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Perredistas van a la Codehum con la madre del dirigente asesinado Álvaro Rosas a poner queja contra militares

Allanan militares la casa de la madre del perredista asesinado Álvaro Rosas

*Presentó la señora María Blas Martínez una denuncia en la Codehum

Hugo Pacheco León

Chilpancingo

Once meses después de que tuvo que salir de su casa por amenazas anónimas de muerte, el pasado sábado 9 militares allanaron la casa de la señora María Blas Martínez, esposa del dirigente asesinado del PRD, Justiniano Rosas Farías, y madre del también dirigente asesinado Alvaro Rosas Martínez, ubicada en el poblado de Barranca del Bálsamo, en el municipio de Petatlán.
Por este allanamiento, la señora María Blas, acompañada de su hijo, el secretario de Derechos Humanos del Comité Ejecutivo Estatal del PRD, Perfecto Rosas, y demás dirigentes perredistas, acudieron este martes 19 interponer  una queja ante la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum).
Fueron atendidos por el visitador general Hipólito Lugo Cortés, quien a su vez instruyó al delegado regional de esa institución en la Costa Grande, Adelaido Memije, para que realice las investigaciones y turne el caso a la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
De acuerdo con la versión de María Blas, sus vecinos le informaron que a las siete con quince minutos de la mañana del sábado 9, militares a bordo de dos vehículos Hummer y apoyados vía área por dos helicópteros arribaron al poblado de Barranca del Bálsamo y se dirigieron a su domicilio, donde rompieron la cerca, las aldabas y candados de las puertas y se introdujeron.
Luego los militares esculcaron todo y le robaron alhajas que su esposo le había regalado y que conservaba dentro de un frasco de vidrio. Además destrozaron muebles y trastes y ahuyentaron a sus animales.
María Blas dijo al visitador general y al delegado regional de la Codehum, así como a los dirigentes perredistas, que no le dolía lo que se robaron los militares, pues “eso no vale nada en comparación con la pérdida de mi esposo y de mi hijo”.
Dijo que se decidió a hacer la denuncia por el hostigamiento y la agresión a su familia, porque no sólo allanaron su casa, sino también la de sus suegros –que ya fallecieron— y que está enfrente de su domicilio.
Doña María Blas salió de su casa hace once meses porque recibió amenazas anónimas de que la iban a matar si no abandonaba el lugar, pero dijo que acude casi a diario a su casa para atender a sus “animalitos”.
“Espero castigo por la agresión y por abrir mi casa, y por el robo que hicieron de mis cosas”, reiteró María Blas.
En respuesta, el visitador general Hipólito Lugo primero dio cifras de que de seis años a la fecha han disminuido las denuncias de agresiones a guerrerenses por parte de militares, gracias a la sensibilidad del comandante de la Novena Región Militar.
Dijo que en el 2008 fueron 35 denuncias, en el 2009 fueron 135, en el 2010 fueron 111, en el 2011 fueron 111, en el 2012 se presentaron 58 y en lo que va del 2013 son 60.
Dijo que en total la Codehum ha recibido mil 63 quejas, de las cuales las 546 son contra militares, lo que representa el 51 por cierto.
Enseguida instruyó al delegado regional, Adelaido Memije, que acuda al domicilio de María Blas y realice las investigaciones y recabe testimonios para que elabore la queja correspondiente y se turne a la CNDH.
Cabe destacar que María Blas Martínez sufrió el asesinato de su esposo, Justiniano Rosas Farías, el 13 de junio de 2012. Mientras que su hijo, Alvaro Rosas, fue desaparecido el 29 de abril de 2009 y posteriormente hallado muerto el 24 de mayo, ambos casos aun sin esclarecerse.
Ninguno de los dirigentes del PRD ahí presentes fijó una postura al respecto, sólo fueron de acompañantes.

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