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Arturo Solís Heredia

CANAL PRIVADO

*El Huacapa de don Alejandro

Según cuentan testigos cercanos, el ex gobernador Alejandro Cervantes Delgado quería convertir al Huacapa en un verdadero río (como dicen los abuelos que alguna vez lo fue), y habilitar sus orillas en una especie de parque lineal a lo largo de Chilpancingo, con espacios y áreas verdes para la convivencia y descanso de las familias capitalinas.
No saben, los que cuentan, si la idea de don Alejandro se quedó en eso o si tenía un proyecto concreto elaborado al respecto; lo cierto es que el río Huacapa se convirtió en algo muy distinto, opuesto a lo que pretendía el ex gobernador.
Lo que sí saben los que cuentan, es que la idea de don Alejandro se inspiró en su indiscutible arraigo y amor por Chilpancingo, y en el Paseo del Río, en San Antonio, Texas, acerca del cual le platicó uno de su colaboradores cercanos, visitante asiduo de esa ciudad estadunidense.
Si los que cuentan saben, seguro su colaborador debió decirle que el Paseo del Río es el atractivo turístico más popular de San Antonio, un parque lineal asentado en las márgenes del río que cruza la ciudad, lleno de áreas y paisajes verdes, restaurantes, hoteles, circuitos para ciclistas y corredores, y lanchas que ofrecen paseos a lo largo de su cauce.
Posiblemente también le contó la historia del río, parecida y a la vez distinta a la del nuestro, la que les cuento aquí, sintetizando la que se consigna en la página web oficial del Paseo del Río de San Antonio.
Desde 1830, cuando ese territorio aún pertenecía a México, se aprueban las primeras reglas para el uso del río, su encauce y los asentamientos en sus márgenes, ya que varias veces en el pasado, los colonos habían sufrido inundaciones con cientos de víctimas fatales.
En 1919, un estudio de ingenieros reporta que una inundación grande podría dañar a San Antonio. Sin embargo, en 1924, la Sociedad de Conservación de esa ciudad se organiza para salvar el río. Un año más tarde, el viejo mercado asentado sobre el cauce es demolido para permitir el flujo de sus aguas. En 1926 se presenta el proyecto de control de inundaciones, la Sociedad de Conservación organiza una feria que incluye paseos en bote para los regidores, con el fin de convencerlos de salvar el río. La estrategia funcionó.
En 1937 los legisladores tejanos crean la Autoridad del Río San Antonio. Al año siguiente, se reconoce el potencial estético del río; congresistas, el alcalde y un grupo de ciudadanos demandan el desarrollo del río. Ese año, se convoca a una elección especial para aprobar un impuesto de .015 centavos por cada 100 dólares, para reunir fondos para el proyecto. La iniciativa se aprueba, y los trabajos se inician dos años después.
En 1946, una gran inundación golpea el centro de San Antonio pero los daños no son graves, gracias a la apertura de canales pluviales y a la construcción de una barrera contenedora, acciones incluidas en el proyecto aprobado por los habitantes de la ciudad.
En 1954, el Congreso texano autoriza el proyecto de mejoras al canal del río, para proteger las 31 millas de su cauce. En 1956, la dirección de parques recreativos construye el jardín botánico en el paseo del río, lo que después anima a uno de los diseñadores de Disneylandia a presentar un estudio, patrocinado por el Ayuntamiento y la cámara de comercio, acerca del potencial comercial del río, en el que se proponía la construcción de un parque lineal a lo largo de sus márgenes, inspirado en la arquitectura colonial de Texas, respetando y ampliando el cauce natural del río.
Luego del esfuerzo continuo de seis administraciones municipales, el estudio es concluido. El “plan del corredor del río” estableció un marco de desarrollo para las decisiones futuras sobre esa zona, que ha sido respetado hasta la fecha, cuando preparan ya la ampliación del Paseo del Río, que lo convertirá en el parque público más grande de Estados Unidos.
A pesar de que el proyecto del río de San Antonio nos llevaba muchos años de delantera, si la idea de don Alejandro se hubiera concretado, los habrían colocado (a él y al Huacapa) en la vanguardia de la planeación urbana contemporánea.
Hoy, los urbanistas más avanzados en muchas de las ciudades ribereñas más desarrolladas del mundo occidental, planean y llevan a cabo proyectos como el del Paseo del Río en San Antonio. Hoy, las ciudades ribereñas no le dan la espalda a los ríos para verter sus aguas negras, como antes se hacía, al contrario, le dan la cara para convertirlos en el eje principal del crecimiento urbano sustentable.
Pero más importante aún, organizaciones no gubernamentales como International River Foundation (IRF) trabajan reuniendo fondos para la restauración y el mantenimiento de ríos en todas partes del mundo, porque de esa manera, explican en su página web, “mejoramos la salud, la ecología, la economía, y ofrecemos resultados sociales para la gente y el medio ambiente”.
Actualmente, IRF trabaja en proyectos de restauración y mantenimiento en ríos, “desde el Danubio en Europa, hasta el Mekong en Asia, y el St. Johns en Estados Unidos”.
Por eso, el gobierno de la ciudad de México impulsa un proyecto para restaurar ríos urbanos y crear un espacio público para ciclistas, peatones y de esparcimiento, que permitirá que el cauce del río de La Piedad corra a cielo abierto por el Viaducto, pero no con aguas negras y basura, sino limpio y con parques en los alrededores.
Tristemente, los creadores y ejecutores del proyecto de encauzamiento del río Huacapa en Chilpancingo nunca consideraron pertinente la idea de don Alejandro; más tristemente, los creadores y ejecutores del proyecto de reconstrucción del encauzamiento del Huacapa, no han considerado pertinente discutir con los chilpancingueños si quieren que se reconstruya el encauzamiento, o si prefieren aprovechar la oportunidad dolorosa del desastre para corregir el rumbo del crecimiento urbano de su ciudad.

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