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Acuerdo de gobierno y las FARC para que la guerrilla se incorpore a la vida política

DPA / EFE

La Habana / Bogotá

El gobierno colombiano y las FARC anunciaron ayer un acuerdo “fundamental” para que la guerrilla pueda incorporarse a la vida política tras dejar las armas, el segundo punto de negociación del proceso de paz.
El acuerdo “abrirá espacios para que surjan nuevos movimientos políticos que requerirán garantías para el ejercicio de la política”, anunciaron ambas partes en un comunicado conjunto en La Habana.
El acuerdo prevé la creación de un estatuto que dé garantías para la formación de nuevos grupos políticos opositores, entre los que debe estar el que surja de la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Además de la creación de una comisión multipartidista que delinee el nuevo Estatuto de la Oposición, el compromiso prevé la creación de “circunscripciones especiales” durante “un periodo de transición” tras la firma de un eventual acuerdo de paz.
La comisión que defina el estatuto debe ser conformada a través de una convocatoria de los partidos y movimientos políticos existentes.
Se trata de un “mecanismo legítimo con participación de las organizaciones políticas nacionales, para que en ese espacio se le dé vida al Estatuto para la Oposición”, explicó el negociador jefe del gobierno, Humberto de la Calle, en una posterior comparecencia.
Los aspectos acordados “nos colocan a los colombianos en la posibilidad de comenzar a abrir las puertas de una verdadera democracia”, señaló por su parte el líder de la delegación de las FARC, Luciano Marín (alias Iván Márquez).
Uno de los que criticó el avance fue en cambio el ex presidente Álvaro Uribe, partidario de la vía armada contra las FARC. “Colombia es la única democracia que acepta negociar su democracia con el terrorismo”, escribió en su cuenta de Twitter.
El congresista colombiano de la oposición Iván Cepeda y el oficialista Roy Barreras afirmaron que el segundo acuerdo alcanzado ayer por el gobierno y las FARC en materia de participación política supone un paso más hacia la paz y blinda el proceso frente a sus críticos.
Por otro lado, decenas de estudiantes de la principal universidad pública de Colombia, la Nacional, tomaron ayer clase al aire libre en diferentes puntos de Bogotá para exigir que el Estado destine recursos a la reparación de los edificios de la institución.

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