Manda quitar el gobierno una carpa que la Casa Cuba tenía en el zócalo de Chilpancingo

Lourdes Chávez

Chilpancingo

En el segundo día de la campaña de información sobre la falta de apoyo del gobierno a la Casa Cuba y la relación de Guerrero con aquel país, trabajadores del ayuntamiento de Tixtla retiraron la carpa que voluntarios de los comités de solidaridad José Martí y de padres de becarios en Cuba instalaron el martes junto a una feria del libro en el zócalo de Chilpancingo.
El representante de la Casa Cuba, Bulmaro Ortiz Olmedo, denunció que el asesor del gobierno del estado, Ricardo  Barrientos, “operó” para que les quitaran las lonas y la tienda que habían colocado, porque “lo que más le dolió” fue la presentación de un video donde aparecen varios políticos donando una casa al embajador de Cuba el 12 de marzo de 1992.
Sin embargo, señaló que luego apareció el dueño de la casa donada, y en el gobierno interino de Ángel Aguirre Rivero, en el que Jorge Salgado Leyva también era secretario de Administración y Finanzas, la política de solidaridad con Cuba se redujo al pago de una renta que desde enero de este año el gobierno se niega a pagar.
Por lo tanto, indicó que comenzaron una jornada de información en el zócalo, porque en el gobierno del estado dicen que la Casa Cuba no justifica el gasto de una renta, pues hace cuatro años dejaron de pagar el agua potable y hace año y medio el servicio telefónico.
Muñiz reiteró que demanda una audiencia con el gobernador, la misma que pidió en una conferencia de prensa la semana pasada, para que les confirme si pretende desaparecer la Casa Cuba.
Aclaró que a los integrantes de los comités que ahí se concentran no les van a quitar nada, pero “nos daría mucha pena ir a la embajada a decir que todo esto ha sido una simulación, una perversión y mala onda del gobierno del estado”.
Es decir, que nunca se donó una vivienda a la embajada de Cuba en Guerrero.
Indicó que en el video de 1992 aparece el entonces alcalde Efrén Leyva Acevedo dando la bienvenida en el aeropuerto al embajador de Cuba en México, José Fernández de Cossío; asimismo, el extinto gobernador, José Francisco Ruiz Massieu, develando la placa de la Casa Cuba, que donó a la embajada cubana, en la esquina de las calles Hidalgo y Rayón en el primer cuadro de la ciudad.
Ahí, Ruiz Massieu reconoció las bondades de la revolución cubana, porque cuando se cerraron los cauces democráticos, Cuba dio refugio a los exiliados guerrerenses. También anunció que se iba a dar “aliento material” para que la residencia funcionara correctamente.
Sin embargo, a pesar de que había personal del ayuntamiento y del gobierno del estado trabajando, con gastos de representación, el dueño de la vivienda, el ex dirigente del PRI, Ausencio García Garzón, decidió recoger su casa.
Recordó que el entonces gobernador Rubén Figueroa Alcocer dijo que no quería tener problemas con los socialistas, que de manera provisional se iba a rentar una casa, que eligieran tres propiedades, para comprar una.
Sin embargo, ocurrió la masacre de Aguas Blancas, la renuncia de Figueroa Alcocer, seguido del nombramiento de Aguirre Rivero como interino, y nunca se compró un nuevo inmueble, “y ahora la miserabilidad de este gobierno, ni siquiera quiere pagar la renta”, recriminó.
También denunció que a pesar de que por dos años consecutivos Aguirre a ofrecido enviar a Cuba a los mejores promedios entre los rechazados de Medicina de la Universidad Autónoma de Guerrero, pero no ha mandado a ninguno.
Mientras, la Casa Cuba en este tiempo ha logrado 200 becas para jóvenes guerrerenses, y recientemente está consiguiendo becas para estudiar en Venezuela.
En este marco, denunció que el asesor personal del gobernador, Ricardo Castillo Barrientos, que estuvo al frente del fallido programa Guerreros por la Alfabetización, pidió al alcalde de Tixtla Gustavo Alcaraz que enviara a su personal a desmantelar el módulo de la Casa Cuba.
Consideró que al menos debió guardar las formas y pedirlo al alcalde Mario Moreno Arcos, porque las personas que se llevaron la carpa y las lonas del módulo se presentaron como trabajadores del ayuntamiento, enviados por un regidor de nombre o apellido Pantaleón.
Señaló que supo de muy buena fuente que Castillo Barrientos habló con el alcalde para sacarlos de la explanada, y  adelantó que “esta semana se van a dedicar, aunque sea a capela, a restregarle al gobierno su miserabilidad para que no ande diciendo que no se justifica el arrendamiento de Casa Cuba”.
Indicó que Castillo Barrientos era parte del comité de solidaridad con Cuba y ahora acciona en contra del colectivo.