Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Festeja el gobierno de Brasil el “éxito absoluto” de la subasta petrolera

*Reprime policía protesta que pedía la suspensión de la concesión del megayacimiento de Libra. La izquierda acusa a la presidenta Dilma Rousseff de “traición”; ella asegura que la subasta “no es privatización”

DPA

Río de Janeiro / Brasilia

El gobierno brasileño festejó ayer como un “éxito absoluto” la subasta del gigantesco yacimiento petrolero de Libra, cuya concesión fue adjudicada a un consorcio formado por las petroleras anglo holandesa Shell, la francesa Total, las chinas CNOOC y CNPC y la brasileña Petrobras y que fue el único participante.
Otras empresas que se inscribieron para participar en la disputa, entre ellas la española Repsol, desistieron de la subasta y no presentaron propuestas, lo que obligó el gobierno a aceptar entregar el yacimiento en base a las condiciones mínimas exigidas.
El consorcio ganador es liderado por Petrobras, con una participación del 40 por ciento, mientras que Shell y Total tienen un 20 por ciento cada una. Las estatales chinas participan con sólo un diez por ciento cada una, lo que sorprendió a los analistas económicos locales.
La subasta de ayer fue la primera realizada en Brasil bajo un nuevo marco normativo, denominado modelo de repartición, que obliga el consorcio ganador a entregarle al Estado el 41.65 por ciento del crudo excedente, o sea, del petróleo que queda después de que sean cubiertos los costos de producción.
Además, Petrobras actuará como única operadora en el proceso de explotación del yacimiento petrolero, ubicado en aguas ultraprofundas de la llamada capa pre-sal del océano, y cuyas reservas de crudo y gas son calculadas en entre 8 mil millones y 12 mil millones de barriles.
Pese a la ausencia de competición por el derecho a explotar la más prometedora reserva de la capa pre-sal y a la ausencia en la disputa de gigantes del sector, como las estadunidenses Exxon-Mobil y Chevron y las británicas British Petroleum y British Gas, el gobierno de Dilma Rousseff fue unánime en festejar el resultado de la subasta.
La licitación fue realizada en medio de un “clima de guerra” en las afueras del hotel Windsor, en el barrio carioca de Barra da Tijuca, cercado por unos mil 100 hombres del Ejército, apoyados por agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad y de las policías Federal, Civil y Militarizada para evitar que se acercaran centenas de personas que se concentraron en el lugar para protestar contra la subasta. Al menos seis personas resultaron heridas.
La subasta generó un “divorcio” en Brasil entre el gobierno de Dilma Rousseff y las fuerzas nacionalistas y de izquierda que apoyaron su campaña a la presidencia en 2010, y que ahora amenazan con retirar el apoyo a su reelección en los comicios de octubre de 2014.

468 ad