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Ni el Ayuntamiento ni el Fovissste respondieron por el riesgo en que están las Villas Vicente Guerrero

*Las casas de dos plantas son habitadas por familias de trabajadores del gobierno y de la UAG, y cuando se las entregaron les dieron garantía sólo por un año. Fueron construidas en la falda de un cerro en el que se levantó un muro de piedra para protegerlas, pero con la tormenta Manuel hubo derrumbes que las cubrieron de tierra hasta 2 metros de altura

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

En el acceso principal, comenzando las primeras casas de Villas Vicente Guerrero, hay un aviso en una lona de aproximadamente 2 por 2 metros, colgada al poste de luz. Dice: “Tienes crédito vigente del Fovissste y tu vivienda fue dañada por las recientes lluvias torrenciales?, repórtalo al teléfono 01155151409617, redes 13700, 16070, 17992 y/0 17997”.
La unidad habitacional es una de las que, tras una valoración del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), encontró “fenómenos de inestabilidad de laderas”, y la Subsecretaría de Protección Civil del gobierno del estado y el Ayuntamiento, notificaron a las familias que viven en la zona de riesgos que deben de desalojar sus viviendas.
Se encuentra al lado poniente del Bulevar Chilpancingo-Petaquillas, a unos 3 kilómetros de la segunda población, en la falda de un cerro que hasta hace 10 años era el predio rústico Tepoxactiapa, que fue comprado por la empresa constructora CG (ahora Jomar), para hacer casas para venderlas a derechohabientes del Fovissste.
Las casas, todas de dos plantas, fueron levantadas en la falda del cerro y la pendiente termina en un retaje de aproximadamente 10 metros de altura, en donde a pesar de que se construyó un muro de piedra para la protección de las últimas casas, durante las lluvias de la tormenta Manuel hubo derrumbes que las cubrieron de tierra hasta a una altura de 2 metros.
En la nota informativa del Cenapred del 22 de septiembre, una semana después de la tormenta, dictaminó: “en este conjunto de viviendas (Villas Vicente Guerrero), existe un corte y un muro de contención en el límite noreste del fraccionamiento.
Y agrega: “las fuertes lluvias registradas en últimas fechas ocasionaron que prácticamente en toda longitud del muero el corte se desestabilizara y el material se volcara sobre la corona del muro y se acumulara en las viviendas colindantes al mismo debido a que la ladera contigua al muro se ha desestabilizado, se recomienda reconfigurar la ladera mediante bermas y terrazas, así como colocar un sistema de captación y evacuación del agua de lluvias (drenes superficiales)”.
En la nota informativa también se recomienda evacuar a los habitantes de las primeras tres líneas de viviendas ubicadas cerca del muro, “a fin de prevenir daños y lesiones. Asimismo, se recomienda reforzar el muro ya que éste presenta deformaciones longitudinales que podrían colapsarlo. En caso de que las lluvias continúen con alta intensidad, se recomienda evacuar a todo el fraccionamiento, ya que de colapsarse el muro se generaría un flujo intempestivo de suelos al interior del fraccionamiento”.
Como consecuencia de este dictamen del Cenapred, el presidente municipal Mario Moreno Arcos y el subsecretario de Protección Civil, Constantino González Vargas, acudieron al fraccionamiento a la una de la tarde del 29 de junio a notificar a las familias en riesgo el dictamen de que debían evacuar sus casas.
Samantha Catalán Fuentes, quien habita la casa ubicada en el lote 18 de la manzana 8, informó que sin embargo, el alcalde de manera informal les propuso que se cambiaran a los edificios que se encuentran a la entrada del fraccionamiento.
“Yo sí quisiera irme porque vivo en una de las casas de mayor riesgo”, dijo Samantha.
–¿Y por qué no se fueron?
–Porque a nosotros nos dijeron anoten los lotes y el número de personas que se van a ir, hagan una lista. Nosotros fuimos y nos anotamos, dijeron que iban a venir a recoger esa lista pero nunca vinieron.
La lista se elaboró con las familias que viven en 10 casas.
Sin embargo, ahora les han dicho que es el Fovissste el que tiene que hacerse cargo de su reubicación, pero en ese instituto nadie les recibe las llamadas.
En los números que les dejó personal del Fovissste en una lona a la entrada del fraccionamiento, al marcarlos dan tono, pero suena y suena hasta que el tono cambia como si el aparato telefónico estuviera descolgado. Nadie contesta al otro lado de la línea.
Quiénes viven

El fraccionamiento Villas Vicente Guerrero es el antecedente Río Azul, que se encuentra adjunto, al lado sur. La empresa que construyó las casas es la CG, que a partir de hace dos años cambió de nombre a Jomar, pero el  representante es el mismo, José Juan Vargas Baltazar.
Las casas fueron construidas sólo para quienes cotizan al Fondo para la Vivienda del ISSSTE (Fovissste) y, por tanto, la mayoría son trabajadores de dependencias federales o de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG). Las viviendas son de dos plantas y cuentan con dos recámaras, dos baños, una sala y una cocina.
El costo de las casas fue de 358 mil pesos para pagar en 30 años y los descuentos quincenales son de 2 mil 500 pesos.
La unidad habitacional se comenzó a construir hace 6 y 7 años, cuando era presidente municipal en su primer periodo, el actual alcalde Mario Moreno Arcos, quien otorgó el permiso de construcción, y algunas de las viviendas se entregaron hace cinco, como la que habita Samantha, que es propiedad de su padre.
Igual que en todos los fraccionamientos de este tipo que son para derechohabientes del Fovissste o Infonavit, fue la empresa constructora la que se encargó de realizar todos los trámites para la construcción; estudios de mecánica de suelo, estudios de impacto ambiental, cambio de uso de suelo y la licencia de construcción.
Pero en el fraccionamiento Villas Vicente Guerrero, ninguna de las familias que habitan aquí tiene el expediente técnico de sus viviendas, y no están seguras de que se hayan realizado estos trámites.
El problema es que ahora los habitantes del fraccionamiento, no pueden hacer nada en contra de la empresa que construyó la unidad habitacional en una zona de riesgo porque en una de las cláusulas dice que si están de acuerdo en las condiciones en que reciben la casa, si no, que no la acepten. En otra de las cláusulas se establece que la garantía es por un año, a partir de cuando las reciben. En el caso de este fraccionamiento ya tiene de 5 a 7 años que fueron entregadas las viviendas.
Uno de los vecinos de aquí, explicó que lo recomendable es no aceptar las casas, pero que las empresas se aprovechan, primero de la necesidad de vivienda, después, de la falta de recursos de los trabajadores puesto que tienen que recurrir a estos créditos para poder tener una casa propia aunque a la larga pague tres y hasta cuatro veces más el costo real.
“Una cosa que nos convence es que las mensualidades son relativamente bajas pues no se siente que te descuenten 400 o 500 pesos quincenales, aunque a la larga no valga la pena porque pagaste una casa con muchísimo dinero”, dijo.

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