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Impiden policías a damnificados de Tixtla entregar una carta a Peña en Casa Guerrero

*En el oficio le solicitan financiar una obra para evitar desbordamientos de la laguna. Forcejean con los policías antimotines; los guardaespaldas del Presidente se imponen a Humberto Salgado, que quería dejar pasar a una comisión

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Afectados por la inundación de la Laguna Negra de Tixtla se enfrentaron a empujones y amagos de golpes con policías antimotines, en una protesta afuera de la residencia oficial Casa Guerrero, para exigir una entrevista con el presidente Enrique Peña Nieto, que ayer encabezó ahí un acto.
A pesar de que el coordinador del Ejecutivo estatal, Humberto Salgado Gómez, ofreció a los inconformes que una comisión de tres personas podría entrar para entregar el oficio al presidente, donde pedían financiamiento para las obras que eviten más inundaciones, personal del Estado Mayor Presidencial les advirtió que no había ninguna posibilidad de verlo.
Primero argumentaron que se trataba de una actividad organizada por el gobierno del estado, pero después señalaron que Salgado Gómez no trabaja para la Presidencia y no podía autorizar un encuentro con el Ejecutivo federal.
En tres ocasiones hubo un intercambio de empellones con los policías antimotines, para insistir en el acceso al acto con el presidente, a unos metros de la entrada puerta dos de la residencia oficial.
Los damnificados incluso insistieron en que sólo querían entregar el oficio de manera pacífica a través de una comisión reducida que podía ser custodiada por los policías.
En los momentos más intensos de la confrontación, los damnificados lograron retirar las vallas metálicas que los separaban de los policías municipales y estatales, y les quitaron tres escudos de antimotín; en tanto, los uniformados fueron aumentando en número mientras crecían los ánimos de los inconformes porque no recibían una respuesta positiva.
Antes, a las 11 de la mañana, unos 200 damnificados llegaron al Congreso local a pedir una audiencia con los integrantes de la Comisión de Gobierno para que los diputados locales hicieran un exhorto al gobierno federal y al municipal a resolver de manera definitiva y de  inmediato el problema de las inundaciones que mantiene a buena parte de la ciudad en el agua desde hace 54 días.
De acuerdo con cifras oficiales, mil 320 casas fueron afectadas por la inundación que ocasionó el desbordamiento de la Laguna Negra, de las cuales 400 ya se habían liberado de agua y al menos 70 casas de adobe se registraron con pérdida total.
Una representación entró al Congreso con el presidente de la Comisión de Gobierno, el perredista Bernardo Ortega Jiménez, y su compañero de bancada, Amador Campos Aburto, el priista Héctor Apreza Patrón, y de Nueva Alianza Víctor Salinas Salas. Ayer mismo el Congreso hizo el exhorto.
También se acordó una reunión de seguimiento el próximo lunes a las 2 de la tarde en el Congreso, para hablar del proyecto que impulsa la población, cuya obra central es un canal controlado para liberar los excedentes de agua de la laguna al sureste, por terrenos de Mochitlán.
Mientras otro grupo se adelantó a la Casa Guerrero para llevar un oficio a Peña Nieto, a pesar del operativo militar y policiaco de seguridad en las calles aledañas, desde la avenida Lázaro Cárdenas.
El grupo fue detenido por un filtro de policías antimotines en la avenida Ruffo Figueroa, a la altura de la clínica del ISSSTE.
Pero a medio día, el resto de los damnificados de Tixtla marchó del Congreso a la Casa Guerrero, logró avanzar hasta unos metros de la puerta tres, donde se encontraron con las vallas metálicas y los policías antimotines.
A cada intento de avanzar de los manifestantes, el bloque de policías se incrementaba con federales y estatales, sin ningún lesionado, salvo amagos de golpes y empujones a algunas mujeres.
Alrededor de la una de la tarde salió el coordinador del Ejecutivo estatal, Humberto Salgado Gómez, que acordó con los manifestantes –que se identificaron como el Consejo de Damnificados de la Laguna Negra– que una comisión de tres personas podría entrar a la Casa Guerrero, y ofreció regresar en unos momentos.
Una hora después, los manifestantes denunciaron que fueron engañados y arremetieron por tercera sobre los antimotines, que para ese momento los rebasaban en número.
Después de eso, un agente responsable de la seguridad al exterior del edificio, del Estado Mayor Presidencial, les dijo que no había posibilidad de ver al presidente, y adentro estaba lleno.
A las tres de la tarde los inconformes aceptaron entregar a un enlace de la Presidencia su petición, y éste se comprometió a enviar por escrito una respuesta a su demanda.
En el Congreso, el integrante del Comité de Vigilancia del Consejo de Damnificados, Alberto Salmerón Dircio, expresó su preocupación porque el gobernador Ángel Aguirre Rivero ha declarado a reporteros que ya atendieron todas las emergencias derivadas de la tormenta Manuel.
Pero cientos de casas en Tixtla siguen en el agua y no tienen certeza de que el municipio esté contemplado en el presupuesto del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) y no hay claridad de las autoridades en la construcción o no del canal controlado.
De los apoyos a damnificados, insistió en que salvo por mil 200 pesos que entregaron por familia en el programa de empleo temporal, no han obtenido nada de las autoridades.
Denunció que las tarjetas para la compra de enseres domésticos, que se han entregado a otros municipios, no han llegado a Tixtla, y las despensas que recibieron durante la contingencia en su mayoría fueron donadas por la sociedad civil.
Sin embargo, insistió en que no les interesan las despensas, sino la solución integral al problema de las inundaciones.

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