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No habrá curules directas para las FARC, dice el negociador del gobierno colombiano

EFE

Bogotá

El jefe negociador del gobierno colombiano en el diálogo de paz con las FARC, Humberto de la Calle, aclaró ayer que la creación de circunscripciones especiales para las regiones en conflicto derivada del segundo acuerdo parcial no implica la asignación directa de curules al Congreso para la guerrilla.
De la Calle publicó este domingo un artículo en varios medios locales para explicar los alcances del segundo acuerdo parcial sobre participación política, presentado a la opinión pública el pasado miércoles en La Habana, y aclarar las interpretaciones erradas.
El ex vicepresidente se refirió a la creación de las “circunscripciones territoriales de paz” en la Cámara de Representantes (baja) como una idea “inédita” que no busca mecanismos para “fomentar la representación del movimiento que surja de las FARC” sino aumentar la presencia de los territorios que a causa del conflicto se han visto marginados del sistema representativo.
“Serán a la manera de círculos electorales dentro de los departamentos para que se elijan representantes adicionales. Algunos dijeron que son circunscripciones para las FARC. Falso. Todos los habitantes pueden aspirar a ejercer esa representación en nombre de movimientos u organizaciones”, detalló De la Calle.
El jefe del equipo negociador del gobierno colombiano en las conversaciones de paz de La Habana explicó el fundamento del segundo acuerdo, clave para lograr una futura reinserción de los alzados en armas y para la reconciliación.
“Una condición esencial para la puesta en marcha de estas iniciativas es la desmovilización de la guerrilla”, dijo en referencia al compromiso que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han hecho oficial al firmar el preacuerdo.
También habló de la promesa del Estado dentro del pacto: favorecer una “apertura democrática conveniente para el país” que ha tenido en cuenta la necesidad de establecer condiciones de igualdad en la participación, en la equidad, en la seguridad y en la transparencia del sistema político.
“Silenciar los fusiles es un paso necesario, pero no suficiente. (…) La nueva apertura democrática abre el camino para arraigar definitivamente la paz en la terminación del conflicto”, afirmó el ex vicepresidente.
El acuerdo firmado el pasado miércoles, recogido en unas 20 cuartillas, contempla también la redacción por parte de todos los partidos de un estatuto de oposición, reconoce el papel de los movimientos sociales y garantiza la seguridad para su ejercicio político.
Asimismo, se compromete a revisar el sistema electoral, a flexibilizar los requisitos para conceder personalidad jurídica a los partidos y abre un esquema de derechos de financiación y acceso a medios para el movimiento legal que resulte tras la entrega de armas de los miembros de las FARC.
Las FARC y el gobierno se disponen a discutir el problema de las drogas a partir del próximo 18 de noviembre.

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