clima mundial en 2001-2010 de la OMM se estima la temperatura media global en superficie para ese decenio en 14.47°C). Las temperaturas medias globales probablemente aumenten todavía entre 0.3°C y 0.7°C durante el período comprendido entre 2016 y 2035. Es probable que, si se promedia la temperatura global en superficie a lo largo del período de 2081 a 2100, supere los niveles preindustriales en 1.5°C o, incluso, en 2°C (dependiendo de las emisiones de gases de efecto invernadero en el futuro).
El reporte utiliza cuatro nuevos conjuntos de escenarios de concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero, para afirmar que “se proyecta que el cambio de la temperatura media global hacia el fin del siglo XXI probablemente excederá 1.5ºC de temperatura relativa a 1850 a 1900 en todos los escenarios menos el más bajo considerado, y probablemente excederá los 2ºC para los dos escenarios más altos.” Desde aproximadamente 1950 se han observado cambios de numerosos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos. Es muy probable que el número de días y noches fríos haya disminuido y el número de días y noches cálidos haya aumentado a escala global y es probable que en gran parte de Europa, Asia y Australia la incidencia de las olas de calor haya aumentado.
Es prácticamente seguro que las capas superiores de los océanos (hasta una profundidad de 700 m) se hayan calentado entre 1971 y 2010. Es probable que las capas profundas de los océanos, por debajo de los 3000 m, también se hayan calentado desde el decenio de 1990, época en que se comenzó a disponer de observaciones suficientes. La energía solar entrante que almacena la Tierra suele traer consigo un calentamiento de los océanos, que entre 1971 y 2010 fue de alrededor del 93 por ciento. Los océanos mundiales seguirán calentándose durante el siglo XXI. El calor penetrará desde la superficie hasta las capas profundas de los océanos e influirá en la circulación oceánica.
El ritmo del aumento del nivel del mar desde mediados del siglo XIX ha sido superior a la media en los dos milenios anteriores. El nivel medio subió en aproximadamente 19 cm entre 1901 y 2010 debido al aumento del calentamiento de los océanos y al derretimiento de los glaciares y los mantos de hielo. El ritmo del aumento se aceleró entre 1993 y 2010, y es muy probable que se incremente de nuevo durante el siglo XXI y más adelante. En el informe se señala que durante el último interglacial, cuando las temperaturas eran 2°C más altas que en los niveles preindustriales, los niveles máximos globales del mar eran entre 5 y 10 m más altos que los de hoy en día.
El agua de mar se ha vuelto más ácida (su pH ha disminuido en un 0.1) desde el inicio de la era industrial debido a las emisiones de dióxido de carbono de origen humano y seguirá acidificándose durante el siglo XXI.
Es muy probable que la cubierta de hielo del Ártico siga menguando y haciéndose más delgada y que el manto de hielo de la primavera del hemisferio norte disminuya a lo largo del siglo XXI a medida que vaya aumentando la temperatura media global en superficie. Según algunos escenarios, el océano Ártico estará casi libre de hielo en el mes de septiembre antes de mediados de siglo.
Existe un nivel de confianza muy alto de que los glaciares sigan menguando y perdiendo masa en todo el mundo, con muy pocas excepciones. Según uno de los escenarios, el volumen de los glaciares podría seguir reduciéndose hasta entre un 35 y un 85 por ciento de aquí a 2100. Mientras tanto, la extensión del manto de nieve del hemisferio norte ha disminuido desde mediados del siglo XX, especialmente en primavera y seguirá esa tendencia.
Es probable que la influencia humana haya afectado al ciclo global del agua y sus características desde 1960. Por ejemplo, en los últimos decenios las precipitaciones han aumentado en las superficies de tierra de las latitudes medias del hemisferio norte.”
Es de gran relevancia señalar que una de las principales conclusiones del informe AR5 es comprender que la oportunidad para limitar el aumento de la temperatura a dos grados centígrados –el umbral de los 2ºC se considera la línea divisoria entre un calentamiento que sea apenas tolerable y uno que es peligroso– se está terminando demasiado rápido para la humanidad.
Al respecto, como se comunica el pasado 3 de octubre en el portal electrónico de Finanzas Carbono (consultar en: http://finanzascarbono.org/noticias/quinto-informe-de-evaluacion-del-panel-intergubernamental-sobre-el-cambio-climatico/), en esta dirección, y por primera vez, el IPCC ha establecido lo que se denomina con frecuencia un presupuesto de carbono. Para tener una probabilidad equivalente a dos tercios de mantener el calentamiento global por debajo de 2ºC, el reporte afirma que “requerirá que las emisiones acumulativas de CO2 de todas las fuentes antropogénicas se mantengan entre 0 y aproximadamente”.
Como el mundo había generado ya algo más de la mitad de esa cantidad (531 GtC) hacia el 2011, a las tasas corrientes de emisiones de gases de efecto invernadero (en un escenario sin nuevas políticas climáticas), el resto del presupuesto de carbono se habrá consumido incluso antes del 2040. Esta es pues la magnitud del desafío para la comunidad internacional, que debe orientar de manera concertada sus esfuerzos para que esto no suceda.
Finalmente, debe señalarse que los informes del IPCC han sido un fuerte motivo de inspiración para la adopción y aplicación por los gobiernos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Por ello, se espera que este Quinto Informe de Evaluación sea una base sólida de aquí al año 2015, cuando se concluyan en París las negociaciones, para adoptar un nuevo acuerdo universal y a largo plazo sobre el clima.

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