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Siguen los trabajos de desagüe en Tixtla a casi tres meses de la tormenta Manuel

Lourdes Chávez

Tixtla

Aunque la inundación de la Laguna Negra de Tixtla prácticamente está fuera de la mancha urbana, el nivel del vaso se mantiene alto y ayer continuaban los trabajos de desagüe,  particularmente en la rehabilitación de cuatro resumideros principales que no funcionaron durante la intensa lluvia del 14, 15 y 16 de septiembre.
Aunque por la noche fuente oficiales indicaron que comenzaron a operar al 100 por ciento de su capacidad los resumideros de la Dolina, que representaría la mayor salida de agua por gravedad, en la laguna.
Es decir, en la reunión de evaluación con funcionarios estatales y municipales informaron que los resumideros auxiliares de Amatitlán y Texcalzin, estaban funcionando a toda su capacidad, además de los emisores norte y sur, donde están sacando el agua a través de bombas.
Se estimó que en dos meses y 20 días de las afectaciones de la tormenta Manuel, se habían sacado 11 millones 655 mil metros cúbicos de agua, y se había bajado 2.59 metros de agua de la ciudad, que casi alcanzó los 3 metros de altura. Con estos datos, se habría liberado 90 por ciento de la inundación.
Asimismo, se informó que aún hay 182 personas en un albergue que continúa  habilitado, y que sólo quedan 29 casas con afectaciones de agua.
En un recorrido por la ciudad se observaron algunas casas con problemas de inundación, y familias que siguen recuperando sus domicilios, primero del agua y después del lodo estancado que están sacando de la ciudad con tres camiones de basura del servicio público y una retroexcavadora.
Asimismo, hay pegadas en las puertas de todos los domicilios notificaciones de riesgos para que la población no consuma los peces que están creciendo en la Laguna.
En media cuartilla el “comunicado de riesgo” dice, “los peces pueden transmitir enfermedades parasitarias al ser humano sino toma medidas de prevención. Se exhorta a la población a no extraer, consumir o comercializar los peces de la laguna”.
Esto no impide que algunos niños se metan a la laguna que mantiene su nivel entre las últimas casas, en la calle Copil, a pesar de los riesgos que representa. Este caso se observó en la calle Pinzón del barrio de El Santuario, pero las madres intervinieron oportunamente en su limpieza.

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