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Tardía e insuficiente, la ayuda del gobierno luego de Manuel, coinciden en un foro en Chilapa

*Narran los damnificados por las lluvias de septiembre en municipios de la zona Centro sus experiencias de organización comunitaria ante la contingencia

Luis Nava

Chilapa

Damnificados por la tormenta Manuel de los municipios de Chilapa, Hueycantenango y Tixtla que se organizaron para sobrevivir a la contingencia coincidieron que la ayuda que les brindaron los tres niveles de gobierno fue tardía e insuficiente.
Ayer, la radio comunitaria La Palabra Verdadera de la preparatoria 26 de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) en su séptimo aniversario organizó un foro donde pobladores y autoridades comunitarias de comunidades de La Montaña baja, afectadas por el paso de la tormenta en septiembre, dieron su testimonio de cómo se organizaron para hacerle frente y su situación.
Las autoridades de San Marcos Majada de Toro, del municipio de Chilapa, narraron la forma en qué huyeron a pie de su pueblo el martes 17 de septiembre en la madrugada, caminando alrededor de dos horas, al ver que la lluvia no cesaba y los cerros se desgajaban.
La huida de más de mil personas fue hacia Tzicaixtlahuac, una comunidad de unas 30 viviendas, donde instalaron a la intemperie su campamento que aún permanece.
Las autoridades de ese lugar salieron caminando hasta Chilapa para solicitar ayuda al presidente municipal, el priista Francisco Javier García, quien les ofreció 200 despensas para 2 mil 500 damnificados de ese lugar que permanecía incomunicado.
Las veces que ha subido el presidente, dijeron, ha sido para entregar despensas, láminas e instalar una cocina comunitaria que ha sido abandonada, no sin antes reprochar a los pobladores y profesores de la escuela primaria por pedir ayuda a través de los medios de comunicación.
Las autoridades dijeron que el 90 por ciento de San Marcos ya está desplazado, pero siguen viviendo en la loma y esperan que las autoridades instalen por lo menos mangueras para obtener agua para bañarse y beber, ya que, aseguraron, se han visto en la necesidad de ingerir agua de la misma lluvia.
También solicitaron material para vivienda y que se envíen geólogos y demás especialistas para determinar un lugar seguro para levantar sus viviendas.
Aseguraron que la Secretaría de Desarrollo Rural del municipio y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) levantaron un censo de los cultivos que fueron dañados, pero que nunca regresaron con la ayuda prometida.
En tanto, pobladores y autoridades de Zoquitipa, otra comunidad de Chilapa, mostraron evidencias de los severos daños que sufrieron decenas de casas y cultivos luego de que su calle principal se convirtiera en un caudal de lodo y rocas; además de explicar la forma en que trabajaron juntos para quitar los restos que dejó la corriente.
La ayuda que recibieron, dijeron, fue de la Cruz Roja y de una organización religiosa de Chilapa.
Ante los daños y la carestía, una parte de pobladores de Zoquitipa han decidido abandonar el pueblo para irse de jornaleros al norte del país. “Ya no creemos en los políticos, ya no tenemos credibilidad”, dijo un habitante.
Los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Alexis Cabrera Gómez y Alí Pérez Bruno, narraron la forma en que los estudiantes y los integrantes de las Policía Comunitaria en la madrugada tuvieron que ayudar a los habitantes de la cabecera de Tixtla a sacar sus pertenencias cuando el agua de la Laguna Negra se desbordó y comenzó a inundar sus viviendas.
Señalaron que ni el presidente municipal perredista, Gustavo Alcaraz Abarca, el gobernador Ángel Aguirre, ni el presidente de la República, Enrique Peña, les brindaron ayuda pronta y que sólo acudieron a hacer promesas que no han cumplido.
Recordaron que el día de la tormenta el gobernador realizaba “un brindis con los caciques del estado”, como Rubén Figueroa Alcocer y René Juárez.
Dijeron que en ese momento, la Cruzada contra el Hambre del gobierno federal desapareció y que el Plan DNIII sólo se utilizó para vigilar a los pueblos que estaban organizando su autodefensa.
Los estudiantes de la Universidad Intercultural de los Pueblos del Sur (Unisur), ubicada en Hueycantenago dijeron que ante el vacío gubernamental se vieron en la obligación de ir a levantar un censo de las comunidades devastadas e incomunicadas, que fueron 13, para canalizar ayuda de organizaciones no gubernamentales y para pedir la apertura de los caminos.
Añadieron que en Ajacayan Oriente, la comunidad entera tuvo que desplazarse y dormir en un monte a la intemperie. En Hueycantenango, una enorme perdida de cultivos que no han sido aún ayudados. Y acusaron que a la ayuda de organizaciones que llegó al gobierno municipal se le dio un uso político.  Los participantes coincidieron en organizarse y trabajar como pueblos.
En el foro también participó el Grupo de Estudios Ambientales, que propuso investigar las verdaderas causas de los drásticos cambios climatológicos; además el profesor Hugo Cartas Carmona, representante de la radio comunitaria La Palabra Verdadera.

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