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Sepultó un alud por la tormenta Manuel a cuatro vecinos de Tierra Colorada, Chichihualco

*No han recibido ayuda, urgen a las autoridades que les envíen comida y alimentos. Están enterradas su primaria y su centro de salud

Rosendo Betancourt Radilla

Chilpancingo

El río de la comunidad de Tierra Colorada, en el municipio de Leonardo Bravo, arrastró toneladas de tierra que se acumularon de dos deslaves y sepultó a cuatro personas, el centro de salud, la primaria y se llevó dos colonias el 15 de septiembre.
La operadora de la caseta telefónica del lugar informó que el presidente del comisariado ejidal, Artemio León Nieto contabilizó la pérdida total de 68 viviendas de igual número de familias.
Urgió a las autoridades a que les lleven agua potable y alimentos porque los que les han llevado son insuficientes y para obtenerlos, a diario deben de caminar durante una hora y 20 minutos para surtirse en la comunidad vecina de Jaleaca de Catalán.
El desastre ocurrió la tarde del 15 de septiembre debido a las lluvias de la tormenta tropical Manuel, y hasta ayer no les habían dicho si los van a reubicar, les ayudarán a sacar las casas sepultadas o los dejarán en el olvido, como hasta ahora.
Después de la tormenta, relató, acudió personal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) pero ninguno los quiso censar y les dijeron que no les podían dar el Empleo Temporal ni la tarjeta para enseres domésticos porque tuvieron pérdida total.
De los muertos dijo que están sepultados, que son un matrimonio, una joven y una mujer adulta.
La escuela primaria sepultada es la Juan N. Álvarez y el centro de salud que se llevó atendía a toda la población, además de que las piedras y la arena arrastrada por el río sepultó las colonias Buenos Aires y Las Joyas. En el pueblo están registradas 214 familias, la mayoría son campesinas, informó.
A más de dos meses de que pasó la tormenta, agregó, sólo tienen la promesa de las autoridades de que regresarán, verán las condiciones del terreno y después les dirán si los reubican o no.
Por otra parte, el biólogo Fernando Ruiz Gutiérrez informó que en una visita que hizo al lugar constató que las lluvias se llevaron tres puentes y que la tierra alcanzó 15 metros de altura respecto a cómo estaba antes de la tormenta.
“Un señor contaba que vio cómo desapareció su camioneta en segundos, estaba parado frente a ella cuando paso el alud y la arrastró”, mencionó.
“Desde el 15 (de septiembre) hubo derrumbes en toda la zona y todo bajó por ahí, por esa comunidad, la tierra y el agua bajaron desde los terrenos de otros ejidos como El Balsamar, Carrizal de Bravos y Las Joyitas”, explicó.
Agregó que en el lugar se ven las casas rellenas de tierra, otras completamente sepultadas en un tramo de 70 metros de ancho, de lo cual proporcionó fotografías a este diario.
“La comunidad está terriblemente olvidada, ninguna autoridad ha acudido a ayudarlos”, lamentó.

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