Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

Rumbo a un nuevo modelo de seguridad pública
*La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas. Albert Camus.

El principal problema que enfrentan las políticas públicas de seguridad es la permanencia del modelo configurado para las necesidades del poder del Estado surgido de la revolución mexicana en las primeras décadas del siglo pasado, que cada vez está chocando más con los avances y valores de la vida democrática, social, económica y cultural del país.
El modelo de seguridad pública que funciona actualmente es uno para un régimen autoritario y centralista que requería de un enfoque coercitivo de la seguridad para asegurar el control de la sociedad y principalmente de los disidentes al grupo en el gobierno de la República.
Las distintas policías surgieron así para ponerse al servicio de los gobernantes más que de los ciudadanos, por lo que en el reclutamiento era necesario que los pretensos a convertirse en elementos policiales tuvieran como cualidades cierta capacidad pragmática para imponer la razón de estado, para golpear a la misma sociedad, a quienes se oponían al gobierno y con lealtad ciega a los jefes más que a las leyes y a la sociedad.
La seguridad pública en el modelo pre-democrático que aún padecemos es entendida más como un asunto de estabilidad política del gobierno que como condición de bienestar y convivencia democrática social ajustada a las reglas y vigencia de las leyes.
Aunado a las necesidades del poder, el modelo de seguridad pública que aún padecemos ha sido corroído por la corrupción de la función pública y penetrado por el crimen organizado colocando como policías a personas ahora no sólo identificadas con los  intereses políticos de los jefes sino con los de los grupos de la delincuencia organizada, por lo que la policía ha perdido toda la credibilidad de la sociedad colocándose en un nada honroso último lugar en las encuestas de credibilidad que aplica la Secretaría de Gobernación.
Este problema de la caducidad del modelo policial en México derivado a su vez de la crisis política y de la penetración del crimen organizado en la esfera de gobierno, ha orillado a la sociedad a recurrir a acciones de autodefensa en casi toda la geografía nacional y en algunos lugares a conformar sus propias policías comunitarias o ciudadanas.
En el caso de Guerrero tenemos a la policía comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias y la policía ciudadana de la Unión de Pueblos y Organizaciones de Guerrero, aunque en otros estados ya han surgido este tipo de organizaciones que han puesto en la mesa de discusión el replanteamiento del modelo policial.
Por lo anterior, el pasado martes he presentado una propuesta de iniciativa para reformar la ley de seguridad pública en la que planteo básicamente cambiar el modelo policial centrándose en dos ejes principales: la transformación de las actuales policías preventivas municipales en policías de aproximación social, y la regulación de las policías comunitarias o ciudadanas.
El objetivo de la propuesta es que empecemos a cambiar el enfoque de la seguridad pública centrado en los intereses del poder político a basarlo en el servicio a la sociedad, pasar de un proceso de reclutamiento estrictamente gubernamental a uno basado en la elección de la propia sociedad de sus elementos de seguridad lo que permitirá que los elementos policiales dejen de ser unos verdaderos desconocidos para su comunidad a ser unos ciudadanos convencidos y comprometidos con la comunidad que los ha elegido para tal fin.
Me parece que todavía no hemos sabido hacer políticas democráticas de seguridad pública, o más bien aprovechar las virtudes y cualidades de la democracia para diseñar políticas públicas de seguridad, nos falta mucho, tenemos que creer en la democracia más que en el poder, ver la participación ciudadana más como un comportamiento democrático de aportación a las soluciones de la inseguridad que como un peligro para el control político de la sociedad.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A quien corresponda que está bien, le vamos a entrar al Plan Nuevo Guerrero, pero que no sea sólo de reconstrucción de la infraestructura sino de nuestra cultura democrática en el diseño de políticas para la seguridad pública estatal.

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