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Renten casa o vayan con familiares, les dicen del DIF a refugiados del Centro de Convenciones

Mariana Labastida

Damnificados que están en el albergue del Centro de Convenciones se sienten hostigados por trabajadores del DIF Guerrero, quienes les han ido a ofrecer llevarlos a casas de familiares o que renten una vivienda para irse y abandonar el lugar a donde llegaron después de estar en otros que fueron cerrados.
En la valla que separa el área techada con la soleada luego de que se rompiera la lona que la cubría, se observa a un grupo de personas reunidas. Son damnificados de La Isla del Quemado.
Allí un señor que dice trabajar para el DIF Guerrero les ofrece rentar una casa para que se muden del albergue, y les pide que escriban en una hoja las condiciones en las que abandonaron sus viviendas, cómo se encuentran actualmente y si tienen o no dónde vivir para que los relatos se los entreguen al gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Feliciano Librado Díaz y Guadalupe son dos damnificados de la Isla de El Quemado. Ella va y viene pensando en qué van a hacer si abandonan el albergue o no, ya que no tienen vivienda pues se la llevó el río.
Feliciano recuerda que se salieron de su casa la tarde del 14 de septiembre, que una familia a la que le habían cedido parte de su terreno para que viviera no quiso acompañarlos y lamenta que se quedaran pues el matrimonio perdió a cuatro de sus cinco hijos, entre ellos un bebé de 20 días de nacido.
“Pero no es nuestra culpa verdad”, dice Guadalupe sintiendo remordimiento por ofrecerles a los afectados una vivienda en la colonia donde ellos habitaban; “a veces escucho sus risas”, comenta Feliciano, y es que los dos, personas mayores, convivían con los pequeños diariamente.
Afuera, los de la Isla del Quemado deciden si aceptar irse o no a la casa que les ofrecen.
Adentro del salón Teotihuacan se reúnen algunos damnificados, la mayoría de Altos del Tamarindo, la primera colonia donde se registró un deceso por las lluvias de la tormenta tropical Manuel, que provocó un deslave sepultando la vivienda de uno de los habitantes.
“Dice que no tenemos llenadero, que me diga qué me ha dado para que hable así”, reprocha Norma, de la colonia El Mirador, luego de que la plática con personal del DIF.
Los colonos de Altos de Tamarindos vuelven a juntarse para darle una oportunidad al personal del DIF para que explique la propuesta la coordinadora de Espacios Públicos, Ana María Montaño, pero les molesta que en lugar de ello les informe que ella, con 400 personas, limpiaron viviendas, y que ponga como ejemplo a uno de los albergados que aceptó regresarse a su casa.
“Si él aceptó que se vaya, pero si nosotros nos regresamos a nuestras casas va a ser responsabilidad de ustedes si nos pasa algo”, reprochó Magali Pérez Escobar, a quien en respuesta la funcionaria le dijo que al abandonar el albergue estarían siendo responsable ellos de lo que pase.
En el albergue del Centro de Convenciones hay 26 familias de Altos de Tamarindos; ellos estaban en el refugio que se habilitó en la Secundaria número 4 en avenida Ejido, pero cuando se reiniciaron las clases fueron trasladados allí.
Sixto Alarcón Benítez explicó que cuando los desalojaron les dijeron que vivían en zona de riesgo, que después la Sedatu determinó que no era habitable y les ofreció reubicarlos, “para qué ofrecen lo que no van a cumplir”, reprochó.
Les dijeron que entre el 20 al 30 de octubre les daban una respuesta de la reubicación pero que sólo a los que permanecieran en el albergue, por ello se olvidaron de sus casas y están en espera.
Coincidieron en que no se saldrán, que si lo cierran las autoridades tendrán que ver a dónde los trasladan porque fue un compromiso que hicieron con ellos; “usted cree que queremos estar aquí, nos tratan bien pero no hay como estar uno en su casa, pero nos dijeron que no podíamos estar allá por eso estamos aquí”, dijo Magali Pérez.
Los habitantes de Altos del Tamarindo se quejaron de que trabajadores del DIF vayan con la intención de persuadirlos cuando “ni siquiera saben la historia de la gente”, y porque además tienen en claro lo que les dijeron de que si se movían del albergue perdían el derecho a la reubicación que les ofrecieron, por eso están dispuestos, los integrantes de las 26 familias, a mudarse al CICI de Renacimiento si es el albergue que quedará habilitado.
Manifestaron que los damnificados que se regresaron a sus casa, como el caso de Doña Lourdes, que esperaba en la rampa a que llegara la camioneta que la llevara a su vivienda, lo hacen por el ofrecimiento de un vale para una paca de láminas de cartón y maderos para las casas, aunque, se quejaron, solo es una promesa ya que se van solo con dos despensas, una caja de productos de limpieza y colchonetas.

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