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El gobierno no atiende propuestas de la sociedad ni las propias para evitar inundaciones en Tixtla

*Se ha planteado la construcción de un canal controlado que regule el nivel de la laguna, un bordo que la delimite, la apertura de pozos de absorción, y el jueves se propuso una combinación de éstos.  Damnificados temen que cuando baje la inundación actual, las autoridades se olvidarán otra vez de buscar la solución definitiva

Zacarías Cervantes

Tixtla

El motivo por el que una parte de la cabecera municipal de Tixtla sigue inundada por la salida del agua de la laguna, no solamente es porque las autoridades han ignorado las propuestas de la sociedad civil para resolver de manera definitiva el problema, sino porque los tres niveles de gobierno no han dado seguimiento a sus propios proyectos, insistieron ayer damnificados.
Mientras tanto, el agua que inundó en esta ocasión por lo menos una tercera parte de la población, sigue evacuándose lentamente, pues se pronostica que tardará cuando menos tres semanas para que la laguna recobre su nivel normal.
Desde una de las primeras inundaciones que provocaron graves daños a las familias que viven en las márgenes de la laguna, en 1979, agrupaciones civiles y autoridades han presentado varios proyectos para resolver el problema. Sin embargo, a ninguno se ha dado seguimiento, confirmó uno de los representantes civiles y damnificado varias veces, Emilio García Potzin.
Actualmente, existen por lo menos tres de ellos que en su momento fueron considerados serios y viables para resolver de manera definitiva el caso de las inundaciones en esta cabecera municipal; el que viene promoviendo un Comité de Damnificados, al que pertenece el propio García Potzin y que consiste en la construcción de un “canal controlado”.
Otro proyecto más fue presentado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en 2009, y que consiste en la construcción de un bordo “que delimite y controle de manera definitiva el nivel de agua de la laguna”. Otra es la apertura de pozos de absorción “para aumentar la capacidad de los resumideros naturales”.
Y, el más reciente, es el que presentaron funcionarios de gobierno federal la noche del 24 de octubre pasado que es una combinación de las dos propuestas anteriores: la construcción de un canal y un bordo, pero ahora le agregaron una ciclopista que tendría, todo el proyecto, una inversión de 385 millones de pesos.
Sin embargo, damnificados por las recientes lluvias de la tormenta tropical Manuel, consideraron ayer que el problema no es la falta de ideas ni proyectos, sino que el gobierno estatal no ha querido invertir recursos para resolver, pues una vez que se resuelve mediáticamente una inundación el problema se olvida y se retoma hasta que vuelve a haber otro desastre.
“Ese es el problema, que las administraciones municipales, estatales y federales no les dan seguimiento al caso, dejan que se termine su periodo para dejarle el problema al que viene y nadie quiere invertir recursos, porque es una obra que no es redituable políticamente”, dijo ayer Manuel Muñiz Gracía, uno de los damnificados del barrio de Santa Cecilia.
Uno de los proyectos para resolver de manera definitiva las inundaciones, es el que vienen promoviendo desde la inundación de 1976, un Comité de Damnificados, al que pertenecía don Emilio García Potzin, quien recuerda que desde esa ocasión, cuando decenas de familia de la parte baja de la ciudad sufrieron daños por el aumento del agua de la laguna, un grupo de tixtlecos fueron a ver al presidente de la República, Luis Echeverría,?“para que de una vez por todas se solucionara el problema de inundación que padecía la cabecera”.
El vecino del barrio del Santuario, en una entrevista realizada el 24 de septiembre, afuera del albergue que se instaló en ese barrio, explicó que el proyecto presentado en esa ocasión al gobierno federal y que se sigue promoviendo hasta la actualidad es la construcción de  un ‘‘canal controlado’’, pero se lamentó que nunca les han hecho caso, a pesar de que es la única alternativa para que se resuelva de manera definitiva el problema de las inundaciones en esa ciudad.
“Desde entonces hicimos gestiones, fuimos a la ciudad de México a hablar con el presidente Luis Echeverría para darle a conocer el problema, pero desde entonces nos dijo que se iba a hacer el desazolve del resumidero’’.
La propuesta es que el “canal controlado” se construya al sureste del valle y el desagüe sea para el rumbo de Mochitlán.
La propuesta de la sociedad civil fue desechada y en 1986 volvió a ocurrir una inundación de graves consecuencia para los vecinos de los barrios y colonias bajas de la cabecera municipal. En esa ocasión los barrios más afectados fueron El Santuario y Santa Cecilia.
El 14 de septiembre de 2007, ocurrió un nuevo anegamiento. Los barrios más afectados volvieron a ser Santa Cecilia y El Santuario, además de El Camposanto y la colonia Niños Héroes; 613 familias resultaron afectadas.
El Comité de Damnificados insistió  en la ejecución de su proyecto al gobernador Zeferino Torreblanca Galindo y al presidente Felipe Calderón, e incluso elaboraron el proyecto que tuvo un costo de 400 mil pesos, que fueron pagados por el Ayuntamiento.
Entonces, vinieron ingenieros civiles de Cuernavaca para revisar la viabilidad de la propuesta y a tomar los niveles de la laguna Negra, pero al final dijeron que el proyecto resultaba muy costoso pues se requería de una inversión de aproximadamente 280 millones de pesos.
Por las inundaciones del 2007, incluso,  cientos de damnificados realizaron fuertes protestas; bloquearon durante 24 horas de manera permanentemente la carretera federal Chilpancingo-Chilapa, cerca del acceso a la Normal Rural de Ayotzinapa, para exigir que el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo asumiera su responsabilidad en la solución definitiva del problema, y tuvo que intervenir el entonces secretario de Obras Públicas del gobierno estatal, Guillermo Torres Madrid, quien se comprometió a que una empresa privada acudiría a realizar un estudio para resolver de manera definitiva el problema de las inundaciones.
En el gobierno estatal se habló de la construcción de un túnel o un canal que permitiera el desagüe de la laguna y el control del nivel, sin embargo terminó el sexenio y nunca se dio seguimiento al proyecto.
Dos años después, el 20 de enero del 2009, según la página Entorno de Tixtla, la Comisión Nacional del Agua, a través de Marco Antonio Parra Cota, presentó de manera formal en la sala de Cabildos del Ayuntamiento Tixtla, durante la administración de Jorge Luis Campos Espíritu, el Estudio de Factibilidad y Proyecto Ejecutivo para la Construcción de Infraestructura de Protección a Centros de Población.
Dicho proyecto fue realizado por un equipo multidisciplinario de la Universidad de Chapingo encabezado por Carlos López Torres en la cuenca hidrológica de la laguna de Tixtla durante el periodo de agosto a diciembre de 2008.
La propuesta implicaba la construcción de un bordo que delimitaría y controlaría de manera definitiva el nivel de agua de la laguna, la altura proyectada del bordo oscilaba entre los 4.5 y 5.0 metros. Asimismo se proponía la ejecución de pozos de absorción para aumentar la capacidad de los resumideros naturales.
Además, se proponían  “acciones” en las partes altas de la cuenca para evitar que siguieran llegando materiales de azolve al vaso de la laguna y siguieran reduciendo su capacidad de almacenamiento. Las acciones serían presas de gaviones, cabeceo de cárcavas, reforestación, muros vivos, terrazas y estabilización de taludes.
También incluía este proyecto la corrección y ampliación de los principales cauces para soportar las precipitaciones por lluvias extraordinariamente abundantes.
Para sustentar su propuesta, el equipo multidisciplinario de la Universidad de Chapingo realizó un estudio hidrológico, un análisis “minucioso e histórico” del comportamiento de la laguna y sus afluentes principales durante las lluvias.
Además realizó un estudio para conocer el nivel de azolve y determinar la capacidad de almacenamiento del vaso de la laguna. Practicó un estudio de impacto ambiental para evitar modificar el comportamiento natural de la laguna que regula el microclima del valle y un estudio socioeconómico, con la finalidad de conocer las condiciones y servicios disponibles de la población de Tixtla y determinar la viabilidad del proyecto.  Al final, el proyecto no fue del agrado de las autoridades municipales, entonces encabezadas por Jorge Luis Campos, y quedó archivado en las oficinas de Conagua.
Los damnificados  de la tormenta Manuel tomaron con reserva el más reciente proyecto presentado por funcionarios del gobierno federal, la noche del 24 de octubre, que es una combinación de las dos propuestas anteriores; la construcción de un canal y un bordo con el agregado de una ciclopista, con una inversión de 385 millones de pesos.
Muñiz García manifestó ayer que a las familias que casi cada temporada de lluvias resultan afectadas con las inundaciones, ya no les interesa de quién sea el proyecto que se apruebe, “lo que queremos es que sea el que realmente venga a resolver para siempre nuestro problema”.
Pero expresó su temor de que en esta ocasión ocurra lo de siempre, “que nomás esperan que se resuelva mediáticamente el problema, cuando el agua regresa a su nivel, y se olvidan de todo, hasta que vuelve a presentarse otra contingencia”, dijo.

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