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Rubén Aguilar Valenzuela

Cobertura de la violencia: Lo que no se debe hacer y comunicar

El tema de la seguridad y la violencia, en la medida de lo posible, no debe estar presente en la agenda mediática de los gobiernos. Si estos no tienen otra posibilidad que pronunciarse sobre estos temas deben tener en cuenta que en el tratamiento de los mismos nunca debe hacerse y comunicar lo que aquí se propone.
1) Presentación de los detenidos
Nunca deben ser presentados ante los medios por razones jurídicas. Toda persona, también los delincuentes, tiene derecho al debido proceso. Cualquier sospechoso es inocente hasta que se pruebe su responsabilidad en el delito que se les imputa. Así, el juicio mediático, que se inicia con la presentación pública de los detenidos, viola el debido proceso  y los derechos humanos de los “presentados”.
2) Números de incautaciones
El ofrecer sumatorias de las toneladas de drogas, del número de armas, de vehículos o del dinero incautado no ofrece idea clara del éxito y por lo mismo no impacta positivamente a la ciudadanía. Para la mayoría de la gente los grandes números son muy difíciles de dimensionar. Entenderlos por sí mismos cuesta trabajo y resulta todavía más complicado interpretarlos. Siempre queda en duda si lo que se incautó es mucho o poco, si con ello realmente se golpeó al crimen o simplemente es el cuento de nunca acabar.
3) Compromisos específicos
Las autoridades no deben comprometer en público números, detenciones o resultados específicos en materia de seguridad. Hay muchos imponderables en juego para poder tener control de la situación y en razón de la misma hacer compromisos puntuales. Así, siempre que estos no se cumplan van a pasar a ser parte del reclamo permanente de la ciudadanía, que tendrá un elemento más para desconfiar del gobierno.
4) Números fraccionados
En general cualquier cifra que ofrezcan las autoridades está en duda, pero si éstas son parciales y fraccionadas resultan todavía más dudosas y en lugar de aclarar confunden a la ciudadanía. Los gobiernos en materia de seguridad deben elegir posicionar solo tres o cuatro números. Una vez que éstos se tienen cada vez que se den a conocer resulta indispensable hacerlo utilizando la misma unidad de medición y en el mismo tiempo.
Lo que aquí se propone son grandes orientaciones que derivo del análisis de diversas experiencias en América Latina y la que tengo. Éstas me demuestran que ayuda tomarlas en cuenta, para diseñar y operar la política de comunicación en materia de seguridad. Siempre puede haber excepciones o situaciones inesperadas que resultan inusuales y como tal requieren de un diseño especial. En todo caso tendrían que realmente ser eso y mientras no ocurra sería muy útil asumir las propuestas que aquí se hacen.

Twitter: @RubenAguilar

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