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Rubén Aguilar Valenzuela

¿Romper con el Pacto por México?

Al interior del PAN y el PRD existen grupos que consideran  que sus partidos deberían salirse del Pacto, para radicalizar sus posturas y contrastarse de manera más clara y abierta frente al actual gobierno. En su análisis, el Pacto sólo ha beneficiado al PRI y ha borrado políticamente la alternativa que representan el PRD y el PAN.
Al interior del PRI existen grupos, sobre todo en los estados, que piensan que el gobierno ha cedido mucho al PAN y el PRD, para poder mantenerlos en el Pacto y que esto ha costado mucho al PRI y ya ha llegado el momento de que éste se abandone y así dejar espacio para que el PRI actúe sin ningún tipo de cortapisa en los estados.
Las dirigencias de los tres partidos en todo momento han defendido el Pacto y justificado la permanencia en él. Hasta ahora estar en el Pacto a beneficiado a los tres partidos. En el espacio del mismo han podido negociar y hacer valer sus posiciones. Ninguno se ha marginado de la gran discusión y por lo mismo tampoco se ha aislado. Los tres se han visto obligados a negociar y se han acotado. La presencia de los tres ha impedido que se constituya una alianza de solo dos que bien podría ser el PRI-PRD y el PRI-PAN, pero también PRD-PAN.
El resultado de este acuerdo político ha sido un conjunto de reformas legales aceptables, todas podrían haber sido mejores, que rompe con un impasse legislativo que surge a partir de que en 1997, cuando el PRI pierde la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y se constituye un gobierno dividido que hizo imposible sacar adelante lo que se dio en llamar las reformas estructurales.
La reforma energética planteada por el PRI y la que presentó el PAN nunca tendrán el apoyo del PRD y de salir adelante tendrá que ser con el voto de los dos primeros. Ese momento podría ser el espacio-tiempo para que el PRD abandonara el Pacto. El costo de hacerlo es que ya no participaría de la gran discusión y claramente se marginaría de las decisiones. Ese espacio, entonces, solo sería ocupado por el PRI-PAN.
Es cierto que el PRD fuera del Pacto podría asumir una posición de abierta confrontación con el gobierno que perfilaría más efectivamente su identidad opositora que dejaría satisfecho a un sector de su dirigencia y electorado, pero no necesariamente le daría mayor prestigio y fuerza con el resto de la sociedad.
En estos tiempos ese partido no necesariamente sería una mejor y más aceptable alternativa electoral y más bien sí podría ocurrir lo contrario. A este PRD le podría pasar lo que ahora sucede a López Obrador que está al margen de la gran discusión política y sólo tiene cabida en un grupo de seguidores que cada vez es más reducido.

Twitter:@RubenAguilar

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