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El impuesto a los refrescos no detendrá el consumo de los mismos, opinan expertos

Arely Sánchez / Agencia Reforma

Ciudad de México

El impuesto a los refrescos que entrará en vigor a partir de 2014 no detendrá el consumo de este producto, según expertos consultados.
Esto porque la demanda del producto no presenta cambios pese a que las familias tengan menos recursos para gastar, según datos oficiales.
Según la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares, elaborada por el Inegi, el gasto anual en refrescos de las familias mexicanas el año pasado fue de aproximadamente 2 mil 600 pesos en promedio.
En 2010, el gasto incluso fue inferior y se calculó en alrededor de 2 mil 76 pesos, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) de ese año.
Isaac Velasco, analista de consumo del Banco Ve por más, expuso que en México el gasto de las familias en refresco no varía de manera importante pese a una disminución de sus ingresos o una variación al alza en el precio de ese producto.
“El refresco es un producto muy arraigado en el consumo de los mexicanos y su demanda es inelástica (sic) por lo que no varía pese al incremento en su precio.
Necesitaríamos observar variaciones muy fuertes en el precio para que, en efecto, haya una disminución notoria en su consumo”, dijo en entrevista.
En el análisis México: gasto familiar, Isaac Velasco afirma que el gasto en refrescos representa 3.2 por ciento del consumo total agregado anual de las familias.
Agrega que ni siquiera los niveles de ingreso de los hogares marcan una diferencia importante en el consumo de esta bebida.
El Congreso de la Unión aprobó que a partir del próximo año cada litro de refresco pague un impuesto especial de un peso. Así, el precio del refresco en presentación de 600 mililitros, uno de los más vendidos en las tiendas de la esquina, aumentaría sólo en 60 centavos.
Carlos González, director de Análisis y Estrategia Bursátil de Monex, coincidió en que difícilmente el alza en el precio de los refrescos tendrá un efecto negativo que incida en un menor consumo de estas bebidas.
“El hecho de que este producto aumente de precio sí va a afectar el consumo pero porque las personas tendrán menos dinero disponible para gastar en otros rubros por destinar más dinero para comprarse una bebida. Con el impuesto no va a cambiar el hábito por tomar refresco, porque el impacto en el precio es mínimo”, expuso González de Monex.

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