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La corrupción agudizó la desgracia, reconoce el arzobispo Garfias Merlos; avala investigar a los responsables

Aurora Harrison

El arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, opinó que la “corrupción” de las autoridades aumentó la desgracia de muchas familias y comunidades, porque no se ha respetado la normatividad del cuidado del medio ambiente.
En conferencia de prensa, a pregunta expresa sobre las notificaciones que realiza el gobierno municipal a quienes viven en zonas de alto riesgo para que desalojen sus casas, Garfias Merlos declaró que, aparte de eso, debe dárseles acompañamiento y trabajo social para que las personas hagan conciencia del riesgo y poder abandonar su vivienda.
Sobre la detención que se hizo en días pasados de 13 agentes de la Policía Federal vinculados a una banda secuestradores, el arzobispo declaró que es una señal de que se busca “limpiar las policías” y que haya credibilidad por parte de los ciudadanos en las corporaciones, así como un avance en la aplicación de la justicia.
“El hecho de que se esté deteniendo a federales es señal que se está buscando avanzar en la aplicación de la justicia y ojalá que pueda continuarse y se pueda buscar la forma para que quienes están en esos cargos de seguridad den la confianza a la población”, dijo.
Al recordarle que el alcalde Luis Walton Aburto condenó los vínculos de los policías con la delincuencia, Garfias Merlos dijo que “él lo está condenando, yo estoy diciendo que es una buena señal que se esté empezando a buscar la forma de limpiar las policías” para que la sociedad tenga confianza.
El arzobispo leyó antes un comunicado sobre las acciones de prevención de desastres, en el cual señaló que la Iglesia católica propone contribuir a la educación ambiental y colaborar para que se elabore y se dé a conocer la importancia de los protocolos de prevención y actuación en caso que se presenten fenómenos naturales imprevistos.
“Muchas de las tragedias sucedidas en las semanas pasadas pudieron ser evitadas, reducidas, si los ciudadanos y las autoridades tuviéramos una actitud diferente ante el medio ambiente, que se concibe más como un recurso que hay que comercializar, hay que recordar que antes de ser mercancía el medio ambiente es nuestra casa”, dijo el arzobispo.
Añadió que es necesaria una profunda educación ambiental, que enseñe a reconocer y respetar las leyes de la naturaleza, revisar y corregir el comportamiento de las autoridades que no han respetado la normatividad del cuidado del medio ambiente y la explotación de recursos naturales.
Sostuvo que, sin duda, la “corrupción ha sido un factor que ha aumentado la desgracia”.
Al preguntarle si deben ser castigados quienes entregaron permisos en zonas inundables de Acapulco, dijo que debe hacerse una investigación, que se sigan los cauces, “porque si lo que está identificado como irregular o indebido, o permitido, hay que seguir el trámite”.
Agregó que se requiere redoblar esfuerzos para la prevención y reaccionar de manera eficaz ante los desastres, y criticó que se hayan construido viviendas donde “no debió haber habido, porque son zonas que están en situación irregular, es algo que todo mundo sabe que está en proceso de investigación para identificar quiénes dieron esos permisos”.
Cuando se le preguntó si considera que debe actualizarse el Plan Desarrollo Urbano para evitar riesgos en las zonas, respondió que no es experto en materia de urbanización, pero que es importante que se haga un plan, porque con los hechos que pasaron debe “hacerse un nuevo plan, pero tiene que ser con (personas) expertas en la materia”.
Respecto a las notificaciones que están entregando a personas que viven en zona de alto riesgo, declaró que “creo que debe hacerse conciencia que están en zona de riesgo, que haya acompañamiento y un trabajo social, no nada más darle la indicación”.
Se le preguntó si avalaría el uso de la fuerza pública para que desalojen sus viviendas, el arzobispo insistió en que debe haber un trabajo social, que se disponga de personas para que den acompañamiento a esas personas, para que les den alternativas y vean el riesgo.
Y sobre la participación del alcalde de Tixtla, Gustavo Alcaraz Abarca, junto a damnificados en un ritual a un demonio para que saque el agua de las colonias inundadas, el arzobispo declaró que “tienen que separarse los aspectos y momentos…, el alcalde debe asumir su responsabilidad como alcalde”.
Garfias Merlos aseguró que la iglesia sigue atendiendo la emergencia y a damnificados, y señaló que hay regiones como la Montaña y la Sierra que viven en condiciones de incomunicación y de alta vulnerabilidad.

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