El fraccionamiento Los Tulipanes pide al gobierno exigir a GEO cumplir compromisos

Mariana Labastida

El diputado local Ángel Aguirre Herrera visitó el fraccionamiento Los Tulipanes, uno de los desarrollos menos afectados por las inundaciones, aunque existe el temor de un posible deslave.
El representante de los vecinos, Camilo José Cruz Gutiérrez, indicó que quieren que las autoridades le exijan a la empresa GEO que se haga responsable de los riesgos que existen, principalmente porque había una advertencia de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de que no se podía construir.
Aguirre Herrera acudió a una reunión con los habitantes del fraccionamiento Los Tulipanes, ubicado un lado del puente de Tunzingo, que pasa por encima del río de la Sabana, donde repartió despensas a las familias y cobertores; ahí se comprometió con los pobladores a ser vínculo para que la empresa constructora le dé solución a la problemática que tienen.
Con el incremento de cauce del río se cayó la barda perimetral, la cual se dieron cuanta solamente es una “L” que no tiene cimientos, varilla ni zapatas para sostenerse; el miedo de los habitantes el día del paso de la tormenta tropical Manuel, era que se deslavara la tierra, yéndose con ella las viviendas que están a la orilla.
Han solicitado a la empresa GEO que se haga responsable pero no les han atendido, e incluso dejaron las oficinas que se encontraban dentro del fraccionamiento, por ello dijo Cruz Gutiérrez que están solicitando a las autoridades exijan a la empresa desarrolladora “el cumplimiento de los compromisos que hizo”.
Dijo que la reunión con el diputado local fue por solidaridad, “pero sabemos la influencia que puede tener para que nosotros que somos su distrito seamos atendidos y nuestra demanda resuelta”.
Los vecinos recordaron que la  Conagua les dejó un dictamen en el que se indica que desde el 2002 entregó un informe a la constructora, de que no podía construir cerca del río.
Sin embargo, hace cuatro años empezaron a construir las tres mil 800 viviendas que conforman el fraccionamiento.
Las viviendas que están en riesgo son 150, de las cuales 100 estaban habitadas el día que subió el cauce del río, y aunque la mayoría se salió de sus casas, otros habitantes permanecieron en el interior pendiente del aumento del agua y del posible deslave.