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La última lluvia se llevó lo que las familias de Mochitlán compraron con dinero de la Sedesol

*El huracán Raymond fue peor que la de la tormenta tropical Manuel, pues esta vez se quedaron sin luz, no hubo agua potable, se tapó el drenaje y tuvieron que “salir corriendo”, coinciden vecinos. “Tengo miedo si veo que se nubla; cuando llueve tengo que salir a ver si crece el río”, dice una damnificada. Es un problema serio el desabasto de alimentos, mencionan

Anarsis Pacheco Pólito

Chilpancingo

La señora Catalina Abarca Reyes de 65 años relató que la noche del 23 de octubre escuchó cómo “resonaba” el río El Salado y vio cómo minuto a minuto fue rompiendo las casas que están sobre la ribera, lo que desencadenó sus recuerdos de las historias de la gran inundación que desapareció a Mochitlán hace 100 años.
“Escuchamos que resonaba el río y rompía las casas, no teníamos donde escondernos, mejor nos salimos y que se lleve todo”, recordó.
Aseguró que esta lluvia fue peor que cuando se presentó la tormenta tropical Manuel el 15 de septiembre, pues esta vez se quedaron sin luz, no hubo agua potable, se tapó el drenaje y tuvieron que “salir corriendo”.
Al igual que esta historia más vecinos de la comunicad coinciden en que falta la atención del gobierno en sus tres niveles, pues la ayuda no ha llegado y de manera voluntaria, entre ellos, están limpiando las casas que quedaron en peor estado, a pesar que algunas son de cemento.
La crecida del río dañó los aparatos electrodomésticos que en algunos casos habían sido ya repuestos por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Abarca Reyes mencionó que después de escuchar los ruidos del río decidieron resguarecerse en la colonia El Calvario, una de las partes más altas de la comunidad de la zona centro del estado.
“Tengo miedo si veo que se nubla; cuando llueve tengo que salir a ver si crece el río”, dijo.
La vecina Grisel Muñoz de Jesús agregó que cuando fueron informados sobre la creciente del río El Salado sólo le dio tiempo para salir con sus hijos y su esposo para evitar algún percance.
Comentó que su casa había sobrevivido a la tormenta Manuel, pero en esta ocasión el río creció porque no fue suficiente el trabajo de limpieza que se realizó durante la semana, pasada lo que provocó que arrastrara las casas cercanas.
“Fuimos desalojados en la noche porque se desbordó el río cuando nos avisaron, ya no pudimos sacar nada, sólo salimos corriendo con los niños”, relató.
Dijo que durante la crecida del río vieron como iban bajando rocas, más tierra y árboles arrastrados por la fuerza de la corriente, que además llevaba una gran la cantidad de tierra que no fue retirada del cauce a tiempo.
“Ya no podemos vivir aquí, pedimos reubicación, que nos digan qué va a pasar, la verdad es que esto sí afecta a todo el pueblo no nada más a nuestra familia”, resaltó.
Comentó que en años anteriores los vecinos habían exigido a las autoridades la construcción de cortinas en el cauce del río para evitar este tipo de problemas provocados por los fenómenos naturales que cada año van aumentando en potencia.
Resaltó que el apoyo de las autoridades no es suficiente, ya que sólo entregan una despensa para una familia con más de cuatro integrantes y durante los demás días no cuentan con apoyo para dar de comer a sus hijos.
“Con una colchoneta y una cobija no nos sirve si somos cuatro personas, ni modo que nos amontonemos en una sola”, enfatizó.
Por su parte el vecino Bartolo Ángel Rivera dijo que es un problema serio el desabasto de alimentos para las personas que resultaron afectadas, pues sólo una vez recibieron despensas, las cuales no fueron suficientes.
Agregó que ir a un albergue implica dejar las casas sin protección y que se han estado registrando robos, por lo que temen perder las cosas que le quedaron después del paso del huracán Raymond.

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