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Entender que están al servicio de los ciudadanos o retirarse, exige Rigoberta Menchú a los políticos

La premio Nobel de la Paz ofrece en Acapulco una conferencia sobre políticas con enfoque de género. Pide a las mujeres no victimizarse y asumir su rol de autoridad en la especie como constructoras de vida

Daniel Velázquez

La premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú Tum, convocó a la autoridades a entender el liderazgo como un servicio a los ciudadanos y los invitó a que cuando ya les moleste el servicio se retiren.
También dijo que el liderazgo y la autoridad debe practicarse con una visión de largo plazo y no actuar de manera insensata derrochando los recursos de que se disponen, “no sólo decir yo aquí voy a fungir año y medio y en este año y medio voy a gastar todo el dinero del pueblo, y ya el otro año que vea el otro qué fregados va a hacer”.
Expuso que pensar sólo en un periodo de tiempo interrumpe los procesos, por eso es importante la visión a largo plazo y la puntualización de lo que realmente se puede hacer.
Consideró que se debe ser como el águila que vuela alto y tiene una visión que le permite ver lejos pero es precisa en sus acciones.
Con la conferencia “Políticas públicas con enfoque intercultural y de género”, Rigoberta Menchú participó ayer en el foro estatal Derechos Humanos y Acceso a la Justicia de las Mujeres con Enfoque Intercultural, organizado en Acapulco por la Secretaría de la Mujer.
La defensora de derechos humanos planteó que los planes de desarrollo y programas de gobierno no deben realizarse con base en la percepción personal, sino ajustarse a la realidad, “aunque se rompan reglas”.
“Señores, tiene que ser sobre la base de la realidad, si la realidad así lo requiere, aunque tenga que romper algunas reglas, no estoy invitando a que rompamos reglas, pero algunas reglas tenemos que mejorarlas y tener claro que todos tenemos un ciclo de vida”, expuso.
Señaló que las transformaciones no se logran con magia sino que son procesos.
En su exposición convocó a las mujeres a quitarse la etiqueta de victimización y entender el rol de autoridad que tienen en la especie humana al ser constructoras de vida.
“Porque nos toca cargar en el vientre gracias a la influencia de la abuela luna y gracias a la influencia de la tierra, según nuestros ancestros mayas, por 260 días nos toca interactuar para crear una nueva vida”, dijo.
“Tenemos que quitar esa victimización, nosotras no somos víctimas, nosotras somos constructoras, forjadoras e increíblemente astutas, exitosas. ¿Por qué no valoramos la dosis de contribución que nosotras damos?, por lo tanto no tendríamos que ser muy negativas”, expresó.
Enfatizó qué debido al rol de gestación de la mujer debe cuidar su salud física y emocional, porque si se la pasa llorando en el embarazo esos recuerdos le transmitirá a su hijo, y si sus hijos la ven llorando permanentemente cuál será el ejemplo que les dará a sus hijos, que ven en su madre el ejemplo a seguir.
Propuso a las mujeres usar internet para conseguir conocimiento y tomar cursos en línea que ofrecen las universidades. “No hay edad para aprender”, dijo.
“Compañeras, hermanas, somos más del 52 por ciento de la población mundial, será que le conviene a nuestra otra parte, a nuestro complemento, que nos unamos todas, es importante saber que somos la mayoría de la población pero no sólo por mayoría contamos, contamos por la capacidad que tenemos de saber qué podemos hacer y dónde yo soy útil y tener la complementariedad”, planteó.
También dijo que decidir cuántos hijos quieren tener no es un asunto sólo de mujeres, es un asunto de complementariedad con sus parejas, lo mismo que el espacio que dejan entre un embarazo y otro.
Servicio comunitario

Rigoberta Menchú criticó la muerte de un hombre afuera de un hospital, ocurrida el pasado 22 de octubre en Guaymas, Sonora, y dijo que los médicos hacen un juramento de defender la vida.
“Un médico jura defender la vida y donde quiera que vea una vida tiene que defenderla, es igual que los guías espirituales ancestrales, los guías no dicen no tengo tiempo para ti vente después…”, dijo.
Rigoberta Menchú expuso que a su casa llegan personas a media noche a pedirle ayuda y las atiende.
“Por favor, entiendan la autoridad como servicio comunitario, estar en un partido político es hacer un servicio a la comunidad, estar en un puesto público es un servicio a la comunidad, entender nuestro liderazgo como un servicio a los demás, y si ya no podemos hacer ese servicio mejor retirémonos y hagamos algo más bonito que nos llene la vida. Cuando uno entiende que esto es un servicio, cuando ya no tiene ganas de hacer se retira para que otros cumplan ese servicio”, dijo.

La discriminan en aeropuertos de México

La premio Nobel de la Paz contó que “en los aeropuertos mexicanos” es sometida a revisiones exhaustivas en las aduanas sólo por su apariencia de mujer maya.

“No saben ustedes las horas que yo he perdido en los aeropuertos mexicanos, sólo me miran maya, los policías no saben quién soy, obviamente nunca ven televisión, radio o algo así, y me paran y yo les digo ‘está bien que me revises, pero porqué no revisas a los demás’, y ya sólo con eso creen que ya ofendí su enorme autoridad y entonces se ponen a quitar la ropa, aquí la maleta, aquí no se qué, y eso significa un sistema decadente, porque el ser humano es un ser humano que tiene que ser respetado, me guste o no conozca su país, su pueblo o donde quiera que esté, sino lo que nos une en esto es una educación mínima”, relató.
Agregó que “por lo tanto urge que eduquemos a nuestros policías, urge que eduquemos a los jóvenes que están aspirando a ser controladores de aduanas, porque ese mal sabor lo llevan ellos pero media vez que lo hacen con uno, lo harán con mil, dos mil, tres mil, cuanto puedan hacer porque creen que tienen asegurada la vida sólo porque están en un puesto público, entonces necesitamos la educación elemental, y yo creo que ya el ser humano puede defenderse por sí mismo”.
Adelantó que buscará eliminar el termino “nuestros indígenas” y señaló que a quienes emplean esa expresión “les preguntaría si mis ancestros dejaron una deuda con ellos, a lo mejor me dejaron vendida y ya me fregué, y si esa deuda ya se pagó o no, ‘nuestro’ se dice cuando algo es un objeto, pero ‘nuestros indígenas’ yo creo que hoy por hoy no se puede decir eso, es una extraordinaria mujer y no es de nadie, hay algunas cosas que hay que empezar a combatir porque es símbolo de racismo, de colonización, de la invasión de todo tipo”.
Agregó que son los pueblos indígenas quienes deben “hacer un manualito” en el que especifiquen qué es lo que les gusta y qué no, “eso lo tienen que hacer ustedes”.
Indicó que en Guatemala a los pueblos originarios no les gusta el término de “indígenas” que adoptó la ONU para generalizar el término de los pueblos originarios, “ellos prefieren que les llamen como ellos se identifican, como maya quiché, y su trabajo ha sido explicarles que es un acuerdo de la ONU”.

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