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“No los vamos a dejar entrar”, advierte a sicarios la autodefensa de Apaxtla tras 80 secuestros

El municipio opera con 15 policías “cinco están detenidos en Iguala porque les sembraron unas granadas”, dice el alcalde. “Me anduvieron paseando por todo el pueblo” y frente a las autoridades, relata un sobreviviente. Machetes, escopetas y rifles de calibres bajos portan en sus retenes. Unos 5 mil habitantes en 6 años han abandonado el municipio debido a la violencia, aseguran. Los niños quieren ser narcos cuando crezcan, revela la regidora de Educación

Rosalba Ramírez García

Apaxtla

Ciudadanos armados de diferentes edades resguardan las entradas a la cabecera municipal de Apaxtla y advierten a los criminales, que en dos años han secuestrado al menos a 80 de sus vecinos, “no los vamos a dejar entrar”.
Ayer, el alcalde perredista de ese municipio, Efraín Peña Damacio urgió al gobernador Ángel Aguirre Rivero?a que se apruebe el reglamento para la Policía Rural, que se aprobó en el Congreso local este jueves, para evitar que el gobierno estatal o federal detenga a quienes desde el 3 de noviembre se organizaron para protegerse de la delincuencia organizada ante la desatención gubernamental.
Este miércoles los vecinos de Apaxtla se armaron, según informaron, porque venía un ataque “inminente” de la delincuencia organizada contra el Movimiento Apaxtlense Adrián Castrejón (MAAC).
El apoyo de Peña Damacio a ese movimiento le costó advertencias del gobierno del estado de desaforarlo, al igual que a su vecino de Cuetzala, Feliciano Álvarez Mecino quien no despacha en su municipio luego de varios atentados en su contra.
El 3 de noviembre se conformó el MAAC y acordó que todos los vecinos investigarían quiénes se dedican a secuestrar y extorsionar y en caso de que detectaran algún integrante de su familia solicitarían su reintegración “al buen vivir” y si no dejaban de delinquir serían detenidos y entregados a las autoridades.
A partir de eso algunas familias notificaron a los dirigentes del movimiento y a las autoridades municipales quiénes son los integrantes de esos grupos, aunque los líderes se fueron de la cabecera, pero hay menores de edad que fueron integrados a un programa de reeducación al que llaman “nueva vida” y se dedican a realizar actividades de fomento a las tradiciones, a la convivencia familiar y social, a las artes, la cultura cívica, el deporte, las productivas y ecológicas.
El alcalde confirmó la incorporación del MAAC a la Policía Rural que el Congreso local aprobó el jueves porque dijo que en las reuniones previas habían planteado integrarse a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) o al Sistema de Seguridad Ciudadano (SSC) de la Unidad de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).
Desde que inició el movimiento, en la cabecera de este municipio de la región Norte no se ha registrado ningún secuestro, “los ciudadanos tienen el control, y nosotros (la comuna) los estamos apoyando”, dijo el alcalde.
En entrevista se le preguntó al alcalde de la situación del municipio y afirmó “estamos comentando la contingencia que hemos vivido durante muchos años en Apaxtla. Queremos que los medios nos ayuden; nosotros buscamos un pueblo en donde haya paz, tranquilidad, armonía, pero necesitamos algo elemental que son los recursos económicos, donde la federación, el estado, distribuyan de manera equitativa ?los recursos”.
Del movimiento que iniciaron los ciudadanos dijo “es un movimiento desesperado que busca la manera de aglutinarse para defender nuestro patrimonio nuestra familia, nuestros hijos, y nuestras vidas”.
Continuó, “no tengo Seguridad Pública, no tengo guaruras, quiero más bien la seguridad para mi pueblo. Tenemos solamente cinco policías de los 15 que había, porque cinco están detenidos en Iguala porque les sembraron unas granadas de fragmentación, porque se presume que habían participado con la delincuencia organizada, pero estamos convencidos de que si no tenemos dinero para comprar lo elemental ?para los cuerpos de seguridad, menos para comprar granadas de fragmentación”.
Recordó que en una reunión con el gobernador en Casa Guerrero le pidieron seguridad y les entregó un millón y medio de pesos que utilizaron para la remodelación de la plaza y?para comprar un camión de volteo para la recolección de basura, “pero nos hacen falta muchas cosas, como armamento para las policías”.
Dijo que en los últimos tres meses “se incrementó la violencia, por eso pedimos al gobierno que nos dejara una partida militar, de la Policía Estatal, pero a partir del 3 de noviembre cuando la ciudadanía se organiza nos mandan a la policía y al Ejército, y desde esa fecha no ha habido levantones, secuestros en la cabecera municipal. La ciudadanía se ha vuelto vigilante y participativa, y eso nos ha permitido control en la cabecera municipal”.
En ese tiempo hubo más de 30 secuestros, incluidos niños, pero “las cosas han cambiado, hemos aprendido a vivir con temor a pesar del toque de queda” que impusieron como medida de seguridad tras una asamblea, recordó.

Cuatro retenes con el apoyo de ancianos, mujeres y el Ayuntamiento

Para entrar a la cabecera municipal hay cuatro caminos, uno llega de Teloloapan, otro de El Caracol, otro de Tetlacala  y uno más de Iglesia Vieja, todos están resguardados por unos 40 varones armados con escopetas, rifles y pistolas calibre 22 y machetes.
Desde el miércoles pusieron barricadas “ante la inminente llegada de un grupo armado, en venganza porque ya los sacamos de nuestro pueblo y nos estamos defendiendo”, afirmó un padre de familia.
Los hombres de la tercera edad apoyan las barricadas de costales, llantas y piedras llevando suministros, “a ver si les falta algo”, y se dicen “orgullosos de que como nuestro general Adrián Castrejón luchen por su pueblo”.
La autodefensa trae rifles y algunas armas cortas, se comunica por radios y celulares y se mueve en grupos por el municipio pero nunca abandona sus retenes.
A la cabecera municipal la dividieron en cuatro sectores y cada uno tiene un grupo que los cuida las 24 horas, “aquí puedes preguntar a quien quieras, no hay una sola familia a la que no le secuestraron a un familiar o cooperó para pagar un rescate, o es extorsionado por los de la maña”, afirmó uno de los que encabezan el movimiento.
La mayoría de los hombres que en los retenes pasan más de diez horas cubriendo su turno se cubren el rostro. La mayoría fueron secuestrados, levantados o extorsionados, “hay terror, el gobernador no sabe lo que es un secuestro”, reprochó el líder ante la indolencia del gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Dijo que en los últimos dos años hubo por lo menos 80 secuestros, de los cuales ni una cuarta parte se han denunciado, “se han llevado a niños, ancianos y mujeres”.
En el retén de “El Arco” los vigilantes afirmaron que unos 5 mil habitantes en los últimos 6 años han abandonado el municipio desde que empezaron los secuestros y extorsiones, incluso el banco que había en la cabecera municipal decidió salir de la población argumentando que la gente ya no guardaba la cantidad mínima que necesita para funcionar.
Esa es la mejor muestra de la pobreza en la que los grupos criminales dejaron a la población, consideran.
Las mujeres del lugar y trabajadores del Ayuntamiento recorren los retenes tres veces al día y dejan comida en los retenes.
La regidora de educación, Nohemí Pineda Salgado confirmó que a partir de la constitución del movimiento se regularizaron las clases que eran esporádicas por el temor de los maestros, lamentó también que los niños afirmen que quieren ser narcos cuando crezcan.
En la cabecera municipal está prohibida la venta de bebidas alcohólicas después de las seis de la tarde, está prohibido que se venda o escuchen corridos que hagan alusión al narcotráfico o “que inciten a la violencia”.
Por la zozobra que viven se prohibió la venta cohetes, “porque la gente está asustada y piensa que son balazos”, informaron comerciantes.

Un testimonio de 80 secuestrados

El abogado Heliodoro Ocampo escapó tras estar cinco días secuestrado, desde el 19 de marzo de 2011. Le pedían un millón de pesos pero sus amigos y familiares no lograron  reunirlos pero entregaron a los secuestradores casi 400 mil pesos, relató.
Durante su cautiverio le fracturaron dos costillas por las golpizas que le dieron durante esos días.
Ayer, indignado, recordó que cuando lo secuestraron “me anduvieron paseando por todo el pueblo”, lo amarraron y lo llevaban en la parte trasera de una camioneta, “pasamos por el Ayuntamiento, los policías me vieron, yo los vi y no hicieron nada, fueron también a cargar gasolina, otra vez me vieron y no hicieron nada, sólo se voltearon, por miedo”, relató.
Comentó que cuando estuvo secuestrado torturaron sicológicamente a su familia: “le llamaron a mi hija y cuando yo estaba hablando con ella tres de ellos me empezaron a golpear y dispararon ráfagas, le dijeron que ya me había llevado la chingada que porque no habían juntado el dinero”.
Reprochó, “y todavía las autoridades estatales y federales se enojan de que uno tome sus determinaciones, mi familia y yo estábamos vulnerables, sin nadie que nos diera protección”.
El 24 de marzo, Heliodoro Ocampo escapó de sus captores mientras dormían, encadenado de las manos logró llegar a una población donde con una segueta lo ayudaron a liberarse, pero al otro día, el mismo grupo que lo secuestró retuvo a una de sus hijas y a uno de sus hijos por el que tuvo que pagar rescate.
Por eso, está seguro que los delincuentes que operan en la región “son despiadados, sin??escrúpulos”.

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