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Ofrece el arzobispo Garfias en La Pintada una misa en memoria de los muertos en el derrumbe

*Han sido rescatados 29 cuerpos de las 71 personas sepultadas por la tierra tras el alud causado por las lluvias de Manuel

Francisco Magaña

Atoyac

El arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, ofició ayer una misa en la comunidad de la Pintada, en memoria de los fallecidos por el derrumbe que cubrió más de la mitad de la población el pasado 16 de septiembre por las lluvias de la tormenta Manuel.
A las 10 de la mañana comenzó a llegar la gente, caminando y en camiones, de El Paraíso y poblaciones de los alrededores a la cancha de usos múltiples, donde se encontraban las personas que lograron salvarse de ser arrasados por el alud que cubrió una parte de la comunidad.
El acceso a La Pintada sigue controlado por militares, quienes se han hecho cargo de la recuperación de cuerpos en coordinación con Los Topos Aztecas.
Hasta ahora han sido rescatados 29 cadáveres, de los cuales seis no han sido identificados.
Entre los recientes está un hombre del que sólo se recuperó su torso y cuello, y otro fue hallado aayer mismo mientras se oficiaba la misa en la orilla del río.
La población lució limpia en el área del kiosco, que fue pintado con sus colores originales y se colocó un arco con flores de cempasúchil con el nombre de La Pintada con flores de crisantemos.
Asimismo, se puso en la entrada, sobre el piso, un tapete de flores con 28 veladoras en representación de los cuerpos encontrados hasta antes de la ceremonia.
En la parte superior y centro de la cancha techada se montó un altar con una enorme cruz de cempasúchil y hojas de palmas, sobre la que se colocó una foto amplificada con vista área de lo que fue en su totalidad La Pintada.
A la una de la tarde comenzaron a llegar en camiones de la Secretaría de Defensa los habitantes de la comunidad que estaban en los albergues de Acapulco, presididos por el presidente del Comité Pro Construcción de La Pintada, Cesáreo Moreno Ávila.
Éste dijo que llegaron 110, de los que la mitad se quedarán en la comunidad y el resto en el albergue mientras se termina de construir el refugio provisional que se ubica al fondo de la comunidad, antes de cruzar el puente Diana Laura Riojas de Colosio.
Dijo que la mitad optó por quedarse aquí debido a que tienen que retomar sus trabajos en las huertas, “y la gente está ya enfadada del calor, somos los últimos que nos habíamos quedado en Acapulco”.
Abundó que en unas dos semanas se restablecerán las clases en carpas que se montarán en la zona del albergue provisional.
El arzobispo Garfias ofició la misa con siete párrocos, entre ellos el de la iglesia de El Paraíso, Salvador Salmerón, y asistieron el alcalde Ediberto Tabares, el síndico y regidores de Atoyac.
Al inicio de la ceremonia se colocó a un costado del altar la imagen del Señor de la Misericordia, que era la imagen que había en la iglesia del lugar cuando ocurrió el siniestro.
Dentro del templo murieron personas que hacían la oración por la paz, y quedaron sepultados con esa imagen.
El arzobispo dijo que la ceremonia era para recordar a los fallecidos por el derrumbe y como parte de la celebración católica de?todos los santos y conmemoración de los fieles difuntos.
Durante la misa el comisario del lugar, Pedro Bartolomé Ramírez, sufrió un desmayo aparentemente por la emoción.
Garfias Merlos dijo que para él era importante estar en La Pintada haciendo la celebración “por la circunstancia que ustedes vivieron con el derrumbe, este cerro que estamos contemplando y la muerte de los hermanos que quedaron ahí sepultados, por el dolor, tristeza, sorpresa y experiencia impresionante que todo los que vivieron en este espacio que fue sepultado por el derrumbe”.
Abundó que el impacto de la tragedia llegó a todos los espacios de Guerrero, México y muchos lugares del mundo, “porque no es una manera ordinaria de morir ni es una manera ordinaria de que un pueblo se impacte, de lo que surgió mucho sufrimiento, dolor, desconcierto y en algunos mucho enojo y rencor, que sale la pregunta ¿por qué en este lugar, a nosotros y por qué de esta manera?, por eso hoy escuchamos la palabra de Dios, que nos dice Dios ama y llena de esperanza”
El arzobispo exhortó a los presentes a llenarse de consuelo y esperanza para transformarlos en fortaleza.
Durante la homilía Garfias Merlos hizo un ejercicio con los familiares de los fallecidos, para que relataran los últimos recuerdos que vivieron con ellos.
Pidió “seguir haciendo el esfuerzo de oración y compromiso de vivir en paz, se comprendan??mejor y puedan tomar las decisiones que se tengan que tomar en relación a cómo darle mayor seguridad a este lugar y puedan continuar viviendo o reubicar a los que se tengan que reubicar y en mejores condiciones de vida”.
Dijo que esa es la herencia que dejaron los que han muerto, que eran personas bondadosas, amables, serviciales, niños estudiosos con deseos de ser sacerdotes.
Asimismo, invitó?a reconocer todos los signos de solidaridad de muchas personas que se han sumado para ayudarlos en los albergues y en el rescate de los cuerpos.
Durante la misa se dio lectura a los nombres de las 71 personas que murieron en el derrumbe y el arzobispo dijo que se debe conservar la herencia de las víctimas.

Otras misa en Acapulco

Por otra parte, unas cien personas de la organización Movimiento Ciudadano de Acapulco, que dirige Alberto López Rosas, realizaron una misa y ofrenda en memoria de los fallecidos en La Pintada.
La misa la ofició el padre Adolfo Silva en la explanada Guatemala, donde se se brindó un minuto de aplausos para las personas que fallecieron durante la tormenta Manuel, así como para los cinco policías federales que murieron en la caída de un helicóptero cuando realizaban labores de auxilio.

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