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Miden especialistas de la UNAM el desplazamiento de la costa con el sismo

Diana Saavedra

Agencia Reforma
Ciudad de México

El sismo de 7.4 grados en la escala de Richter que sacudió el pasado 20 de marzo a México generó un desplazamiento de la costa de Oaxaca y Guerrero que está siendo medida con ayuda de sistemas de posicionamiento global por especialistas de la UNAM.
Carlos Valdés González, jefe del Servicio Sismológico Nacional, explicó que dicho movimiento ocurrió debido a que la energía liberada por el choque de las placas de Cocos y Norteamericana es equivalente al esfuerzo de mover la Ciudad de México, pero con cuerdas desde la costa de Oaxaca y Guerrero.
“Un sismo de magnitud 5 equivale a la energía liberada por la bomba atómica de Hiroshima o Nagasaki. Subir un grado de magnitud implica liberar 33 veces más energía. Esto quiere decir que el sismo de 7.4 fue equivalente 10 mil bombas atómicas”, precisó.
“El sismo de 1985 fue equivalente a 33 mil bombas atómicas y el que ocurrió hace un año en Japón fue similar a un millón de bombas atómicas”, aseguró.
El experto explicó que cuando se fractura la placa de Cocos, cerca de Ometepec (Guerrero) y Pinotepa Nacional (Oaxaca), y se desplaza por debajo de la placa Norteamericana, que es donde está todo el País a excepción de Baja California, dicho proceso comienzan a radiar ondas sísmicas que llegan a la Ciudad de México y hacen oscilar los edificios con variaciones entre 20 segundos y un minuto.
Una vez que se ha presentado la fractura comienza un periodo de cicatrización, que se da a través de las réplicas de las cuales, hasta el cierre de esta edición eran más de 90 significativas, es decir de entre 3 y 5 grados Richter, y muchas más prácticamente imperceptibles para el humano.
“Todo esto es un proceso natural, pues comienza nuevamente a acumularse la energía hasta que esté nuevamente en una situación crítica. Por eso estos procesos constantes”, enfatizó el titular del Servicio Sismológico Nacional.

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