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Marcial Rodríguez Saldaña

La nueva reforma política federal (1): el gobierno de coalición

Ayer, senadores de las fracciones del PRI, PAN y PRD concluyeron un dictamen relativo a una reforma política que modificaría más de 60 artículos de la Constitución federal  –más del 40 por ciento del total de sus artículos– que de aprobarse en el pleno y luego en la Cámara de Diputados y por la mayoría de los congresos locales, implicaría una multitud de cambios en la ley fundamental del país. Por la importancia de estos cambios, expondré en distintos escritos, el contenido de esta reforma, por ahora el que se refiere al gobierno de coalición.
1.- Esta reforma política federal no nace como un acuerdo auténtico para democratizar al país, sino que es producto del denominado Pacto por México que tuvo como objetivo principal legitimar a Peña Nieto en la Presidencia de la República. Se trata de una concesión de Peña Nieto al PAN y al PRD a cambio de legitimarlo y de la aprobación que hicieron de la reforma laboral –pactada entre Felipe Calderón y Peña Nieto– la educativa y fiscal, pero sobre todo de la reforma energética que será el paso siguiente.
2.- El PAN y el PRD se han prestado al juego de negociación de Peña nieto, pues mientras con el PRD pactó la reforma fiscal –con la oposición del PAN– con este ya pactó la reforma energética –con la supuesta oposición del PRD. El resultado del Pacto por México ha sido en pleno beneficio de Peña Nieto, utilizando en la reforma energética al PAN y en la fiscal al PRD. Es en este contexto que surge la iniciativa de una nueva reforma política federal, como una dádiva de Peña Nieto al PAN y al PRD, que no tendrá ningún impacto importante en la democratización de México.
3.- La iniciativa de esta nueva reforma política federal es un nuevo parche a la Constitución General de la República, toda vez que no se ha querido hacer una reforma del Estado para llevar a cabo una reforma integral de nuestra Carta Magna, que con una metodología apropiada se organice adecuadamente su texto y el contenido se oriente a la instauración de la democracia en México.
4.- Los gobiernos de coalición son propios de los regímenes parlamentarios de gobierno, no de los sistemas hiperpresidencialistas como es el caso de México. En los regímenes parlamentarios –en tanto que en general el gobierno se integra con base en la mayoría parlamentaria– cuando esta no la obtiene ningún partido político entonces se da paso a un gobierno de coalición, pero normalmente se hace entre partidos y parlamentarios afines. Por ejemplo en Francia, Italia o España, los gobiernos de coalición se forman entre los partidos y parlamentarios ubicados en cualquiera de los espectros ya sea del centro izquierda con todas las variantes que se reclaman de izquierda o entre los del centro político hacia la derecha, pero no se da entre partidos ni parlamentarios ubicados en proyectos políticos de nación opuestos, o sea nunca entre la izquierda con la derecha.
5.- En Francia nunca se ha integrado un gobierno de coalición entre el Partido Socialista y la Unión por un Movimiento Popular; en Italia no se ha formado coalición entre la Forza Italia de Silvio Berlusconi (derecha) con el Partido Democrático o Italia de los valores (de centro izquierda); y en España no se ha planteado formar gobiernos de coalición entre el Partido Popular (derecha) con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de (izquierda). Lo que ha ocurrido es que cada partido compite por el poder público, en contra de sus adversarios en cuanto al proyecto ideológico y político.
6.- La propuesta de gobierno de coalición en México, refleja que el PAN y el PRD conciben formar gobiernos entre sí con el PRI, implica que miembros de estos partidos formen parte de un mismo gobierno. En caso de que cualquiera de ellos gane la Presidencia de la República y no tenga mayoría en el Congreso de la Unión, entonces así como lo han estado haciendo en el Pacto por México, que en los hechos ha significado acuerdos partidarios para validarlos en el Congreso, alianzas, coaliciones específicas para aprobar las reformas de Peña Nieto, entre ellas la energética, así formarían gobiernos de coalición.
7.- La propuesta del gobierno de coalición en México, que pretenden aprobar el PRI, PAN y PRD, no es apropiada en un sistema presidencial, de lo que se trata es de abrir el marco constitucional para que de esta reforma se beneficien unos cuantos miembros de las elites políticas en el país, para que miembros de las nomenclaturas de estos partidos, con las curules que obtengan en el Congreso de la Unión puedan negociar posiciones en el gabinete federal sin importar del partido que sea, pero ello en nada favorecería la democratización de la nación.

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