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Para hacer un nuevo estudio, quedó suspendida la evacuación de El Paraíso, en la sierra de Atoyac

*Las autoridades locales pidieron que se reconsiderara la orden de reubicar a toda la población, de 9 mil 500 habitantes. Indican que sí deben moverse a otro sitio cuatro colonias que están alto riesgo

Víctor Cardona Galindo

El Paraíso

La evacuación que estaba realizando el Ayuntamiento de Atoyac en la comunidad de El Paraíso se suspendió. Por las inconformidades que se despertaron se realizará un nuevo estudio geológico.
Sin embargo ante la presencia del huracán Raymond, que entró el 19 de octubre, muchas familias abandonaron por su propio pie la población y se refugiaron con familiares o en los albergues que la comuna tiene en San Vicente de Benítez y en la cabecera municipal.
Con las torrenciales lluvias que trajo la tormenta tropical Manuel y el huracán Ingrid, además de las inundaciones, los cerros que circundan El Paraíso: La Pandura, La Siberia, El Mirador y el Vista Hermosa tuvieron serios deslizamientos de tierra y algunos vecinos han escuchado “retumbidos” en el cerro del panteón.
De los deslaves, muchos culpan a la deforestación de los bosques durante más de 60 años.
El Paraíso está a 800 metros de sobre el nivel del mar, es la población más importante de Atoyac después de la cabecera municipal, tiene 15 colonias y más de  9 mil 500 habitantes. El ejido es el principal productor de café de Guerrero.

Frecuentes daños por lluvias

Que los fenómenos naturales provoquen daños a la comunidad no es nada nuevo, por ejemplo el 19 de octubre de 1991, hubo una tromba que afectó muchas casas. Se llevó vehículos y dañó comercios. Ese año la atención nacional se centró en El Paraíso y por primera vez se vio desfilar un ejército de reporteros buscando la noticia. Otra tromba se vino sobre la población el 7 de octubre del 2008 aunque con menos intensidad, pero igual causó daños incuantificables.
El 14 de agosto 2009  El Paraíso estaba incomunicado debido a una tromba que cayó en julio y derribó la antena telefónica. El comisario ejidal, Agustín Sotelo Aguilar, informaba que los fuertes vientos derribaron la antena del teléfono y las aguas causaron daños en varias viviendas. Tenían más de un mes sin teléfono, sin embargo los recibos telefónicos seguían llegando a los domicilios exigiendo el pago.
El 31 de agosto del 2010, en la cabecera municipal, había mucha gente de la sierra que se quedó varada porque la carretera que conduce al Paraíso sufrió varios derrumbes por la lluvia del día anterior. Había derrumbes en Tierras Blancas antes de llegar al Rincón de las Parotas y en otros sitios. Los trabajadores del Ayuntamiento que vivían en El Paraíso no se presentaron a laborar. Muchos buscaban trasbordar para llegar a sus casas.
Después se vino una tragedia el 30 de agosto del 2011. Las fuertes lluvias que azotaron la sierra provocaron el reblandecimiento de la tierra, y el cerro de La Ermita se desgajó a las 5 de la mañana. El alud tapo a Agustín González Jaimes, Azucena Rauda, Briseida Rauda González y Eduardo González Jaimes, de 40, 38, 6 y un año. Todos de Tepetixtla que perdieron la vida mientras dormían.
Al lugar acudieron elementos de Protección Civil municipal y los soldados de la 27 Zona Militar implementaron el Plan DN-III, para rescatar los cuerpos de las cinco personas que perdieron la vida, incluida otra persona de quien se desconoce el nombre. En el mismo lugar resultaron afectadas otras cuatro viviendas, cuyos habitantes fueron reubicados.

Nunca se había visto destrucción como la que causó Manuel

El 14 y 15 de septiembre la tormenta tropical Manuel causó diversos daños. Muchos habitantes dicen que nunca habían vivido algo igual. La carretera estaba muy fracturada con más de  30 derrumbes, algunos gigantescos. El 21 de septiembre las camionetas Urvan de pasajeros sólo podían llegar hasta un derrumbe que estaba como media hora antes de San Vicente de Benítez. La caminata llevaba más de tres horas, desde el derrumbe hasta El Paraíso.
Después de muchos esfuerzos, el viernes 27 a las 9 de la mañana, quedó restablecida la vía de comunicación. Ese día todavía El Paraíso parecía una zona de guerra; toneladas de tierra y troncos de árboles impedían el acceso a las calles principales. Del 14 al 15 de septiembre, los paraiseños sufrieron los deslaves de tierra de los cerros cercanos. El 15 se desgajó el cero de El Mirador. También se desgarró el cerro de La Ermita y el que está frente a la colonia Oriental. Los tres arroyos que cruzan El Paraíso se desbordaron. Los negocios del centro tuvieron pérdida total al ser invadidos por toneladas de palos y lodo.
El agua arrastró camionetas, coches, casas y un puente que comunicaba a las colonias El Mirador y La Guadalupana. La iglesia de nuestra señora Guadalupe y el viejo beneficio de café alojaron hasta 500 personas. Hubo gente refugiada en casas particulares. El comisariado ejidal, Leonel Sotelo Lucena, habla de un 80 por ciento de viviendas dañadas.
No hubo pérdidas humanas gracias a la rápida comunicación de los vecinos, pero en éste, el núcleo poblacional más importante de la sierra hubo alrededor de 800 damnificados. Se establecieron ocho albergues; el más grande estaba en la iglesia, en donde se refugiaron alrededor de 300 personas. Muchas familias sacaron a sus hijos a la cabecera o a pueblos cercanos caminando alrededor de cinco horas por el lodo.
Un niño de 8 años refugiado en San Andrés de la Cruz dice que él quiere regresar a El Paraíso, que ese es su pueblo y en él quiere morir. Recordó que cuando salieron su hermana mayor lloraba porque el lodo les llegaba hasta las rodillas.

Después de Manuel, la gente vivió alarmada en un infierno lodoso

Después de Manuel El Paraíso se convirtió en un infierno lodoso y la gente comenzó a vivir alarmada, porque en esta parte de la sierra llueve todos los días. La noche del 21 de septiembre Esteban Hernández Ortiz durmió en El Paraíso y dice: “Los ríos que cruzan al pueblo mantienen un ruido que no da el mínimo de confianza, te acuestas con un ojo abierto y el otro tratando de cerrarlo”. Luego el 22 al abandonar la población vio desde el helicóptero que “algunos habitantes han construido invadiendo el paso del río y ahí están las consecuencias en gran parte. Desde la antigua Casa-Escuela de El Paraíso a Río Verde se observan derrumbes en las huertas de café”.

El 28 de septiembre unavez restablecida la carretera llegó el presidente municipal Ediberto Tavares Cisneros y comenzó el recuento de los daños.
Con las máquinas comenzaron retirar toneladas de tierra y madera que había en las calles principales. Ángel Aguirre Rivero estuvo en El Paraíso el 5 de octubre, acompañado del alcalde de Atoyac, supervisó los trabajos de reconstrucción y escuchó los testimonios de los daños.

Están en zona de alto riesgo,
tienen qué desalojar

La gente iba saliendo poco a poco de la tragedia cuando de pronto se les notificó que están todos en una zona de alto riesgo y se les tiene que desalojar.
El 13 de octubre llegó el comunicado que dice que se debe actuar ya en El Paraíso y en Pie de la Cuesta, porque hay inestabilidad en las laderas. Urge mover las colonias Vista Hermosa, El Mirador y El Porvenir.
Fue el alcalde Ediberto Tabares Cisneros quien dio a conocer a las autoridades locales los resultados del estudio realizado por Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred): “La topografía es muy abrupta, con laderas cuya integración oscila entre los 45 y 70 grados, constituidas en su mayoría por rocas metamórficas e importantes estratos de arcillas y arenas limosas”.
Se dieron deslizamientos en los cerros cercanos a El Paraíso, Vista Hermosa, el Mirador y El Porvenir son las zonas que presentaron los mayores deslizamientos.
El 14 y el 15 de octubre personal del Ayuntamiento repartió a los paraiseños un oficio firmado por el secretario general de Gobierno municipal, Felipe de Jesús Téllez Benítez, donde se les informaba: “En estricto cumplimiento al dictamen que emitió la subdirección de dinámica de suelos del Cenapred, de fecha siete del mes y año en curso, el que se nos hace llegar con fecha doce de los corrientes, del que se desprende, que en los cerros cercanos a esa población, se observaron deslizamientos importantes que amenazan al mayor núcleo de viviendas que se encuentran al pie de las laderas, donde se observan taludes verticales que antes no existían, por lo que dependiendo de la fuerza del movimiento de tierras y del material de fabricación de las viviendas, existe el eminente peligro que puedan quedar sepultados total o parcialmente”. Por eso el 15 por la tarde comenzó la evacuación. Los primeros 94 desplazados fueron llevados a San Vicente de Benítez, donde se les dio asilo.
Después de las acciones que emprendió el Ayuntamiento para poner a salvo a la población, comenzaron las especulaciones: que los quieren evacuar porque están viviendo sobre una mina de oro y piedras preciosas, que quieren construir una presa para aprovechar el agua de los tres arroyos. Otros proponen: “En lugar de evacuarnos, ¿porqué no mejor rebanan los cerros?”.
Las autoridades de El Paraíso contestaron por escrito a los tres niveles de gobierno y pidieron un nuevo “estudio de mecánica de suelo y geológico minucioso sustentando con bases y fundamentos de personas especializadas en la materia y a su vez que los resultados sean claros y precisos porque las personas que habitan son campesinos”.
Pidieron la reactivación económica en el ejido, la construcción de albergues en lugares estratégicos dentro del mismo ejido, reconstrucción inmediata de las viviendas afectadas en su totalidad, cumplimiento del pago del programa de Empleo Temporal e indemnización a campesinos por pérdidas de cultivos de café y maíz.
También pidieron la reconstrucción de escuelas, la construcción de muros de contención, puentes, caminos y brechas sacacosechas, apoyo económico a comerciantes y restablecimiento del servicio de salud las 24 horas.
En el documento piden también entrega de granos básicos: maíz, frijol y sal; nuevo censo de del Instituto de Vivienda y Suelo Urbano (Invisur) porque dejó fuera a muchas personas que perdieron sus casas, evacuación y reconstrucción de las colonias en riesgo y la recuperación de documentos personales y vehículos.

Lo viable es reconstruir, planificar y consultar a la gente

Al consultarlo, el ex presidente del comisariado ejidal de El Paraíso, Amadeo Valdez, dice que la acción del Ayuntamiento le pareció precipitada porque deben considerarse varias cosas: Dónde, cuánto tiempo se van a mover y mientras qué va a hacer la gente. Considera que los albergues en la cabecera no son habitables para el universo de gente que se va a bajar. Consideró que se debe bajar a la gente de los cerros y éstos se deben retajar para irlos bajando poco a poco. La reubicación requiere de mucho tiempo; localización y compra del terreno, construcción de las casas y que no sean las clásicas, la gente está acostumbrada a tener espacio por todo lo que conlleva vivir en el campo. Lo viable es la reconstrucción en el mismo lugar y replanificando. Pero no tomar las cosas a la ligera y se debe consultar a la gente.
Luego, ante la presencia del huracán Raymond, que llegó el 20 de octubre, el presidente municipal Ediberto Tabares Cisneros, realizó un recorrido por El Paraíso, la tarde del lunes 21 de octubre. Ese día el alcalde de Atoyac, indicó que por instrucciones del gobernador del estado Ángel Aguirre Rivero se trasladó a la comunidad para comunicarles a los vecinos que el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) realizará un nuevo estudio de los cerros, como lo ha solicitado la gente.
Agregó que afortunadamente, las colonias Mirador, Porvenir, Vista Hermosa y algunas familias de la Nuevo Oriente, ya fueron evacuadas y que pronto se evaluará la reserva territorial donde podrían ser edificadas las nuevas viviendas de las familias damnificadas.

Urge reubicar cuatro colonias

El alcalde dijo a este cronista que urge reubicar a los habitantes de la colonia Nuevo Oriente, El Porvenir, El Mirador y Vista Hermosa. Para tal efecto tienen que construirse viviendas en otro lado, que puede ser entre La Quebradora y Los Planes con recursos del Fondo Nacional de Desastres que serán operados por el Fondo Nacional de Habitaciones Populares (Fonapo) Fonapo y la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu).
El comisariado ejidal de El Paraíso, Leonel Sotelo Lucena, pidió a los tres niveles de gobierno reactivar el campo y olvidarse de las despensas, “ya estuvo bueno de eso, hay que ponernos a trabajar”. Dijo que para reubicar las colonias en riesgo se tienen terrenos en el mismo ejido entre La Quebradora y Los Planes, aunque el gobierno tiene que negociar con los dueños.
Comentó que no han tenido a la vista el estudio de los geólogos, por eso piden un buen estudio.
Consideró que sí se tienen que cambiar las colonias que están alto riesgo: Vista Hermosa, Mirador, una parte de la colonia Nuevo Oriente y El Porvenir. Señaló que también el centro de El Paraíso corre peligro por el desemboque de los ríos. Se tiene que recuperar la amplitud de los ríos, porque se le ha estado cerrando el cauce y los ciudadanos también tienen responsabilidad.
Dijo que colonia Centro, fue la más perjudicada, mínimo 10 vehículos se perdieron totalmente y algunas cuatrimotos. En toda la calle principal se destruyeron los negocios y sus propietarios no han sido beneficiados por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y el 80 por ciento de las casas resultaron dañadas.
El 25 de octubre en el salón México de la cabecera municipal se llevó a cabo el foro “La Reconstrucción de la Costa Grande después de los huracanes”, convocado por la Cámara de Diputados, la UAG y el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública con la presencia del diputado federal Sebastián de la Rosa Peláez.
Ahí el delegado de la colonia Guadalupana, Herminio Celis Bautista, leyó un documento, en el que dijo que desde el principio de la contingencia han visto descoordinación de los diversos niveles de gobierno para atender la emergencia.
Pidió a las autoridades: la construcción inmediata de albergues en la zona, porque en la cabecera municipal no existe infraestructura y capacidad para atender a la población de El Paraíso, porque sacar de su entorno a los habitantes es alejarlos de sus trabajos que les dan el sustento. Consideró que en los lugares aledaños a la comunidad como Los Planes y la Quebradora, es posible construir albergues de tal suerte que la población continúe atendiendo sus unidades productivas.
El documento firmado el 20 de octubre por seis delegados de colonias de El Paraíso pide un estudio exhaustivo de la física de los cerros y el relieve, un  programa de producción de alimentos, un programa de renovación de cafetales y que se forme un comité de reconstrucción y/o reubicación de El Paraíso, donde participen el comisario, los delegados de colonias y representantes de los tres niveles de gobierno.
Después, a gestión del alcalde Tabares Cisneros la Comisión Nacional del Agua (Conagua) envió dos plantas potabilizadoras con capacidad de 3 mil 600 litros por hora, mismas que fueron enviadas a El Paraíso y San Vicente de Benítez.
De El Paraíso, se sabe que el lunes 28 comenzaría el nuevo estudio. Aunque la gente se está saliendo sola, en San Vicente de Benítez hay ya 142 albergados, 30 personas más se han refugiado en San Andrés, algunos han llegado al albergue de la Ciudad de los Servicios y otros han emigrado a sus propias casas que tienen en Atoyac, Acapulco o Cuernavaca.
Fuentes del Ayuntamiento informaron que tentativamente se reubicará la gente entre Los Planes y La Quebradora previo estudio que realizará Protección Civil Estatal. Se construirá una nueva comunidad con recursos del Fonden operados por el gobierno federal.

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