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Por la falta de comida en el albergue, en el día regresan refugiados a Tlalnipatlán

De la corresponsalía

Cocula

Ante la escasez de alimentos, artículos de higiene personal y agua para bañarse y lavar ropa, familias enteras de Tlalnipatlán salen del refugio temporal para regresar a sus casas durante el día. Tiempo que ocupan también para dar de comer a sus animales de corral, cuidar sus casas y sus tierras de cultivo.
Durante un recorrido por la comunidad, en la que se siguen registrando más hundimientos y deslizamientos de la tierra, unas siete familias regresaron del albergue en carros particulares y taxis, que les cobran hasta 145 pesos de la cabecera municipal ubicada a unos 30 minutos de distancia, con bolsas y maletas de ropa.
La señora María Mendoza quien llegó en un taxi con sus dos hijas menores y otra pareja, precisó que regresaba a su casa sólo para bañarse y lavar ropa, ya que en el albergue no hay agua ni lugar donde hacer estos quehaceres, “no hay agua para bañarse ni lugar donde bañarnos, tampoco dónde lavar nuestra ropa”.
Dijo que regresan a Tlalnipatlán durante el día, también para cuidar su casa y para darle de comer a sus animales; y al caer la tarde se regresan al albergue para incorporarse con el resto de sus familiares que ahí se quedan.
Citó que la necesidad de salir del albergue es también porque la comida escasea, “a veces cuando vamos a pedir ya se terminó y nos quedamos sin comer”. Agregó que también es limitada la entrega de papel higiénico y no cuentan con jabón para bañarse ni para lavar ropa.
Jorge Díaz, otro habitante de Tlalnipatlán que vive a menos de 100 metros de donde se registró el hundimiento, urgió a las autoridades estatales y federales para que brinden apoyos a los damnificados, puedan reubicarlos en zonas más seguras y generar fuentes de empleo.
Al igual que muchas de las familias, Jorge dijo que sólo va a la comunidad durante el día para cuidar su casa y regresa por la tarde al albergue, en donde están sus padres. Precisó que en la comunidad hay sólo ocho familias, unas que no se quisieron salir y otras que se han regresado del refugio de forma definitiva. Éstas viven en las partes más retiradas de la zona del desastre.
Mencionó que junto a su padre se dedican a la agricultura, la siembra de maíz y calabaza, dijo que tuvieron pérdidas considerables por las inundaciones que causó el desbordamiento del río Cocula.
Pidió ayuda urgente del gobierno, “porque no tenemos ni para ir comiendo, el río y las inundaciones nos afectaron en gran parte a muchas personas”.

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