Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

Sismos naturales y políticos

 

 

 

El fuerte movimiento telúrico que registró su epicentro en el municipio de Ometepec y que según los reportes oficiales dañó más de 30 mil viviendas, mostró la alta vulnerabilidad de la infraestructura del estado, específicamente de aquella situada en las zonas de mayor marginación, que para el caso de la entidad sería la mayor parte de las poblaciones y que es precisamente en donde este fenómeno natural mostró la ausencia de políticas adecuadas que enfrentasen las deficiencias constructivas de las vivienda.

Habrá que recordar que existen análisis serios y exhaustivos que ya mostraban la necesidad de desarrollar programas de reforzamiento y modificación de las características constructivas, sobre todo por ser zonas de vulnerabilidad sísmica. Pero por negligencia gubernamental –que evidentemente incluye al periodo anterior del actual gobernador Ángel Aguirre–, no se pusieron en práctica ni siquiera en la vivienda de nueva creación, y en una región donde lo vio nacer, pues al parecer ahí también sólo se ha preocupado por hacer crecer y consolidar sus propiedades y las de su familia, por ello creemos que este sismo no solo derrumbó o dañó la infraestructura, sino también destapó la negligencia y la falta de atención que los últimos gobiernos le han dedicado a este importante y hoy evidente problema.

Ese poco interés que se ha dedicado para el mejoramiento real de las condiciones de vida de la población, pasa necesariamente por la falta de programas consistentes y adecuados para el mejoramiento de la vivienda lo cual se exhíbe más agudo en aquellas poblaciones que entrañan marginación y rezago, que reitero están en la mayoría de los municipios de la entidad.

Ahora la población de Guerrero tendrá que estar muy atenta de la intención gubernamental y de la distribución de la ayuda que ha empezado a llegar de manera abundante, porque seguramente ya se estarán frotando las manos –como sucedió con la ayuda durante el huracán Paulina–, para obtener beneficios dentro del desastre, una actitud por demás mezquina y sumamente reprobable.

La asignación de contratos de obra y de suministro de satisfactores diversos, fuera de normatividad y con sobreprecios podrá ser moneda común en estos momentos, además de la sustracción directa de ésta, lo cual disminuiría sustantivamente la ayuda real que pudiese llegar a los afectados. Por todo ello se deberá estar atento para que las familias amafiadas no lucren con el dolor y la necesidad ajena.

Por otra parte, también se desató un momentáneo sismo político, tanto en el PRD como en el PRI por las candidaturas a los diferentes cargos que ofrecen estas populares franquicias –como a una de ellas bautizó el monarca Zeferino Torreblanca–. En ambos partidos se nombraron por dedazo muchas de las diversas ubicaciones, como en el caso de las del Senado, en donde los ungidos tienen desarraigo ya sea en el partido que los postula, como es el caso de Ríos Piter y Sofío Ramírez, el primero de estos todo un ejemplar del político saltimbanqui y de conveniencias, y los dos sin mayor sustento militante en la izquierda.

En el caso del priísmo se aplica el desarraigo en la entidad de la candidata Claudia Ruiz Massieu. Todo ello ha generado un levantamiento de diversos cuadros con mayores méritos y militancia, llegando varios de ellos a amagar con su desprendimiento partidista, mismo que otros ya lo llevaron a la práctica y lo único que se vislumbra es que apenas comienza este sismo político porque varios líderes han amenazado con cambiar de camiseta, ahora que está de moda y en nada se respeta la permanencia de un militante en su formación partidista y aun más, la pérdida de identidad de pensamiento y sobre todo los objetivos de mejoramiento comunitario, intercambiándolos por lo de moda: el beneficio personal y de sus familias.

Una verdadera lástima para la política y sobre todo para las expectativas de los ciudadanos, de mejorar y cambiar las condiciones de atraso, de modificar las prácticas nefastas de la utilización de los puestos públicos para el beneficio particular; ahora según se observa, esas prácticas gozan de buena salud y para infortunio de la entidad, todo indica que desde las altas esferas del poder se reforzarán estos esquemas.

Pero es necesario recordar que ahora la población esta más informada y tiene mayor conciencia de lo que está sucediendo, por ello aquellos funcionarios que crean que podrán llenarse los bolsillos sin consecuencias, están bastante equivocados.

Hoy los sismos afectan a la población, pero mañana a los políticos los esperan sismos si continúan con las prácticas corruptas y siguen traicionando y medrando con los bienes públicos, que son de la ciudadanía.

 

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