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El sector pesquero de la Costa Chica, el más marginado del país, señala investigador

Karla Galarce Sosa

El investigador de la Unidad Académica de Ecología Marina de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), Salvador Villerías Salinas, informó que el sector pesquero de la Costa Chica es uno de los más marginados del trópico mexicano debido a la falta de infraestructura adecuada y la desvinculación con la industria alimentaria, además de que los canales de comercialización son monopolizados por intermediarios.
El doctorado en geografía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lamentó que haya pocos estudios enfocados al sector pesquero guerrerense y particularmente en esa región de la entidad que posee “altos índices de marginación socio-económica, y se ubica entre las de menor índice de desarrollo humano de la entidad”.
En entrevista, el especialista en estudios sobre geografía socio territorial y doctorado con mención honorífica de la UNAM indicó que su investigación está enfocada en la actividad pesquera desde un punto de vista territorial.
Exlicó que la idea central de investigación, realizada en conjunto con el investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, Álvaro Sánchez Crispín, busca vincular la existencia de recursos pesqueros “medianamente importantes” con la falta de infraestructura pesquera con la industria alimentaria y la presencia de canales de comercialización monopolizados por intermediarios.
“Éstos factores inciden en forma directa en las condiciones de vida de la población, caracterizadas como poco favorables y que alientan la migración”, indicó el especialista.
Detalló que hay una explotación sólo en especies con alto valor comercial, entre los que se encuentran el ostión “y la presencia de una débil organización de las cooperativas pesqueras que se manifiesta en una incapacidad para resolver los problemas derivados de la comercialización de sus capturas, lo que abre una ventana de oportunidad para los intermediarios”.
Villerías Salinas describió al sector pesquero de la Costa Chica como una “parte del litoral Pacífico mexicano que centra sus actividades económicas en el sector primario como la pesca, cuya función resulta complementaria en la dinámica económica regional y sólo se lleva a cabo en 15 localidades asentadas sobre la línea de costa en la que se capturan distintas especies marinas y estuarinas”.
El investigador indicó que en San Marcos, Florencio Villarreal, Copala, Marquelia y Cuajinicuilapa se ubican 15 localidades que se dedican a la actividad pesquera de manera predominante y de éstas 13 viven sólo de esa economía y en dos, San Marcos y Marquelia, la pesca coexiste con el comercio y los servicios.
“En cada uno de esos sitios hay por lo menos una cooperativa que es el eje de vertebral de la economía pesquera”, explicó.
Aunque parezca paradójico, explicó, por la longitud de costa que tiene el país, “la pesca es uno de los sectores económicos menos estudiados desde una perspectiva de geografía económica”.
“Al hacer una revisión bibliográfica de las obras publicadas en este sentido, es notable la ausencia de investigaciones sobre la estructura territorial de la actividad pesquera en México”, destacó el especialista, y acotó que la expresión de las relaciones entre la naturaleza y la sociedad pesquera no se concreta.
Villerías Salinas resaltó que la pesca ribereña o de pequeña escala contribuye de forma importante en la seguridad alimentaria y al alivio a la pobreza en las regiones donde se le practica.
Habló de que “los pescadores guerrerenses obtienen bajos ingresos por su actividad y viven en una situación de marginación social y económica, hecho que los hace vulnerables a riesgos globales que afectan el medio geográfico-físico del que extraen los recursos pesqueros”.
Agregó que aunado a los problemas que enfrentan, se agrega está la competencia por el uso del suelo que representa la actividad turística.
A pesar de estas amenazas, continuó, la pesca ribereña o de pequeña escala produce beneficios económicos y, si bien en forma limitada, contribuye a la generación de empleos directos e indirectos en los lugares donde se le lleva a cabo.
Detalló que la investigación se realizó en 2005 con el fin de obtener una aproximación a los problemas ambientales, sociales y económicos a los que se enfrentan los pescadores en localidades pesqueras de la Costa Chica.
Especificó que 76 pescadores agrupados en cooperativas o que realizan su actividad en forma independiente. Mientras que “las localidades con mayor dinámica pesquera son Punta Maldonado, Barra de Tecoanapa, Marquelia, Playa Bocana, Las Salinas y colonia Juan Nepomuceno Álvarez, cuya actividad extractiva está referida a diversas especies marinas”.
Consideró que la presencia de los pescadores en la región de la Costa Chica es reducida en comparación con la totalidad de la población económicamente activa en esa región, sin embargo “si se les examina en el nivel de localidad, su presencia es importante en cuanto a los ingresos generados, aunque sean exiguos”.
Aseguró que “los indicadores socioeconómicos prevalecientes en esta parte de Guerrero señalan condiciones de pobreza y marginación graves, que no han podido ser erradicados, ni siquiera paliados, en los últimos años”.
Recomendó que las cooperativas pesqueras de la Costa Chica “deben ser reforzadas, mediante la instauración de aspectos gerenciales, a fortalecerlas y contrarrestar su débil organización frente a intermediarios, para la comercialización de sus productos; y ante representantes de los gobiernos federal y estatal para obtener financiamiento y apoyos de diversa índole”.

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