Carlos Pérez Aguirre

Ocaso del PRD en Guerrero, pero la izquierda sigue vigente

 Elenita Poniatowska, con pleno merecimiento del premio literario a ella otorgado.

Una verdadera dama del pensamiento de izquierda

El estado de Guerrero, por su historia y su cultura, siempre ha caminado mayoritariamente dentro del pensamiento de izquierda, siendo innegable su contribución y sacrificio para lograr en diversos momentos el triunfo de las causas democráticas y populares. Así fue en la Independencia, la Reforma, la Revolución y, más recientemente, en el llamado proceso de transición a la democracia que encabezó Cuahutémoc Cárdenas y continuó Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo desde siempre, y sobre todo desde el momento de su ya clara perspectiva de generar triunfos electorales, comenzaron a abordar al PRD individuos sin ideología, sin principios y sobre todo sin escrúpulos, a quienes solo les interesaba medrar y servirse del poder ciudadano para subvertirlo y manipularlo para su enriquecimiento personal.
Así hemos sido testigos del cambio de disfraz de diversos individuos que en anteriores gobiernos y en estos sirven como represores y asesinos de dirigentes y de movimientos populares, déspotas, demagogos, nepotistas, corruptos, ineficientes y una buena cantidad de etcéteras que resumen a un desfile de “funcionarios públicos y representantes populares” que sirven a los intereses de los grupos mas retrógradas y oscuros de la entidad y evidentemente a los intereses de sus clanes familiares.
Se apropian de los dineros públicos y de un poder que debe ser ciudadano y para bienestar de la sociedad, pero ello causa un efecto demoledor en la credibilidad de la ciudadanía en sus instituciones, lo que ha propiciado el ocaso del PRD.
Pero analicemos un poco lo sucedido enfocándonos solo en el aspecto local.
1. El hartazgo de la sociedad guerrerense con la rapiña, la represión y el autoritarismo de los cuatro últimos gobernadores priistas, generó la rápida inconformidad y la mayor necesidad de un cambio que fue cada vez más creciente. Primero encabezó la inconformidad Félix Salgado que por diversas razones no alcanzó la gubernatura, pero la represión y los asesinatos contra luchadores sociales fue una constante.
2. Posteriormente el pragmatismo y la necesidad urgente de un cambio nos llevó a una inmensa mayoría de ciudadanos a confiar en Zeferino Torreblanca, pero con el aval de credibilidad que tenía en ese momento el PRD, ese personaje de derecha y enfermo de soberbia –que escondía muy bien– que no obstante haber traicionado en la práctica y en momentos cruciales a la izquierda, –como diputado federal–, esta ciudadanía le otorgó el beneficio de la duda y de nuevo su confianza, misma que durante su gobierno fue defraudada completamente, quedando como uno de los gobernantes mas aborrecidos y con un enorme estigma de corrupción en la historia de la entidad (aunque todo señala que el actual gobernante le arrebatará ese deshonroso sitio)
3. El candidato natural de la izquierda con indiscutible posibilidad de contundente triunfo, lo fue Armando Chavarria, pero fue asesinado, sin que hasta la fecha exista el más elemental signo de investigación de este crimen, no obstante que benefició de manera directa al actual gobernante.
4. De Ángel Aguirre y sus cercanos nadie desconocía sus antecedentes represores y autoritarios, nadie desconocía los señalamientos de nepotismo y corrupción, nadie desconocía sus actitudes dobles y demagógicas, sin embargo un acuerdo en las “cúpulas del poder partidista” lo designó como candidato, dejando en el camino a varios militantes de la izquierda que tenían serias posibilidades de triunfo.
La razón de la decisión impulsada por los Chuchos la desconocemos hasta ahora, los acuerdos también, pero recordamos a Jesús Zambrano de matraquero principal en sus eventos de campaña –triste papel de un líder nacional de un partido.
Hoy la endeble careta de Aguirre ha caído, nadie acepta a este personaje como de avanzada y mucho menos de izquierda, después de un sin número de muestras de una forma aberrante de gobernar que ha repercutido negativamente en los indicadores de bienestar, desarrollo y, sobre todo, seguridad en la entidad. Hoy es una de las tres entidades con mayores indicadores delincuenciales. Normalmente ese indicador se indexa a la corrupción en las áreas de gobierno. Hoy Zeferino y Ángel Aguirre regresan a sus madrigueras de origen, ambos en los partidos que la derecha tiene para expropiar al ciudadano sus derechos, pero aun ahí existen matices: Zeferino lo hace de manera abierta, Angel lo hace de manera soterrada e hipócrita, queriendo dejar junto con sus cómplices a incondicionales –preferentemente, claro, adivinó señor lector, familiares directos– una herencia que le permita completar su cacicazgo trasnochado que no obstante lo absurdo que parece, puede causar terribles daños a esta vapuleada entidad.
Hoy el PRD se encuentra en una encrucijada, pero es momento para que la izquierda progresista y honesta tome las riendas y nos dé una nueva perspectiva a los guerrerenses, como en su momento a nivel nacional la sembraron Cárdenas y López Obrador.
Titishando. Si la justicia en la entidad no se moviera ¿por indicaciones de alguien? con la celeridad de una tortuga, la controversia entre las tribus del perredismo y el priismo no tendrían los matices de un chiste cruel, o de una gran mascarada de farsantes, al confrontarse por los diversos asesinatos de dirigentes sociales, pues la única demanda sería investigación objetiva y castigo a los autores. Se realizó la primera reunión ordinaria del llamado Consejo Estatal para la Restauración de Guerrero –esperemos que entre sus primeras acciones, restaure la gobernabilidad y el estado de derecho desterrado por el errático gobierno y por la delincuencia. Pero mal inicio, solo echemos una mirada a quienes lo coordinarán por el gobierno del estado y hasta los dineros se fueron a esconder y se mofaron de la intención declarativa de “ vigilar la correcta acción y aplicación de los recursos” –favor de no llorar. Por alguna razón, de la empresa contratada para “vigilar” no se informó el nombre ni el monto y aspectos que cubre su función. Mal inicio si se oculta a la ciudadanía algo que por obligación debe ser público, ¿por algo será? No sea usted mal pensado, es por eso.

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