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El Marx vigente es el filófoso, por encima del economista o revolucionario, afirma Agnes Heller en la FIL tapatía

*Las etiquetas de nacionalismo, religión, condición social no era algo que el autor de El Capital aceptara, comentó ayer la filósofa húngara en la feria libresca

Cristopher Sainz / Agencia Reforma

Guadalajara

“Yo no soy marxista, soy Karl Marx”, fue la respuesta que una vez dio el filósofo cuando lo querían encasillar en una corriente de pensamiento.
Las etiquetas de nacionalismo, religión, condición social, no era algo que el autor de El Capital aceptara, él se percibía sólo como un individuo distinto a los demás, y las etiquetas no eran de su agrado.
La filósofa húngara Agnes Heller, experta en el estudio del marxismo, dio a conocer lo anterior en una profunda plática realizada anoche en la FIL durante la cual explicó la relación de Marx con el judaísmo, la trascendencia de sus teorías y la validez actual de su trabajo.
“Marx nunca se aceptó como alemán, como judío ni como nada, él sólo se determinaba por él mismo, por su trabajo, pero nunca por una identidad nacional”, refirió Heller.
“Alguna vez su hija Eleonor Marx dio una entrevista y explicó que su papá a los únicos judíos que conocía era a su familia, a nadie más”.
La ponente explicó que a Marx se le percibe de muchas formas, pero la que persiste ahora es la del filósofo.
“Marx puede ser varios Marx en plural, puede ser percibido como un revolucionario, un economista, como un ideólogo del socialismo, del comunismo, un científico social o un filósofo, pero ahora el único Marx que persiste, que sobrevive por sus trabajos y teorías es el filósofo, el que creó una corriente de pensamiento y que entendió las formas en cómo el capital condiciona a la sociedad”, dijo.
“Hay predicciones que hizo que se comprobaron como la concentración del capital, las crisis recurrentes  y que el valor del trabajo es lo único que genera el lucro y el superávit, hay otras en las que se equivocó, pero aún así es un autor que es vigente en la actualidad”.
Según la estudiosa Marx no terminaba sus obras, quería comprobarlas una y otra vez y por eso es que incluso El Capital lo dejó inconcluso, pues –aseguró– era un autor muy honesto y no quería ofrecer información equivocada.
La experiencia del totalitarismo ha marcado la carrera intelectual de Heller. Gran parte de sus obras se concentra en el estudio de la filosofía moral y la ética.
Tratando de responder una serie de preguntas, por ejemplo, ¿Qué tipo de mundo permite que estas cosas pasen? ¿Qué es la modernidad? ¿Podemos esperar redención?, ha aportado al pensamiento filosófico su teoría de la moral.
Ésta tiene una única pregunta por responder: “Las personas buenas existen, ¿cómo son posibles?”
Agnes Heller es profesora emérita de The New School For Social Research, donde imparte cursos en el departamento de filosofía.

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