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En Rinconada, pocas fueron las familias censadas por Sedesol, se quejan vecinos

Karla Galarce Sosa

A un mes de que ocurrieron las lluvias torrenciales de la tormenta tropical Manuel, habitantes de la unidad habitacional Rinconada del Mar dicen que algunas personas simularon habitar las casas de sus vecinos para cobrar el apoyo que la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) entregó hace unos días.
Aunque ya han pasado más de tres semanas desde que los habitantes de esa colonia volvieron a sus casas, aún hay quienes limpian, sacan lodo, lavan y tiran algunas de sus pertenencias que el paso del meteoro dañó. En los patios de las viviendas aún hay muebles que sus dueños sacaron a secar, basura y lodo y más montones de lodo semicubiertos de cal.
Así, en un recorrido de esta reportera por el lugar, se observaron varias casas deshabitadas que continúan sin limpiar; en otras ya fueron colocados carteles con la leyenda “En venta” o “Se renta”.
Por la mañana se observaron dos grupos hombres trabajando, quienes dijeron haber sido contratados por el Infonavit para pintar el interior de algunas de estas casas.
El conjunto habitacional Rinconada del Mar, adyacente a la unidad Luis Donaldo Colosio, está constituido por una decena de cerradas o pequeñas privadas. Lo rodea una vialidad principal que funciona como circuito interior, y por donde transitan los vehículos del transporte público.
Pese a la contingencia que sufre el municipio, en este lugar da la bienvenida una enorme fuga de aguas residuales que, de acuerdo con los vecinos, no ha sido reparada desde que ocurrieron las inundaciones, aunque recordaron que los reportes sobre este derrame comenzaron desde que ellos viven en ese lugar, hace más de diez años.
En este contexto, la profesora Lourdes Martínez, vecina de la calle Río Hondo, aseveró que la fuga de aguas negras y el olor a drenaje que allí se percibe son problemas añejos que las autoridades no han atendido desde hace más de una década.
La maestra explicó que como la mayoría de sus vecinos trabajan, hay pocas familias que fueron censadas para reponer parte de sus muebles y electrodomésticos que el agua y el lodo descompusieron.
Es el caso del contratista José Guadalupe de la Cruz, quien radica en la ciudad de México con su esposa y su hija, pero que pasa largas temporadas en Acapulco.
Según la profesora, un par de mujeres comenzaron a limpiar la casa del señor De la Cruz, quien tuvo que viajar de Acapulco a Guadalajara para trabajar en esa entidad porque allá le ofrecieron desarrollar una obra.
Hasta apenas ayer –continuó la maestra–, comenzó la limpieza de la pequeña casa, de donde sacaron muebles, ropa, refrigerador y de donde sólo recuperará dos anaqueles metálicos que sólo deben ser enjuagados para ser utilizados de nuevo. Lo demás: ropa, muebles, trastes de cocina, libros, documentos y otras pertenencias quedaron inservibles, aseveró.
De acuerdo con la profesora, otra familia que no ha sido registrada en el censo de la Sedesol es la del señor Donato Sánchez Nava, quien es jubilado desde hace años. Llegó a Acapulco después de tres meses de ausencia. Explicó que adquirió la casa de la colonia Rinconada hace algunos años y la pagó de inmediato.
Sánchez Nava dijo que una vez que limpie su casa con la ayuda de su hijo –quien lo acompaña para las labores– acudirá a algunas oficinas para pedir información y adquirir la tarjeta que el gobierno federal ofreció y entregó a otros vecinos de la zona.
El hombre, de más de 60 años, quien radica en el estado de México, desconocía que el registro para los apoyos del gobierno terminó el sábado pasado.
En contraste con esta circunstancia donde algunos damnificados se quedan sin apoyo, otras casas de vecinos, donde vive Elsa Pintos Tellechea, sí fueron censadas pero no han recibido la tarjeta para la adquisición de enseres domésticos y tampoco ha recibido el apoyo de mil 400 pesos que ofreció la Sedesol para la limpieza y pago del Programa de Empleo Temporal.
Por su parte, Elsa Pintos dijo que ya fue al Fórum de Mundo Imperial para preguntar sobre su caso y allí le dijeron que esperara en su casa la visita de quienes le entregarían la tarjeta.
Pintos agregó que también acudió a las oficinas de la dependencia estatal ubicadas al interior del parque Papagayo, pero que allá no hubo quien la atendiera.
En su oportunidad, el señor Margarito Vázquez Vázquez, quien continúa la limpieza de su casa junto con dos personas más dijo que en el Infonavit le informaron que sólo se haría efectivo el seguro de la puerta de su casa hacia adentro y que las reparaciones no incluirían banquetas, drenajes o fugas de aguas residuales, como la que está justo frente a su casa.
Margarito Vázquez tampoco fue de los afortunados en recibir la tarjeta con 10 mil pesos para comprar algún refrigerador, estufa, lavadora o una cama, porque tuvo que dejar su hogar y salir a trabajar.
En Rinconada del Mar, la vida cambió y además de los anuncios que ofrecen propiedades en venta, se observó también en la puerta de una casa un singular aviso del dueño, dirigido a Infonavit: “Salí a trabajar –nombre y número de celular– favor de avisar cuando pasen porque estoy muy pocas horas aquí”.

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