Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Trabaja la primaria de El Santuario en Tixtla en carpas; se niegan a volver por el peligro

Lourdes Chávez

Chilpancingo

La primaria Alberto González Valle, del barrio de El Santuario, afectada por las inundaciones de la tormenta Manuel, opera provisionalmente en carpas en el zócalo de la ciudad, con horarios reducidos porque las aulas no son apropiadas para el servicio educativo, denunció el director del plantel, Evaristo Meza García.
Sin embargo, advirtió que las autoridades estatales serán las responsables de la seguridad de los niños, si cuando se limpie la zona, insisten en que regresen a trabajar a los mismos edificios que tienen hasta 70 años de antigüedad y estuvieron un mes bajo el agua.
Precisó que uno de los edificios data de 1942, otro de 1974 y del tercero no tienen fecha, porque lo construyeron los padres   con el comité de la escuela.
El docente explicó que a ellos les preocupa principalmente uno de los edificios cuyas columnas son de acero, en lugar de concreto; pero según las primeras observaciones del personal de Protección Civil, las instalaciones pueden seguirse ocupando sin riesgos.
No obstante, señaló que pidió al enviado de la dependencia que les entregue por escrito que él será responsables de la seguridad de los niños, cuando ratifiquen su dictamen.
Explicó que el 22 de septiembre, una semana después de la inundación, reanudaron el servicio educativo para 520 niños, en carpas de plástico rentadas a una empresa por la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), pero no son apropiadas porque no tienen ventilación, y acumulan agua en los techos.
Por eso, redujeron el horario de clases, pero los maestros se quedan a cubrir su jornada de trabajo. A mediodía, en los días de sol, “parece que hace falta el aire”. En cuanto a los seis sanitarios móviles que instalaron para la escuela, indicó que también son insuficientes.
De las butacas, precisó que sólo les enviaron 420, y para completar sacaron muebles mojados de la escuela.
Indicó que la semana pasada había sacado toda el agua de la escuela, pues la inundación sólo llegaba a la calle, y esta semana, antes de las lluvias del huracán Raymond, se preveía que irían a drenar la fosa séptica, la cocina y la cisterna.
Dijo que otras escuelas, como el jardín de niños Antonia Nava de Catalán, quedó 2.7 metros bajo el agua, y podría ser reubicado porque se encuentra en una área de inundación; y reanudó el servicio también en carpas en en la plazoleta de San Isidro.
Ahí una de las maestras indicó que el 16 de septiembre sólo se podía ver el caballete del techo, y luego de que reanudaron las clases han tenido mucho ausentismo, porque la mayoría de sus alumnos son damnificados y se encuentran en albergues.

468 ad