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Devastó la tormenta Manuel 35 colonias, tres barrios y una zona comercial en Chilpancingo

*Arrasó con todo en los márgenes del río Huacapa a través de 5 kilómetros hacia abajo, ya cerca de Petaquillas. Resultaron colapsadas total o parcialmente mil 875 casas y 250 establecimientos comerciales que eran fuentes de empleo de aproximadamente mil trabajadores. Aún no se restablecen los servicios de recolección de basura, agua y luz en varias colonias

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

La devastación en las márgenes del río Huacapa por las lluvias de la tormenta tropical Manuel comienza a unos 300 metros de la presa Cerrito Rico, entre las colonias San Carlos y Asentamiento Jacarandas y se prolongó cinco kilómetros hacia abajo, ya cerca de Petaquillas, a lo largo de 35 colonias, tres barrios y una zona comercial.
Éstas son, de norte a sur: San Carlos, Asentamiento Jacarandas, Chimalpopoca, Valle Verde Norte, María Dolores, Invisur, Azteca, El Amate, Industrial, San Rafael Norte, Bugambilias, Huacapita, Villas Silvestre, Villas Laurel, Galeana, San Juan, Electricistas, La Lobera, Libertad, Juárez, Morelos, Juan Álvarez, Progreso, Nicolás Bravo, Centro, Zona Militar, Hidrometría, Universal, Villa Moderna, Valle Dorado, Villas Colibrí, Santa Rosa, Villas del Sol y predio Tepango. Así como los barrios Santa Cruz, San Francisco y Tequicorral. Además de la zona comercial de Chilpancingo.
En su trayecto, según el resultado del censo elaborado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), resultaron colapsadas total o parcialmente mil 875 casas y 250 establecimientos comerciales, éstos últimos, según estimación del dirigente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), Pioquinto Damián Huato, eran fuentes de empleo de aproximadamente mil trabajadores, si se toma en cuenta que en promedio había de tres a cuatro en cada uno de ellos.
A dos meses de la catástrofe todo sigue igual en la zona siniestrada, los trabajos de reconstrucción avanzan lentos. Hasta el 13 de septiembre sólo en algunos puntos, como en las colonias San Carlos y Asentamiento Jacarandas, se realizaban trabajos para la construcción del muro del lado poniente del encauzamiento. La misma labor se realizaba a la altura del zoológico, y a unos cuantos metros del Congreso local una máquina trascabo reabría el carril de sur a norte del encauzamiento.
Pero los trabajos se realizan entre informaciones confusas y la descoordinación del Ayuntamiento, la Sedatu, el gobierno del estado y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), instancias que según los damnificados aún no cuentan con un proyecto definido y aseguraron que todo parece indicar que solamente reconstruirán lo que ya estaba, además de que los trabajos comenzaron sin que se haya determinado qué pasará con las familias damnificadas.
El presidente municipal, Mario Moreno Arcos informó el 12 de noviembre que el Ayuntamiento trabaja en la reubicación de las familias, informó que el lunes 11 de noviembre se reunió con el secretario de la Sedatu, Jorge Carlos Ramírez Marín, a quien le llevó la propuesta de dos predios que se pueden  adquirir.
La propuesta del alcalde es que la inversión sea tripartita entre el gobierno federal, el gobierno del estado y el municipio, “para que sea un predio que reúna las condiciones para mover allí a no menos de 2 mil familias, pero que además sea un área segura”.
Por lo pronto, aseguró que las familias damnificadas de esta zona no están desamparadas y que el gobierno del estado y el municipio entregaron un recurso inicial emergente a fondo perdido, a través del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), a los propietarios de los pequeños negocios de 7 mil 500 y 25 mil pesos, dependiendo el tipo de negocio o daño.
Dijo que están ofertando 200 millones de pesos en créditos para los empresarios de Chilpancingo, con un interés del 9 por ciento anual, con lo que el gobierno estatal y municipal pretende reactivar la economía de la capital.
Pero el dirigente de comerciantes, Pioquinto Damián Huato denunció que muchas de las familias damnificadas y comerciantes no fueron incluidos en el censo, y por lo tanto no están considerados para esos apoyos. Algunos no fueron censados porque les dijeron que pasarían a sus casas, y ahora que no quedaron incluidos les reclaman que por qué no acudieron a registrarse personalmente.
Informó que la Sedatu no censó a los propietarios de las casas, sino a quienes estaban rentando los establecimientos comerciales, y que los recursos que se están entregando son sólo para los dueños de los comercios, no para los propietarios de los inmuebles.
Consideró que los 7 y 10 mil pesos que el gobierno estatal y municipal dan a los comerciantes para reactivar la economía son insuficientes. En cuanto a los créditos que les están ofertando y que son de hasta 35 mil pesos igual, “no sirven para nada”.
Explicó que la propuesta de los empresarios es que cuando menos uno o dos años les condonen los impuestos federales, estatales y municipales, así como los servicios del agua, la luz y el pago de las casetas de la Autopista del Sol incluso después de que ésta haya sido reparada totalmente, para que se pueda reactivar  la economía, pues aseguró que las ventas siguen en un 50 por ciento menos con relación a las que tenían antes de la tormenta tropical Manuel.
La propuesta es porque dijo que los propietarios de los inmuebles no son los responsables de los daños, sino los gobiernos estatal y municipal porque construyeron una mala obra, la capacidad del encauzamiento no fue suficiente para la cantidad de agua que arrojó la naturaleza, y dijo que esto debió preverse y que por ello debe haber responsables.
A su vez, la mayoría de los habitantes de las márgenes del río se encuentran inconformes por la lentitud de los trabajos, la falta de información del proyecto y porque se encuentran en la incertidumbre con respecto a su situación; si van a ser reubicados e indemnizados o si solamente van a reconstruirles sus viviendas.
César Augusto Ventura Rendón, uno de los damnificados de la colonia Morelos explicó, por ejemplo, que se anotó como damnificado en el Ayuntamiento, en donde dejó su número telefónico “y quedaron de hacerme una visita, pero ni me visitaron ni me llamaron “.
Dijo que ante la falta de información y la lentitud de los trabajos de reconstrucción comenzó a levantar por su cuenta y riesgo la barda perimetral que delimita su propiedad con el carril de norte a sur del encauzamiento, para protegerse de la rapiña que se sigue presentando en la zona por la falta de seguridad.
En efecto, los habitantes de la zona devastada, además del ambiente de desolación en el que se encuentran, sufren el problema de la inseguridad, porque no se ha restablecido totalmente el alumbrado público, enfrentan el riesgo de problemas de salud porque el agua negra corre por el encauzamiento a cielo abierto, no cuentan con el servicio de recolección de basura por la afectación de las vialidades y tampoco se ha restablecido en la mayoría de las casas, el servicio de agua entubada.
María del Carmen Gutiérrez Esquivel, con domicilio en la esquina de la calle José María Izazaga y Paseo Alejandro Cervantes Delgado de la colonia Morelos, dijo que en su caso fue el personal de Protección Civil, quienes le rompieron el tubo de la red que surte de agua a su casa.
La adulta mayor se quejó de que no fue censada por la Sedatu y que no ha recibido apoyo de ninguna de dependencia. “Conmigo vino el presidente municipal, Mario Moreno y el diputado federal, Jorge Salgado Parra y me dijeron que me iban a dar cemento y pintura para el arreglo de mi casa, paro no han regresado”, aseguró.
En estas circunstancias, Javier Mendoza Flores de la colonia San Juan dijo que son tres las demandas urgentes a dos meses de la catástrofe: el saneamiento del encauzamiento, agilizar la solución de vialidad y que se investigue quiénes son los responsables, “tiene que haber responsables y éstos no pueden quedar impunes”.
La opacidad de las dependencias estatales y federales sobre el proyecto para la construcción o reconstrucción del encauzamiento no sólo es para los damnificados, sino también para  las organizaciones que los encabezan; dos de ellas son la Asamblea Ciudadana del Anáhuac y la Cámara de Comercio, a las que no les han dado respuesta a un proyecto que presentaron.
El proyecto considera la construcción del encauzamiento con la posibilidad de que en el futuro el cauce sirva de vialidad, además de las laterales. Además el reforzamiento de las márgenes para evitar daños y aumentar la capacidad del cauce, además no se considera la reubicación de las familias damnificadas, sin embargo no han tenido respuestas.

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