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Tomás Tenorio Galindo

OTRO PAÍS

*Octavio Mijangos ¿el único responsable?

El diario Reforma hurgó ayer en el largo historial de corrupción del ex delegado de la Conagua en el estado, Jorge Octavio Mijangos Borja, en cuya trayectoria parecen concentrarse todas las culpas del desastre de las inundaciones ocurridas en Acapulco.
Mijangos, por lo visto un genuino producto de la corrupción hecha sistema por el PRI, fue delegado de la Conagua en Guerrero entre 1999 y 2005. En este último año fue despedido del cargo y durante los siguientes cuatro permaneció fuera de la administración pública. En este lapso ejerció la consultoría privada, principalmente en la constructora Geo, casualmente una de las señaladas de invadir espacios inapropiados para viviendas en la zona Diamante. Su despido se debió aparentemente a las corruptelas en que incurrió a su paso por la delegación en el estado, pero pese a ello ganó un litigio laboral y fue reinstalado en su empleo en marzo de 2009. En abril de 2010 reapareció como delegado de Conagua en Tabasco, y en la actualidad es delegado de la Conagua en Guanajuato.
La información recuerda la denuncia que ambientalistas de Acapulco interpusieron en el 2004 en la PGR contra Mijangos por autorizar obras de la empresa Geo en la Colonia Fuerza Aérea y la tala de mangle en la laguna de Coyuca, y las acusaciones que recibió por conceder permisos para construir conjuntos habitacionales en Llano Largo y La Poza, la zona inundada en septiembre.
Su estancia en Tabasco no fue menos cuestionada, pues dejó ese estado bajo acusaciones de desvío de recursos por 140 millones de pesos, simulación de obras y adjudicación de contratos a empresas de familiares suyos. Una de las empresas a las que favoreció en Tabasco con un contrato de 13 millones 683 mil pesos se llama Programación, Diseño y Construcción, y su domicilio está en Acapulco. En aquel estado, Mijangos tuvo en sus manos “el presupuesto más alto de la Conagua para obras hidráulicas en México, por 6 mil 775 millones de pesos”, dice el diario. (“Acumula acusaciones en Guerrero y Tabasco”, Reforma, 24 de octubre de 2013).
Con mayor precisión, el diario Tabasco Hoy también colocó ayer en su portal información sobre Mijangos, en la que recordó que en 2010 empresarios de la construcción lo denunciaron ante la Secretaría de la Función Pública por el manejo irregular de contratos millonarios de obras de dragado en el río Samaria.
Más recientemente, apunta el periódico, el Movimiento Ecologista de Tabasco interpuso en junio de 2012 una denuncia ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en contra de Mijangos “por entregar de manera directa, sin licitar, 11 contratos por un monto de 402 millones de pesos para la limpieza y desazolve de 160 kilómetros de drenes, arroyos y ríos en los municipios de Cunduacán, Jalpa de Méndez y Nacajuca, los cuales sólo se realizaron de manera simulada”.
Asimismo, precisa que el 30 de junio de 2011, sin explicación alguna, la delegación de la Conagua “empezó a retirar la ‘cama’ de tapetes de concreto flexible, conocido como ‘colchacreto’, de 300 metros de largo y 150 metros de ancho del canal de alivio El Tintillo, en la ranchería Barrancas y Guanal, obra en la que se invirtieron 65 millones 549 mil pesos, que al final fueron desechados”.
Y por último, Tabasco Hoy dice que Mijangos “también habría beneficiado con más de 24 contratos, cuyo monto total es de 90 millones 712 mil pesos, a la empresa Promotora y Edificadora Ajusco, presuntamente relacionada con el funcionario”. (“Gestión marcada por corrupción”, Tabasco Hoy, 24 de octubre de 2013).
Con semejante trayectoria y con tantas demandas en su contra, la pregunta no es cómo puede Octavio Mijangos desempeñar hoy el cargo de delegado de la Conagua en Guanajuato, sino simplemente estar libre. La única respuesta lógica es que nunca ha estado solo y ha gozado, hasta ahora, de protección de alto nivel.
En respuesta a acusaciones en su contra publicadas hace tres semanas en un reportaje de la revista Proceso sobre las inundaciones en Acapulco, donde su nombre figura junto a otra decena de políticos y ex funcionarios, Mijangos Borja negó su responsabilidad y en tono evasivo sostuvo que durante su gestión en el estado “se hicieron diversas plantas de tratamiento de aguas residuales, obras de alcantarillado, presas de gaviones, rectificación de cauces, obras hidráulicas de protección en Palma Sola, Aguas Blancas, el río El Camarón y el fraccionamiento Costa Azul, sólo por mencionar algunos puntos importantes donde las obras fueron concluidas en tiempo y forma y se demuestra su eficacia al proteger a más de 400 mil habitantes ante la actual contingencia ocasionada por la tormenta tropical Manuel”. (Diario AM, 26 de septiembre de 2013)
La información que ahora brota sobre Mijangos indica que llegó a Tabasco impulsado por el entonces director de la Conagua, el panista José Luis Luege Tamargo, quien habría impedido que prosperaran jurídicamente las acusaciones contra su delegado. Sus actividades presuntamente ilícitas en Guerrero tampoco habrían podido ser realizadas, y sorteadas las demandas en su contra, sin el respaldo y la complicidad de personajes de jerarquía, como el gobernador, que entonces era René Juárez Cisneros, y los alcaldes de Acapulco con quienes tuvo que tratar, Zeferino Torreblanca Galindo y Alberto López Rosas.
El lunes pasado el gobierno federal aplazó la divulgación de la investigación de las irregularidades halladas en los permisos de construcción de los conjuntos habitaciones inundados en Acapulco, pero es probable que el próximo lunes finalmente sea dado a conocer.
Sin embargo, la investigación resultaría una impostura si pretende que Mijangos Borja es el único responsable, o el de mayor relevancia en el engranaje de la corrupción que facilitó las obras en terrenos inundables. Pues obviamente es imposible que el delegado de Conagua haya actuado solo.

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