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Se reencuentra Ignacio López Tarso con Macario la víspera del Día de Muertos

*Con la lectura dramatizada de la obra de Bruno Traven ante cientos de personas en el Fuerte de San Diego, inicia el encuentro cultural La Catrina, dentro del Festival de Todos los Santos organizado por la Dirección de Cultura municipal

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Con la experiencia y las tablas que lo convirtieron en uno de los grandes primeros actores del cine nacional, Ignacio López Tarso revivió una vez más a Macario, el ahijado de la muerte, ante cientos de personas que se dieron cita en el Museo Fuerte de San Diego para iniciar el encuentro cultural La Catrina, dentro del Festival de Todos los Santos.
Pasadas las 8:30 de la noche y luego de las tres llamadas de rigor, dio inicio la lectura en atril de la obra del escritor alemán Bruno Traven, quien vivió por un tiempo en Acapulco, y que fue llevada al cine de la mano de Roberto Gavaldón en el año 1960 obteniendo una nominación al Oscar como mejor película extranjera.
“Yo soy Macario, soy leñador, padre de 11 hijos desarrapados…”, dijo López Tarso para iniciar el relato en compañía de su hijo Juan Ignacio López Aranda y la actriz Gabriela Negrete, quienes fueron acompañados por Guillermo Phillips y su guitarra.
Vestidos de negro y envueltos en un escenario lleno de motivos del Día de Muertos, los actores dieron cuenta de la vida de Macario, quien obsesionado con su pobreza y temeroso de la muerte, un buen día consigue cumplir el sueño de poderse comer a solas un guajolote, pero en su intento se le presentan tres personajes que deseaban un pedazo del jugoso manjar.
Con las voces de López Aranda y Gabriela Negrete, los personajes del Diablo y de Dios, son “bateados” por Macario, quien a su modo les explica las razones de su negativa para después sí, compartir la mitad de su guajolote con la Muerte, que en agradecimiento le obsequia unas aguas milagrosas.
No obstante, el poder de sanación puede ser demasiado puesto que la Muerte siempre es puntual, nunca llega tarde ni se aplaza ni se evita, por lo que incluso el propio Macario tiene su destino asegurado, mismo que en la película se le revela en las grutas de Cacahuamilpa.
De lectura ágil, experimentada y llena de vaivenes, López Tarso logró conectar con el público que atento lo escuchaba, y que entre risas y lágrimas atendió a las palabras de la muerte: “todo tiene un orden, Macario”, recordándonos que la vida es tan frágil como las luces de las decenas de velas que iluminaban el escenario.
Los aplausos fueron más que merecidos y el reconocimiento entregado por las autoridades al histrión fueron apenas justos para un actor de más de 80 años y cuya trayectoria lo convirtió en una leyenda en vida del cine mexicano.
Antes de la presentación de Macario, el ahijado de la muerte, el público pudo disfrutar de los bailes rituales, llenos de incienso y copal, de un grupo de danzantes.
El encuentro cultural La Catrina, que está dentro del Festival de todos los Santos, es realizado por la Dirección Municipal de Cultura, y para este día sábado tiene en su cartel la presentación de la cantante Yekina Pavón en Sinfonía del Mar.

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