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Presentarán en el festival de Cannes el documental que protagoniza Rocío Mesino

*El asesinato de la luchadora social “fue un asunto muy doloroso y una prolongación de un Estado que ha sistematizado la represión y la persecución contra los luchadores sociales”, afirma en entrevista el director de Las montañas invisibles, Ángel Linares Colmenares

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Las montañas invisibles, documental dedicado a la luchadora social Rocío Mesino, y ganador de diversos premios, el último de ellos en el Octavo Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México hace unos días, nació de la ganas de investigar un hecho: el supuesto uso de napalm para combatir la guerrilla de Lucio Cabañas.
En entrevista vía Skipe con su director Ángel Linares Colmenares, narró que “cuando visité por primera vez Atoyac mi primer contacto es con el señor Hilario Mesino (padre de Rocío), piedra fundamental junto con su hija de este proyecto” que, dijo, se fue desviando al percatarse de que quienes llevaban la memoria histórica de aquellos sucesos eran todas mujeres.
La cinta entonces, cambia de rumbo y termina narrando cómo un grupo de mujeres que fueron separadas de sus familiares, todos hombres, por su presunta relación con la guerrilla se enfrentan a la ausencia de sus seres queridos y luchan por encontrarlos.
Asimismo, da cuenta de su resistencia en medio de la pobreza y la injusticia a que han sido condenadas históricamente las comunidades campesinas de Atoyac.
No obstante, el aún estudiante de cine en el CUEC-UNAM, aseguró que no quería hacer un documental de denuncia tradicional sobre los desaparecidos; “buscamos un acercamiento mucho más humano a los hechos”, al tiempo que se dijo heredero del cine político de los años setenta destacando grupos como la cooperativa Marginal.
Las Montañas invisibles, luego de ganar un pemio a mejor documental en el Festival de Cine de Morelia, se ganó su derecho a participar en el próximo Festival de Cannes en Francia en el 2014; sobre ello Linares aceptó que nunca pensó en ir más allá de aspirar a que la gente lo vea, de democratizar la cinta y “llevarla a las plaza, allá a las comunidades, hasta la sierra” recordando que tarde o temprano estará en Atoyac.
Al cuestionársele sobre la necesidad de presentar otra mirada acerca de la Guerra Sucia en México, Linares colmenares afirmó que “lamentablemente es un asunto que no se ha cerrado, no se ha resuelto”, y acusó al PRI de tratar de censurar, destruir y borrar ese período histórico, “de los más oscuros” del país y “negárselos a los jóvenes”.
La película, agregó su director, busca más allá de enviar un mensaje, causar una reacción: “generar alianzas, por qué no, entre los movimientos sociales que se dan allá en Guerrero” y reveló además que gente como Cuauhtémoc Cárdenas Batel, durante un evento público afirmó que le gustaría que existiera más gente como Rocío (Mesino), lo que le generó una ronda de aplausos.
Al respecto, Linares reveló que tiene una deuda pendiente con la familia de Rocío Mesino, con la misma Rocío, asesinada hace unas semanas, y con Atoyac, por lo que una vez que se arreglen cuestiones de agenda, estaría presentando el documental en ese municipio de la Costa Grande cuyas mujeres, dijo, son las verdaderas ganadoras de todos esos premios.
No obstante, afirmó categórico que la muerte de la luchadora social a manos de un sujeto que le disparó a quemarropa “fue un asunto muy doloroso y una prolongación de un Estado que ha sistematizado la represión y la persecución contra los luchadores sociales”.
“Lo que mostramos en el documental, y que pasó hace cuarenta años, sigue existiendo y con mucho más fuerza por parte de un gobierno que está reconfigurando al Estado que estuvo en el poder por más de setenta años”, puntualizó.

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